Adiós al abrigo para perros en invierno: el problema que sufre el animal con la prenda

Mucha gente le pone el abrigo a su amigo canino en cuanto llega el frío sin tener en cuenta estos factores.

Adiós al abrigo para perros en invierno: el problema que sufre el animal con la prenda
Adiós al abrigo para perros en invierno: el problema que sufre el animal con la prenda / Istock

El intenso frío del otoño e invierno plantea un problema a muchos dueños de perros. Lo que se preguntan es si el frío que sentimos nosotros también lo sienten nuestros amigos caninos. Y si, además de sentirlo, les hace sufrir. Por otra parte, muchos perros salen a la calle cubiertos con bonitos y coloridos abrigos.

Pero antes de ver cuáles son las tendencias más de moda y los perros más populares en la red, será mejor que analicemos el asunto. De hecho, éste podría ser el momento adecuado para entenderlo mejor. Y también para echar un vistazo a algunos consejos. Aquí te explicamos cuándo ponerle un abrigo a tu perro y algunos estilos de moda según influencers y estrellas.

Parece fácil decirlo, pero la premisa que hay que tener en cuenta es la palabra "depende". Hay ciertos factores que influyen mucho. El tamaño del perro no sería decisivo, pero es un punto de partida importante. La razón también puede explicarse pronto por la ciencia. En los perros pequeños, la proporción entre masa y superficie estaría mucho más desequilibrada en relación con la superficie del pelo. Es decir, el calor acumulado se disipa más fácilmente. Además, consumen proporcionalmente muchas más calorías que un animal grande. Por ello, razas como los chihuahuas y los malteses son mucho más susceptibles a pasar frío.

Otro factor condicionante importante sería el pelaje y el subpelo del perro. Así como la masa adiposa con la que están dotados. El subpelo del perro sería, de hecho, una capa secundaria que crece paralela al pelaje. Es suave, fina y corta. Representa, por tanto, una especie de malla térmica para el frío. Los perros salchicha y los Pinscher, por ejemplo, no la tienen.

La actividad física influye en el gasto energético y en la percepción del frío. Esto lo sabemos muy bien los que salimos a correr por la mañana o a primera hora de la tarde. Es mucho más fácil pasar frío caminando que corriendo. La edad del perro es otra variable importante. Un cachorro y una persona mayor tienden a pasar mucho más frío.

Así que deberíamos tener en cuenta estos factores para ver si es necesario. También deberíamos consultar al veterinario. Por cierto, la ENPA aconseja tener especial cuidado con los cambios bruscos de temperatura. Pasar de la temperatura ambiente a 0 °C en unos instantes puede ser peligroso. Es mejor esperar unos minutos en un entorno con una temperatura intermedia. El pasillo de casa o el rellano del piso podrían servir.

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