Scarlett Johansson

Es la niña bonita de Hollywood: todos la quieren y ella se deja querer. Un bombón que ha endulzado la vida de Woody Allen, con quien acaba de rodar en nuestro país. La actriz aprovecha el tirón para presentar en España su última película, Diario de una niñera, aunque, si algo le sobra es poder de seducción.

Scarlett Johansson
Scarlett Johansson

Al principio, sorprende ver a Scarlett llegar a esta entrevista de la mano de su madre, Melanie Sloan, pero si nos paramos a pensar, tiene su lógica. La actriz que lanzara al estrellato Robert Redford con El hombre que susurraba a los caballos, y que se ha convertido en musa de Woody Allen, tiene tan solo 22 añitos (cumplirá uno más el próximo 22 de noviembre). Le han cundido: 30 películas en su haber -entre ellas la inolvidable Lost In Translation-, doble nominada a los Globos de Oro y premio BAFTA, imagen de la firma Louis Vuitton y embajadora de L“Oréal Paris, además de futura cantante con posible éxito (en breve publicará su primer disco con versiones de Tom Waits).

Dada su meteórica carrera, Johansson parece mucho más madura de lo que corresponde a su edad. Pero no le preocupa porque desde los inicios, ella ha elegido cada uno de sus pasos: a los siete años convenció a sus padres para entrar en el Professionals Children School of Manhattan donde se formaría como actriz (¡y eso que no había antecedentes artísticos en su familia!).

Nos citamos en un hotel de Londres con motivo de su último estreno, Diario de una niñera (16 de noviembre en los cines españoles), una comedia dirigida por Shari Springer y Robert Pulcini, en la que interpreta a una universitaria que trabaja como canguro para una familia rica de Nueva York. En ella comparte cartel con Alicia Keys y Chris Evans.

Sin embargo, Scarlett tiene el día generoso y decide regalarnos una entrevista mucho más íntima. ¿Queda alguien en el planeta que no esté loco por ella?

Veamos, tenemos que hacerte la pregunta del millón porque los rumores no cesan. Que si Javier Bardem, Justin Timbarlake... ¿Tienes novio?

No, estoy soltera y sin compromiso. Y además, no me preocupa no tenerlo porque cuando más lo buscas, menos aparece (ríe). Es genial tener una relación con alguien pero ahora no es mi prioridad porque no tengo tiempo.

Un mensaje esperanzador para los hombres del mundo... ¿Cómo te gustan ellos?

En general, me gusta la gente con sentido del humor e inteligencia y sobre todo, que tenga confianza en sí misma. En una relación me encanta el misterio: no es bueno saber lo que está pensando el otro a todas horas y, por supuesto, ¡no quiero que sepan lo que estoy pensando yo!

Debe ser fantástico eso de que te vean en todas partes como una sex symbol ...

Si te digo la verdad, ni siquiera ahora mismo me siento muy segura con mi físico. Cuando era adolescente tenía muchos complejos y me ha costado mucho superarlos: pensaba que era gorda y ba- jita -mide 1,63m.-, que mi voz era grave, nada femenina, y que mis labios eran demasiado gruesos. Pensaba que mi cara era muy ancha y mis piernas muy cortas. Los chicos se burlaban de mí y me hacían sentir muy mal. En la actualidad ya he aceptado que nadie es perfecto.

Pues mucha gente cree que lo eres.

Es bonito recibir tantos piropos y toda esa atención sobre mi físico. Pero no me siento una femme fatale. Aunque... ¡quién sabe! Quizás algún día consiga ser tan sexy y seductora como los personajes de mis películas (ríe).

¿Cuál es el piropo más original que te han echado?

Una vez un chico me preguntó: “¿Duermes con los ojos abiertos?”. Me quedé en silencio un segundo, le sonreí y le dije que no. Me contestó: “¡Qué pena! Si estuvieran abiertos estaría mirándolos fijamente toda la noche”.

Eres una actriz joven y tienes éxito. Es inevitable que la prensa del corazón se “preocupe” por tu vida privada. ¿Cómo llevas eso de la fama?

Nadie está preparado para la fama. No hay manuales de instrucción. Al principio es normal que los actores pasemos por un ligero estado de ansiedad cuando comprobamos que somos objetivo permanente de las cámaras. Además, te das cuenta de que hay que hacer pequeños ajustes en tu vida que ya no te permiten hacer las mismas cosas de siempre, con la misma libertad. Es bastante duro ver que un paparazzi te está persiguiendo a todas horas, pero tienes que adaptarte a esa nueva situación. En mi caso, llevo más tiempo dentro la industria de Hollywood que fuera de ella. Si dijera que a estas alturas la atención mediática me agobia, mentiría. Soy consciente de que eso forma parte de mi profesión. Lo único que pretendo es trabajar y no engañarme a mí misma: esta es la vida que llevo y es lo que hay. Afortunadamente soy algo cínica y eso me ayuda a asumir estas cosas con mayor naturalidad (ríe).

Siempre has tenido los pies en la tierra. Tienes las cosas claras, ¿no?

Sí, siempre he querido ser actriz. En mi familia nadie se ha dedicado jamás al espectáculo pero mis padres siempre han apoyado todas mis decisiones. Ten go mucho que agradecerles porque me han inculcado unos valores muy importantes para ir por la vida. No podía engañarme: la interpretación era mi pasión. Crecí viendo películas clásicas, me encanta bailar y cantar. De hecho, mi sueño era llegar a formar parte de un musical y por eso también me apunté a clases de claqué. Conseguí lo que quería y hoy en día soy muy feliz, a pesar de que este mundo es agotador tanto a nivel físico como mental.

Es que no paras de trabajar. ¿No has pensado descansar una temporada?

Sí, mi madre también me lo pregunta (ríe). Llevo un ritmo de rodajes muy estresante pero eso también me da marcha. Del agotamiento salen mis mejores trabajos. De hecho, cuando no ruedo durante más de dos semanas empiezo a ponerme de los nervios. Prefiero recuperar energía comiendo bien, durmiendo y viendo mis películas favoritas.También evito asistir a muchos actos sociales: no me gusta el estilo de vida superficial que se supone que debe llevar una celebrity; para otras actrices esta clase de vida puede resultar tentadora, pero no lo es para mí.

También ocupas tu tiempo libre en realizar viajes solidarios.

Algún día me gustaría tener hijos pero me pregunto cómo les voy a explicar la crueldad de los seres humanos, las brutalidades que vemos todos los días en los informativos. Hay que movilizarse y yo siempre he querido hacer algo positivo con mi popularidad. En 2004 empecé a interesarme por el trabajo de Oxfam Internacional. He viajado a la India y a Sri Lanka y he aprendido mucho. Por eso dedico mi tiempo libre a recordar al mundo que estos países necesitan ayuda. Creo, de verdad, que ser una actriz famosa puede ayudar a que se conozcan y se busquen soluciones a los problemas de los más necesitados. No me gustaría que la gente pensara que lo utilizo para promocionarme como actriz, para que piensen que soy buena. Ser responsable no solo significa observar el mundo que te rodea para darte cuenta de sus defectos: también hay que implicarse e intentar acabar con ellos.

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