Detalles maestros
2
El color blanco, junto a la paleta de grises claros, tiñe todos los interiores. “Como estilista, veo a diario espacios de todo tipo, algunos muy abarrotados... En mi casa me apetecía una decoración sosegada, casi vacía, que me relajase la vista después de la jornada de trabajo”.
3
El blanco es un color limpio y neutro que le encanta pero, por si pudiera resultar un tanto frío, introdujo algunos toques más intensos. Para ello contó con la ayuda de los anticuarios.
4
“Adoro las piezas de almoneda porque, a diferencia de las antigüedades, son más baratas, pero también más frescas y sencillas”. En su salón, por ejemplo, una coqueta consola de madera fregada decora una de las paredes aportándole una pincelada de color. Sobre ella, un bodegón de jarrones vacíos: “Me gustan así, desnudos; como mucho suelo destacar uno con algunas ramas naturales”.
5
El mismo efecto cálido causan los poyetes de madera, convertidos en improvisados revisteros, y la pareja de banquitos chinos, en un extremo del salón. Y es que este espacio está lleno de piezas auxiliares, como las mesitas. “Me parece más práctico tener pequeñas piezas autónomas, así las puedes mover y hacer que tu decoración no sea estática”.
6
Ese mismo concepto lo aplica a los espejos, cuadros y fotografías que personalizan la casa. En vez de estar colgados en las paredes, se apoyan en estructuras de obra. “De esta manera puedo jugar con ellos, los ordeno y desordeno a mi capricho. Y cambias el “look” de tu casa en un santiamén”.
7
La viveza de la decoración también se palpa en la mezcla de registros: los muebles de almoneda (hay otra consola en el vestidor y una mesa tocinera en la cocina) conviven con piezas de diseño, como las sillas de Charles Eames, en el comedor, un clásico de los años 50.
8
Pero la mezcolanza va más allá, Mercedes también incorpora detalles y muebles de firmas más asequibles: “Para decorar bien no siempre hay que invertir necesariamente demasiado. En mi casa también hay detalles “low cost”, como las alfombritas redondas del pasillo, de Ikea, o el toallero-escalera del baño, de Habitat”.
9
Las texturas también marcan la diferencia: en el salón, sobre los sofás, tapizados en loneta blanca, varios cojines de terciopelo (del mismo material son las cortinas) mientras que en el dormitorio destaca la ropa de cama de piqué. El toque diferencial lo pone el plaid, de un suave color berenjena.
10
11
Sin olvidar la enorme alfombra que tapiza la sala de estar: viene del Atlas marroquí. Decorar y viajar, dos grandes placeres.