¿Criticarán a Amancio Ortega también por colaborar con el Banco de Alimentos?

El fundador de Inditex donó 4 millones de euros con los que ha sido posible multiplicar la cantidad de alimentos repartidos.

Amancio y Marta Ortega
Amancio y Marta Ortega

El nombre de Amancio Ortega siempre aparece rodeado de cifras astronómicas, de nuevas cotas de riqueza alcanzadas y de polémicas. La imagen del fundador de Inditex navegando por la Costa Azul en su nuevo yate de 30 millones de euros es una de las imágenes del verano. Dicen que es uno de los pocos caprichos de rico que se da el empresario, tal vez para celebrar que recientemente ha reafirmado su primera posición entre las personas más ricas de Europa en el ránking de la revista económica 'Bilan'.

Ajeno (o no, quién sabe) al revuelo que suscita cada una de sus decisiones, el fundador del imperio Inditex se relaja en Saint Tropez, mientras la Federación Española de Banco de Alimentos hace balance de de su colaboración con la fundación Amancio Ortega que ha donado a esta organización 4 millones de euros desde el año 2014. Cuentan desde el Banco de Alimentos que su generosidad ha servido para adquirir nuevos equipos, maquinaria y vehículos como cámaras frigoríficas, básculas, carretillas, furgonetas, y estanterías para almacenes, así como también reacondicionar o comprar naves de almacenamiento. Por otra parte, este dinero se ha empleado también para hacer frente a una parte de los gastos corrientes de transporte y combustible, de teléfonos y de electricidad, entre otros gastos de administración de sus actividades.

En definitiva, “se dota y refuerza con los mejores medios posibles para que los Bancos de Alimentos puedan seguir realizando su imprescindible labor social en favor de las personas más desfavorecidas de nuestro país, tarea que es reconocida por el 92 por ciento de los españoles”, asegura la ONG en su comunicado. Pero lo que importa, al final, es el resultado de su labor. Y sus cifras dicen que ha habido un importante incremento en la distribución de alimentos por parte de los Bancos de Alimentos, pasando de unos 142 millones de kilos en 2014 a los más de 153 millones de kilos en 2016.

Todavía está reciente la polémica que suscitó la donación de la Fundación Amancio Ortega de 320 millones a la sanidad pública para la compra de equipos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Aquella donación, que consta como la mayor obra filantrópica realizada en España, fue atacada con toda la artillería y calificada de “tercermundista y ofensiva”, “limosna inaceptable”, “filantropía barata”. ¿Servirán estos nuevos datos para echar más leña al fuego? Por si acaso, tal vez Amancio Ortega tendrá que abandonar la cubierta del Drizzle (que significa llovizna, en inglés) para ponerse a cubierto, por si se aproxima un chaparrón de críticas.

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