Míriam Alía: 'Me flipa la domótica: sumar tecno y diseño es lo más'
Ha decorado la nueva casa de Paula Echevarría, las tiendas de Dolores Promesas y ahora se atreve con su primer hotel en Madrid. La interiorista más buscada nos invita a entrar en su universo personal.
A las afueras de Madrid, en Mirasierra, Míriam encontró hace cinco años esta enorme casa de alquiler para acoger a su gran familia. Lo que más la enamoró del espacio fueron la luz, las vistas a la Sierra y la amplitud de las zonas comunes... ¡Con cuatro niños en la familia era imprescindible! Tampoco se iba a meter en una gran reforma, así que optó por pintar el viejo parquet de blanco, condenar la chimenea y poner celosías, empapelar los rincones con colores femeninos y empezar a diseñar sus propios muebles.
«Creo que es atrevida, luminosa, alegre. Aunque no lo parezca, es un espacio muy vivido, muy cómodo y, al tiempo, muy personal. Como verás, mis peques no me han impedido apostar por esa estética que me caracteriza, pero cuento con la ventaja de poder diseñar ad hoc las piezas que necesito y no encuentro en otras firmas», explica la decoradora. Así, el comedor al completo, el sofá, el aparador y la lámpara del salón, el sofá y la lámpara de pie de la sala de estar, las mesillas de su dormitorio... Todo ha salido de la cabeza de la interiorista madrileña.
Lo que ella persigue en todos los espacios únicos que crea es provocar sensaciones que no dejen indiferente y, a través de la luz y del color de telas y papeles pintados, lo logra: «Es mi mejor forma de transmitir lo que siento y comunicarme, donde no hay reglas, el color, los estampados y los diferentes materiales, nunca sobran ni se pelean».
Pero, además, algo esencial en su ADN es cuidar hasta el último detalle: «“The details are not details. They make the design”, decía Charles Eames, y no puedo estar más de acuerdo. Me encantan los toques vintage, como los jarrones de cristal de Murano o las butacas del salón, que compré en el mercadillo de Las Pulgas de París y retapicé con una tela de lentejuelas. Lo bueno de las antigüedades es que aportan frescura a los espacios y los convierten en lugares únicos», explica.
Si alguna pega le puede poner a los 200 metros cuadrados de vivienda es la cocina: «Me hubiera encantado poner muebles nuevos y que tuviera más luz natural, porque es un sitio donde mi familia pasa mucho tiempo, pero al ser alquilada... Así que estoy buscando un nuevo hogar, esta vez para comprar. Y será una casa domotizada, seguro. Me encanta la tecnología y el hecho de poder apagar y encender luces y música con la voz, poner la calefacción y la lavadora y subir las persianas con el móvil... me flipan las casas conectadas», confiesa la interiorista.
Tras pasar por un estudio de arquitectura, uno de decoración y de montar junto a su hermana y una amiga Living Park, hace seis años inició su aventura en solitario: «Somos cuatro personas fijas y colaboradores, que van o vienen, dependiendo de si es un proyecto de cine o residencial, pero me siento arropada. Trabajando en equipo se aprende muchísimo de los demás», explica Míriam, que ahora afronta el primer hotel de su carrera, en la Gran Vía madrileña. «Será un sueño hecho realidad... siempre creí que decorar un hotel sería dar un paso más en mi carrera y, aunque el proyecto va más despacio de lo planteado en un principio debido a la pandemia, lo cierto es que estoy ilusionadísima».
A esta apasionada de la estética de los años 50, de la decoradora Kelly Wearstler, del rosa, del terciopelo, le queda guerra que dar. Su creatividad no tiene límites. Y las sensaciones que nos provocan sus espacios luminosos, elegantes, armónicos e híperfemeninos, tampoco.
Apunta estas cinco claves, para que tu casa se convierta en un 'Wow!'
1. La luz: «Tanto la natural, tan importante, como las lámparas. Suelo escoger diseños originales, que aportan un toque especial. Ahora las diseño yo misma».
2. El color: «Los textiles y los papeles pintados dan mucho juego. Puedes encontrar un mueble con más o menos diseño, pero con la tela añades un toque de potencia que lo hace único, como mis butacas con lentejuelas. Las flores naturales y los libros también ayudan».
3. Piezas exclusivas: «Ahora mismo, me apasiona mi nueva tele, The Serif, diseñada por los hermanos Bouroullec para Samsung. Tiene esa mezcla vintage y actual que me fascina. La lámpara Vértigo o las fotos de Nicolas Guerin son otras piezas clave con un toque femenino, sensual y sofisticado».
4. Mix: «Disfruto mezclando todo tipo de materiales y formas. El secreto está en saber combinar: piezas más económicas con algunas que requieren inversión, texturas, estilos...»
5. Vintage: «Las antigüedades aportan clase y ligereza. Los flechazos siempre los he descubierto viajando».
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