Penélope Cruz

Está ante su gran año, sin novio y libre para elegir. Se ha ganado a pulso ser una celebrity mundial y por fin se la reconoce en su tierra. ¿Oiremos su nombre tras el “and the Oscar goes to...”?

Penélope Cruz
Penélope Cruz

Su última colaboración con Pedro Almodóvar le ha permitido subir un peldaño: el público ha descubierto que detrás de la cara bonita de Penélope Cruz hay talento. La nominación al Globo de Oro como mejor actriz fue su primer paso para conseguir la atención de la Academia de Hollywood. Cuando se publique esta entrevista, el Oscar andará rondándola y ella… dejándose querer.

La actriz no parece inmutarse cuando se le menciona el barullo que su papel como Raimunda en Volver ha causado en Los Ángeles. «Me entusiasma oírlo, de verdad, pero prefiero no crearme expectativas», asegura mientras saborea un té en la terraza del Four Seasons. La noche de las nominaciones, Pe no durmió porque, además de la fiesta que los diseñadores de Dolce Gabbana ofrecieron en su honor, los nervios la tuvieron despierta hasta el amanecer, sentada frente al televisor, en su suite del Château Marmont, comiendo tortitas con nata junto a sus perros,Vino y León. Pedro fue el primero en felicitarla.

¿Cómo te sientes estos días, Penélope?

Me lo estoy pasando como una enana: no paro de recibir buenas noticias. Por primera vez en mucho tiempo puedo asegurar que estoy en un magnífico momento y no me siento nada cansada, que sería lo habitual. Llevaba unos años sin parar y ahora estoy tomándome un respiro hasta marzo, justo cuando empiezo el rodaje de El animal moribundo, junto a Ben Kingsley.

Venir a Hollywood fue arriesgado, pocos creían que conseguirías abrirte camino…

Entre ellos, Pedro, que siempre confió en mi fuerza de voluntad. Si no hubiera sido por él, quizá nunca hubiera iniciado esta aventura americana... Le debo todo. El pequeño papel que me dio en Carne trémula provocó que Stephen Frears me ofreciera debutar en una película norteamericana: Hi-Lo Country. Pocos directores tienen el don de ver en ti algo que los demás no ven. Nunca le estaré bastante agradecida, por eso y por el papel de Raimunda, una joya.

¿Y si no volviera a contar contigo?

Pedro es ya parte de mi familia, uno de mis mejores amigos. Tiene un gran corazón y siempre estará a mi lado para apoyarme. Si sigo trabajando con él, fantástico; si no, seguirá estando presente en mi vida.

¿Cómo es contigo en los rodajes?

Exigente y muy específico en su visión: me hace trabajar muy duro y superarme, ya que no quiero defraudarle. Cuando algo funciona, es el primero en felicitarte; si no, cunde el pánico en el plató (risas).

¿Conoce a las mujeres mejor que nadie?

Pedro adora a las mujeres y eso se ve en sus películas. Le interesa lo que sentimos, qué nos impulsa... Es una bendición tener a un director que sigue escribiendo papeles para mujeres de todas las edades: así podemos seguir trabajando hasta el final.

¿Cómo ves tu futuro en Estados Unidos?

Después de papeles como el de Raimunda y el de Non ti muovere, de Castellitto, me he vuelto muy selectiva. Voy a tomarme tiempo para buscar papeles que supongan realmente un reto y para desarrollar otros proyectos que me interesen.

Has creado incluso una productora...

Se llama 88 Productions: sacar temas adelante se me da bien, porque soy tan testaruda... Estoy trabajando en dos proyectos en inglés: uno con Fernando Trueba y otro sobre la novela de Javier Moro, Pasión india. Me gustaría interpretarla, pero aún estamos trabajando en el guión...

¿Nunca buscas tiempo para ti misma?

Es mi mayor problema; soy una persona creativa y no puedo quedarme quieta. Tengo que ser más disciplinada y encontrar tiempo para mí misma, por eso voy a comprar una casa en Nueva York. Así podré estar más cerca de mi familia.

Síguele la pista

  • Lo último