Espejito, espejito

Los espejos ocupan desde tiempos inmemoriales un lugar privilegiado en decoración.

Espejito, espejito
Espejito, espejito / Suzann Kletzien.

Los espejos juegan un papel muy significativo en decoración y sus virtudes son múltiples, desde agrandar espacios, iluminar rincones oscuros, dar un toque de estilo en las paredes o facilitar un juego de reflejos muy atractivo, tanto para los que gustan de mirarse en ellos como para los que prefieren mirar a los demás. Colocados estratégicamente tienen una gran capacidad para conseguir efectos casi mágicos, en una suerte de juego que se ha utilizado desde tiempos inmemoriales.

Como decía en gran Francisco Umbral en su ensayo 'La noche que llegué al Café Gijón': “El café tenía y tiene un sistema de espejos que, además de hermosearle, permiten verlo todo a la vez, de un golpe y al  mismo tiempo”. Los hay grandes y pequeños, modernos y clásicos, barrocos o minimalistas. Pero todos ellos tienen un denominador común: su enorme poder decorativo.

Los antiguos

Tienen la capacidad de dar un aire de solvencia y autenticidad. Las maderas lavadas o envejecidas en las que están enmarcados nos recuerdan el paso de tiempo y que han ornamentado otras habitaciones, otras épocas, otros estilos. Porque un espejo antiguo puede perfectamente encajar en un entorno rabiosamente moderno, de hecho la combinación ecléctica de nuevo y viejo es una de las claves del éxito en interiorismo. Especialmente atractivos son los espejos de vidrio oxidado o envejecido, muy de moda en decoración, ya que son objetos singulares, únicos, no hechos en serie. Aunque no sean realmente antiguos, sino fabricados con técnicas cada vez más sofisticadas para parecerlo, normalmente llevan un trabajo artesanal detrás que los pone en valor.

Los barrocos

El recargado, opulento y siempre excesivo estilo barroco encaja especialmente bien con los espejos. Un espejo abiertamente dorado, de molduras complejas e historiadas y de grandes dimensiones, se basta y se sobra para decorar por sí sólo toda una habitación. Especialmente si lo situamos en un ambiente depurado y minimalista, el resultado será espectacular.

Desde hace algunos años se han convertido en un objeto recurrente entre los interioristas de moda, hasta el punto que se ha creado toda una industria alrededor de este tipo de espejos y muchos los coleccionan. Decorar toda una pared con distintos tipos de espejos sol crea un efecto impactante de alta decoración. Aunque uno de los momentos auge del espejo sol fueron los años 40 y 50 del pasado siglo, su origen puede remontarse S. XVII y al rey Luis XIV de Francia, El Rey Sol. Hoy en día hay infinidad de versiones, modernos, antiguos, de madera o metal y de todos los tamaños.

Los contemporáneos

Sin duda el ancestral espejo sigue siendo total protagonista de la decoración contemporánea. Y los materiales de última generación se han adaptado a este objeto de deseo. En la versión inversa de los espejos antiguos, los contemporáneos pueden servir de contraste perfecto en un entorno de estilo clásico, aportando un toque actual y poniéndolo al día.

 

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