Una casa ecológica

«Me gusta la idea de que la casa respire. Se dilata y contrae según la estación. Y también, que apenas se perciba a cuatro kilómetros, ya que se mimetiza totalmente con el bosque.» , comenta el propietario. Además de la preocupación de que la madera procediera de bosques controlados, Joan también introdujo otra medida ecológica, como son las energías renovables (la casa dispone de placas solares).

Ecología y funcionalidad son las palabras que mejor definen esta casa. Las bombillas, de bajo consumo; los electrodomésticos, eficientes, y hasta la pintura blanca que tiñe los interiores de la casa se eligieron cuidadosamente. El tema de la pintura es curioso: procede de Alemania y es de tipo mineral. «Sus pigmentos reaccionan con la luz y blanquean la superficie. Antes tuvimos que aplicar un aceite de cítricos, no hizo falta decapar.» También se prescindió de aire acondicionado: «En verano, con la ventilación cruzada es suficiente.»

La casa disfruta de dos porches, uno encarado a norte y otro al oeste. «Este último, con balancín-cama incluido, es mucho más caluroso, ideal para las mañanas de invierno, pero en verano nos desplazamos al otro.»

Grandes espacios y enormes ventanalesPara el propietario, el lujo de esta casa no está en los muebles o en los acabados, sino en el espacio. «La gente vive hacinada en pisos, para mí sería imposible volver a ese estilo de vida. Aquí todas las habitaciones son espaciosas y luminosas.»

Aunque la vivienda está rodeada de frondoso bosque, no hace falta salir al exterior para empaparse de la naturaleza, pues la casa, de inspiración mediterránea, está repleta de grandes ventanales que la inundan de luz. Desde algunos se vislumbra el huerto y el jardín ecológico (de tipo xirófito, realizado con plantas autóctonas que no requieren mucha agua).

Joan es homeópata y terapeuta sanargético. Según está doctrina, todos somos energía, lo que cambia es la vibración que desprendemos. La suya está muy presente en toda la casa, repleta de detalles y cargada de bienestar. Un lugar idóneo para pasar consulta (a veces en su despacho y otras al aire libre) y equilibrar, con su ayuda, cuerpo y mente.

Un baño con vistas...Tanto la bañera como el lavamanos (de Arkitect) se orientan hacia los ventanales. El toque exótico queda patente en el candelabro y el farol, marroquís, y el collar de madera, indio.

Respecto a la distribución, Joan quiso que la cocina ocupara el centro de la casa: «Es el corazón y, además, como está abierta al salón, cuando vienen visitas puedo charlar tranquilamente con ellos.» Los espacios diáfanos y extragrandes también le preocupaban, por eso la casa apenas está compartimentada y, salvo para acceder al cuarto de los niños (tiene dos), se concentra toda en una sola planta. «Por temas volumétricos, el arquitecto me convenció para levantar un segundo piso, pero yo hubiera preferido que estuviera todo al mismo nivel.»

En muchos espacios se perciben también algunos viajes, como demuestran las alfombras, los faroles marroquís, los collares indios... De hecho, hace nada que Joan ha vuelto de Colombia, tras pasar un mes conviviendo con la tribu de los paitas. «Allí he aprendido a utilizar hierbas de su medicina tradicional, con más de 4.500 años de antigüedad.»