¡Quiero ser feliz!
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Mens sana in corpore sano¿Por qué ser feliz? En el sentido más práctico, por salud: «Las últimas investigaciones sugieren que la felicidad no solo contribuye a disminuir el riesgo de diversas enfermedades sino que facilita la recuperación de las mismas. Algunos estudios llegan a asegurar que la felicidad puede alargar la vida entre 7 y 10 años», argumenta Carmelo Vázquez, Catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. A nivel de habilidades sociales, se ha comprobado que las personas felices son también más productivas, más creativas, ganan más dinero, son más solidarios y se enfrentan mejor al estrés y los traumas. Cuando somos felices, nuestros sentidos están más receptivos: aprendemos más. Y, por si fuera poco, se confirma que la felicidad es contagiosa: un estudio llevado a cabo por las universidades de California y San Diego concluye que las personas con amigos dichosos son más felices.
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¿Dónde la puedo encontrar?A. Hacia dentro. Ser feliz necesita motivación, compromiso y práctica. Señala la psicóloga Mónica Dosil, del Instituto de Estudios Psicológicos (ISEP Clinic). Para ello, cuenta nuestra capacidad de generar emociones positivas como la alegría, el amor, el optimismo, la autoestima y la gratitud, o rasgos básicos de personalidad como la extraversión y la estabilidad emocional. B. Hacia fuera. Entre los factores exógenos que contribuyen a fortalecer este estado de ánimo, Mónica Dosil señala «el éxito personal, la armonía, el estatus, los ingresos...» Y aunque el dinero ayuda, las encuestas señalan que superado un nivel mínimo de riqueza, dinero y felicidad no van de la mano, ya que aunque la capacidad adquisitiva se multiplique, el sentimiento de bienestar apenas varía.
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Cuestión genética«El 50% de nuestra felicidad está en los genes. Un 10% adicional se debe a las circunstancias que nos rodean –como la pareja o el dinero– y el 40% obedece a nuestra actitud interior, es decir, a cómo pensamos y nos comportamos. Es este último porcentaje en el que podemos trabajar para ser más felices», explica Sonja Lyubormirsky, psicóloga de la Universidad de California y autora de ‘La ciencia de la felicidad’. Otros expertos van aún más lejos, como el cardiólogo Valentí Fuster, quien afirma que «la disposición hacia la felicidad se forja durante los seis primeros años de vida, periodo en el que se construye nuestro estado anímico», y aquí suman genes y ambiente.
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Un estado, una actitud...1 Subjetiva. Para cada persona, incluso en cada cultura, la felicidad tiene significados diferentes, ya que depende de nuestros valores y objetivos. Para el divulgador científico Eduard Punset equivale a la «ausencia de miedo», y para el filósofo Javier Sádaba «consiste en ser conscientes de lo que tenemos y saber aprovecharlo».2 Efímera. La felicidad «no está anclada en el pasado ni es a largo plazo», apunta la psicóloga Mónica Dosil. La felicidad es el aquí y el ahora. En este estado «transitorio» también cuenta la adversidad; conocer la otra cara de la moneda nos hace valorar más la felicidad. 3 Educable. «Hay que proponerse ser felices, creer en nosotros mismos y aceptar las cosas tal y como nos vienen. Somos humanos y, por lo tanto, cometemos errores. A pesar de ello, debemos adoptar una actitud optimista ante la vida y cultivar el sentido del humor. «Para afrontar la vida es fundamental saber reírse de uno mismo», declara el psicólogo Javier Urra, uno de los ponentes del I Congreso Internacional de la Felicidad.
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¿España es feliz?Casi el 60% de los españoles afirma ser feliz o muy feliz, porcentaje por encima de la media europea (53,5%) y solo superado por el de los italianos. Este es uno de los principales resultados del 2º Informe del Instituto Coca-Cola de la Felicidad (2009), estudio internacional que cuantifica esta variable.En felicidad, nos siguen suecos, franceses, británicos y alemanes. El amor (54%) desbanca a la salud (31%) como la prioridad de los españoles para ser felices. El dinero solo es importante para el 7% de los encuestados. Las vacaciones de verano y las comidas con familia o amigos son, según este estudio, nuestros tops de felicidad. Así mismo, el 95% de los españoles cree que la felicidad influye positivamente en la salud.
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Alimentos antidepresión...Chocolate. Este oro negro contiene un antidepresivo natural llamado feniletilamina, compuesto que actúa disminuyendo la frecuencia de los estados de ánimo depresivos. Esta sustancia es la misma que segrega el cerebro durante los momentos de bienestar, elevando los niveles de endorfinas, por eso el chocolate nos provoca un efecto estimulante. Además, contiene dos estimulantes más, la cafeína y la teobromina que aumentan los estados de alerta, como el café y el té. Produce una sensación de euforia similar a la que se consigue con algunos antidepresivos farmacológicos
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Las proteínas también nos ayudan...A más ingesta de algunas proteínas, más serotonina produce el cuerpo que es, junto a las endorfinas, la otra sustancia de la felicidad y un analgésico natural. La proteína del bienestar es la conocida como triptófano y se encuentra en un alto contenido en el pescado azul, la carne magra y las legumbres. También está en las proteínas vegetales de las nueces y de los frutos secos, que además contienen fibra y grasas naturales. Cuando el cerebro absorbe los triptófanos de estos alimentos, comienza a producir serotonina. Curiosamente, nos brinda la misma sustancia que segrega al enamorarnos.
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5 gestos para subir la moral1. Intenta ser activa, productiva y mantenerte ocupada. Una vida activa genera más felicidad. Y esta actividad no tiene por qué ser estrictamente profesional; el voluntariado, la maternidad... Hay que dar para sentirse útil.2. Dedicar más tiempo a la vida social. La valoración, el reconocimiento de los demás nos aporta un feedback positivo que contribuye a hacernos sentir bien. La relación con familia y los amigos debe ser siempre de apoyo mutuo. 3. Apuntar correctamente a las expectativas. Deben ser realistas, ni demasiado altas (porque lastimaría nuestra autoestima) ni demasiado bajas. Tendremos la sensación de que todo está bajo nuestro control.4. Vivir y disfrutar el presente. Anticipar los problemas o agobiarse por el futuro es una actitud que, además de carecer de toda lógica, interfiere constantemente en el disfrute de los momentos de felicidad que conlleva el día a día.5. Desarrollar un pensamiento optimista. Para ello, es importante desear lo que tenemos y disfrutar de ello, hacer lo que nos gusta, buscar actividades que nos diviertan y nos permitan disfrutar del tiempo libre.
Jerónimo Saiz Ruiz, psicólogo
La opinión del psiquiatraJerónimo Saiz Ruiz preside la Sociedad Española de Psiquiatría y es Jefe de Psiquiatría del Hospital Ramón y CajalLa Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como el bienestar físico, psíquico y social, algo que se asemeja bastante a la anhelada ‘felicidad’. El estado opuesto a la felicidad sería la depresión, una de las grandes enfermedades de nuestra época y que se caracteriza por la tristeza patológica, la pérdida de ilusiones y de impulso vital. El deprimido es una persona que sufre y valora su problema con culpa y pesimismo, pensando que recibe poca comprensión de su entorno, que aprecia lo que ocurre como una ‘debilidad’. Digo todo esto porque siempre está bien recordar que la depresión es una enfermedad con síntomas reales y diagnosticables y que, como tal, necesita un tratamiento tanto psicoterapéutico como farmacológico.La investigación en este campo es muy activa y soy muy optimista respecto al futuro, porque creo han aparecido nuevas opciones terapéuticas capaces de aliviar esta enfermedad y acercarnos más a la posiblemente utópica ‘felicidad’.