¿Te apuntas a la dieta macrobiótica? Estos son sus beneficios y todo lo que puedes comer
Un terapeuta nutricional macrobiótico nos da las pautas para saber qué alimentos generan la salud infinita y tener criterios saludables a la hora de hacer la compra
Según los expertos, estos 5 alimentos no pueden faltar en tu dieta a partir de los 50
Dice Mariano Rodríguez, místico, maestro y terapeuta nutricional macrobiótico, que la macrobiótica es mucho más que una dieta; "es un arte culinario y terapéutico muy práctico que fusiona filosofía, tradición y observación de la naturaleza". "Busca la armonía y crea un espacio para desplegar el potencial humano máximo elevando así la conciencia. Esta práctica requiere de un estudio profundo y es fundamental comprender el orden del universo y la interacción del yin y del yang", confiesa en su libro El yoga de los alimentos este divulgador en redes sociales, que además imparte cursos, conferencias, talleres de cocina y retiros de sanación.
Según informa, la nutrición saludable que promovemos se basa sobre todo en el consumo de alimentos complementos, naturales, locales y de temporada. En este sentido, "los cereales integrales forman el pilar importante de esta alimentación, complementados con legumbres, verduras, frutas, frutos secos, semillas, algas, sal marina y una pequeña porción de pescados y frutos del mar. Se aconseja reducir al máximo el consumo de lácteos, huevos y carnes rojas, que en la actualidad se consumen en exceso".
Pautas nutricionales en la dieta macrobiótica
"Esta elección alimentaria proporciona un equilibrio nutricional completo y ofrece proteínas, hidratos de carbono, fibra, grasas, vitaminas y minerales esenciales, como el hierro y el calcio, necesarios para un funcionamientos óptimo del organismo. Este enfoque energético en la nutrición se basa en las prácticas tradicionales que las comunidades a lo largo de miles de años han mantenido desde el descubrimiento del fuego. Se adaptan al clima, a los alimentos locales y de temporada, prescinden de productos químicos y procesos de refinamiento, y se ajustan a las características fisiológicas humanas", asegura. Estas son sus claves:
- El alimento principal son los cereales integrales, nunca refinados, que tiene que abarcar el 60% de la ingesta diaria.
- Es preferible que consumas estos cereales en su forma entera (de grano), en lugar de en harianas o copos; puedes cocinarlos hervidos. De esta forma, la energía vital estará más concentrada y recobrarás más rápidamente la salud.
- En menor cantidad, puedes emplear copos y harinas integrales. Puedes crear tus propias harinas a partir de granos enteros, con el uso de un molino doméstico, batidora o un molinillo de café, e incluso se pueden comprar directamente las harinas integrales o los copos.
- Hay otros derivados de los cereales integrales que se puede usar como complemento de forma esporádica, como el bulgur, cuscús integral, la polenta y la pasta integral hecha de diferentes tipos de cereales. Estas formas de cereal llevan una coacción previa; por lo tanto, no tienen la misma fuerza que un grano entero recién hecho. Sin embargo, podemos contar con ellos en menor medida.
- Las sopas de la comida principal del día supondrían aproximadamente entre un 5-10% de la ingesta diaria. Pueden hacerse con vegetales, algas, cereales y legumbres. Para condimentarlas utilizaremos miso, tamari, sasa de soja y sal marina.
- En macrobiótica no se suelen tomar lácteos como quesos, yogures, leche, mantequilla, etc. Puedes ingerirlos de forma ocasional si son de oveja y cabra, y mejor si proceden de agricultura ecológica. La leche es para el lactante, y la de oveja y cabra se acercan más al tamaño y nivel hormonal del ser humano.
- El alimento secundario son las hortalizas de tu región, aproximadamente un 20% de la ingesta diaria, reservando sólo para algunas ocasiones y para los meses de calor las solanáceas -patata, tomate, berenjena y pimientos-, ya que acidifican la sangre y son extremadamente yin. Se recomienda en cada comida una pequeña cantidad de verduras crudas o un poquito de perejil, hojas verdes o verduras fermentadas.
- La cantidad de proteína se ubica alrededor de un 10-15%, y hay que darle prioridad a la proteína de origen vegetal con legumbres de tu región en pequeñas cantidades. Se puede usar tofu o tempeh de cultivo ecológico y siempre bien cocinados. También puede emplearse un aporte semanal de pescados y frutos de mar, dependiendo de la época del año y la condición de cada persona.
- Para enriquecer de minerales la dieta y mejorar las cocciones, utiliza un pequeño aporte de algas, preferiblemente de mar, como kombu, wakame, arame, nori, hiziki, dulse, agar-agar, espagueti de mar, etc.
- Puedes cocinar y condimentar tus platos: emplea un poco de aceite sin refinar extraído por presión en frío, preferiblemente de sésamo, coza y oliva.
- Condimenta con una pequeña cantidad de semillas de girasol, calabaza, chía, amapola, sésamo, nueves, almendras, avellanas.
- Durante los meses fríos, procura evitar el consumo de frutas o cocinarlas en forma de comporta o al horno. Es un alimento muy yin que enfría y dispersa la energía. No es un alimento principal y solo es recomendable para quien coma proteína animal en mucha cantidad. La fruta limpia y drena. En macrobiótica no necesitamos limpiar tanto y evitamos la fructosa de la fruta, ya que afecta considerablemente al hígado y la cabeza.
- Usa sólo sal marina para cocinar; es uno de los aportes más importantes a nuestra salud, es oro blanco y sin ella el cuerpo humano no puede experimentar la salud infinita.
- El agua para cocinar o beber debe estar filtrada o ser de manantial, nunca de conexiones de ciudad, para evitar cloro, metales pesados y otras sustancias ya que, aunque sean potables, dañan el equilibrio saludable de la flora intestinal.
- Nunca uses la sal animal en crudo, es mejor salar tus platos terminados con tamari, shoyu, miso o gomasio. También puedes emplear verduras fermentadas y encurtidos como churcrut, aceitunas, etc; siempre de origen casero o artesanal, sin aditivos, conservantes, azúcar ni vinagres.
- Para cocinar puedes emplear hierbas aromáticas de tu región, siempre que sean de origen animal y sin aditivos ni conservantes.
- Como bebidas te recomendamos el té bancha tostado, la infusión de arroz integral tostado, la raíz de diente de león, la kukicha, la hojicha y el café de cereales o de malta. No se suele beber nada durante las comidas. También se puede beber cualquier infusión tradicional, pero que no tenga un efecto estimulante del sistema nervioso, como el té, el café o el mate. Cuando bebas agua, que sea de buena calidad y que no esté fría ni lleve hielo.
- No te recomiendo usar endulzantes de ninguna clase, como miel, estevia, azúcar ni edulcorantes; son todos alimentos extremadamente yin. De forma esporádica puedes usar malta de cebada, para alguna ocasión especial.
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