Motivos por los que Javier Marías debería haber ganado el Nobel de Literatura (sí a pesar de lo que pasó con Gloria Fuertes)

Al final el Nobel ha viajado a Estados Unidos y ha caído en las sabias manos de una poetisa, Louise Glück y nos parece perfecto. Pero muchos amantes de la literatura (y de Twitter) deseaban que llegara ya, por fin, un guiño a las letras españolas desde la academia sueca. ¿El candidato ideal? Javier Marías. Y estos son los motivos.

 

El escritor Javier Marías, en una imagen de archivo

El escritor Javier Marías, en una imagen de archivo.

/ Jens Kalaene

En las quinielas mentales de los que siguen cada año el anuncio del nuevo Nobel de Literatura con la misma pasión que la que otros visionan el festival de Eurovisión suele haber siempre dos neuronas discutiendo. Una apoya a Javier Marías. La otra a Haruki Murakami. Ambas están hoy enfurruñadas en el rincón condenados a aparecer año tras año una serie de “favoritos” (o al menos eso afirman periódicos, casas de apuestas y Twitter) y en ese listado de posibles nobeles el escritor, académico, traductor y editor español Javier Marías hace piña con el autor japonés desde hace ya una década.

Pero este año tampoco ha podido ser, aunque por una vez queríamos darle alas a la imaginación popular. Porque, de verdad, en este el 2020 que nos está tocando vivir, tan convulso que ya hasta dudamos de si vamos a poder reunirnos con más de seis personas por Navidad, nos hubiera encantado celebrar una victoria de alguien que entienda nuestro idioma y lo haga brillar como lo hace Javier Marías (lo sentimos Murakami). Y por si aún no has descubierto por qué merece el galardón más reconocido y reconocible de las letras mundiales, te hacemos un resumen de los motivos por los que seguiremos apostando por él como candidato para Nobel de Literatura en 2021.

Motivo 1. Porque en este momento nadie escribe tan bien como él (títulos incluidos)

Columnas periodísticas, novelas, ensayos… escritas con maestría, haciendo brillar el lenguaje y tituladas de una manera que hace que se vendan solas: Corazón tan blanco, Negra espalda del tiempo, Así empieza lo malo…

Toda la obra de Javier Marías es personal e intransferible y tan rica en sus argumentos, giros y maneras de expresarse que cada cosa que escribe no solo se convierte en best seller (ha sido traducido a 43 idiomas y su obra se vende en 55 países), es que es un festín para los amantes de la lectura. En este momento, en el que los premios de poesía puede ganarlos un tuitero joven intercambiable con un bot, acercarse a una novela de Javier Marías es un lujo intelectual.

Y no confundas intelectual con aburrido. En apenas unas páginas en Mañana en la batalla piensa en mí el novelista plantea la siguiente situación: un hombre y una mujer se encaminan al dormitorio de ella para hacer lo propio con las leyes de la atracción y ella muere antes de llegar a más. Problema: ella le está siendo infiel a su marido y en la habitación de al lado descansa su hijo de dos años. ¿Correrá el protagonista hacia la puerta como le pide el cuerpo o se hará cargo de la situación? De aburrido, nada.

Motivo 2: porque es un personaje literario en sí mismo

Javier Marías narra pensando y piensa como narra. Si decide escribir sobre que para él Gloria Fuertes no es una poetisa cuya calidad merezca un homenaje pues puede que amplíe su leyenda de cascarrabias y se meta en un jardín en Twitter, pero es lo que piensa y resulta difícil encontrar en este momento a un autor que no tema las consecuencias de sus palabras y se deje llevar por el buenrollismo y lo naif.

Pero su capacidad para generar polémica y defender sus opiniones no es el único motivo que le convierte en un personaje único en el panorama literario actual. Su amor confeso por Shakespeare (cuya imagen lleva prendida en la solapa de la chaqueta gracias a un alfiler), el hecho de que es el rey Xavier I de la isla de Redonda (el islote del Caribe que solo pueden gobernar escritores) y que decidió aprovechar su reinado para repartir títulos nobiliarios ficticios entre sus afines y, de paso, crear un sello literario que publica obras ignoradas por el resto de las editoriales sesudísimas (rescatando a la autora Richmal Crompton porque es un fan de Las aventuras de Guillermo) son algunos de los rasgos que le convierten en alguien incapaz de ser ignorado por el público. Y sí, rebate a sus trolls desde las alturas… al fin y al cabo es rey.

Cuando le concedieron el Nobel de Literatura a Bob Dylan muchos se quedaron con la boca abierta. Algunos porque no entendían por qué le daban este tipo de galardón a un cantante. Y los propios miembros de la academia porque durante unos cuantos días intentaron localizar al autor de Blowin’in the wind por teléfono para comunicarle la buena nueva… y no conseguían localizarle. ¿Les estaba haciendo Bob Dylan la cobra? La imaginación popular se disparó y conociendo cómo las gasta el cantautor no faltó quién pensó que Bob iba a declinar el honor porque en Estocolmo hace frío en esta época del año.

Pues bien, de un cascarrabias universal a otro, no falta quien piensa que Javier Marías merece el Nobel, y que lo acabará ganando (al fin y al cabo ningún español se lleva premio desde Cela allá por 1989) pero que lo rechazará como rechazó el Premio Nacional de Literatura que le concedió en 2012 el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Porque él es así. Y porque, en realidad, Javier Marías ya no necesita el Nobel. O como dice su amigo Javier Pérez-Reverte: “él dignificaría el Nobel”, y no al revés.

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