Jennifer Aniston

Nuestra mejor amiga empieza el año con tres estrenos y nuevo amor. Como nos gustaría a (casi) todas.

Ahora le gustan menos guapos
Ahora le gustan menos guapos

Cosas de la vida Brad la deja por Angelina, rueda en pleno duelo una película con el oportunista título de “The Break Up” (la ruptura) y se enamora del coprotagonista: Vince Vaughn. Brad y Angelina también traspasaron la ficción en el rodaje de “Mr. y Mrs. Smith”. A veces, el destino, duradero o no, se hace notar con píldoras de humor negro. Y Jennifer necesitaba humor, del color que sea. Su primera entrevista posPitt acabó en lágrimas. La entendemos. Muchas hubiéramos hecho lo mismo por tipos no tan guapos como Brad, que encima siempre queda bien hablando de interiorismo y arquitectura. Por cierto, que la nueva casa de Aniston en Malibú –la misma que aseguran comparte ya con Vince– no tiene nada que ver con el decorado artístico y minimalista de la mansión en que vivió con Pitt. ¡Esos muebles de cuero negro en un enorme salón inmaculado! Allí, el sofá era una obra de arte... ¡Incomodísima! Ahora, la misma Jennifer describe su nueva casa como «confortable, ecléctica y muy sexy». Está en la playa, así que imagínatela tomándose un té mientras contempla los delfines... Definitivamente, ha redecorado su vida. Por dentro y por fuera. Y con un gusto excelente, por cierto.

Una palabra de cuatro letras

Amor. Con las fotos de Vince en la mano, se nota que Jen ha optado por un cambio profundo. Porque la primera pregunta es: «¿Qué le habrá visto?» Movimiento en falso. Ellos, como nosotras, son mucho más que una instantánea. El chico es más fondón que Brad y menos estiloso que el ex rubio, que dominaba la versión pijo-grunge-de luxe de la moda como nadie, o como Beckham –que se gastaba un pastón para hacer ver que iba como de baratillo, vamos–. Vince va con tejanos normalitos –ni rotos, ni nada– y con camisa de cuadros cowboy style bajo la que se adivina un michelín. Pero, si nos fijamos bien, abraza a Jennifer con soltura y sin presiones. Y a ella le gusta. Hasta se permite hacer bromas sobre «el amigo muy querido», confesando que «ahora estoy más relajada, no sé si porque tengo en casa un sofá más cómodo o porque mi perspectiva de la vida es más agradable».

Vince es cercano. Más normal y menos divo. También con ses es coguionista y productor de “The Break Up”, la película en la que se conocieron y en la que ambos exploran qué pasa cuando una pareja se ve obligada a compartir la casa después de la ruptura. ¿Hay química entre ellos? Tendrás que esperar a marzo para ir corriendo al cine y averiguarlo.

De estreno

Mientras, puedes abrir boca con los dos títulos que Jennifer estrena en ener “Sin control”, con Clive Owen; y “Dicen por ahí”, con Mark Buffalo, Kevin Costner y Shirley MacLaine. Será que el divorcio sienta bien a las actrices (piensa en Nicole), porque hacía tiempo que no tenía tanta presencia en la pantalla grande, un terrero en el que se está abriendo paso, poco a poco pero con firmeza. Tener la cabeza ocupada hace que te mires menos el ombligo y salgas antes adelante. Y, si encima apuestas por tu carrera como parte de la terapia, las cosas van rodadas. Por cierto, que en sus nuevos filmes Jennnifer ya no es la vecinita de al lado graciosa y simpática. Tiene carácter, la chica. Y un lado que no es del mismo tono dorado de su admirada y copiada melena. Otro cambi de registro.

Cosas de familia

Aparte de poder concentrarte en tu trabajo, ¿hay algo positivo en el hecho de que tu marido te deje por otra ante los paparazzi y los focos de todo el mundo? Por supuesto. Una descubre de entrada a los que son amigos de verdad y a los que sólo estaban para salir en la foto. Courtney Cox es de las de verdad. Ella es, ha sido, y probablemente será la mejor amiga de Jennifer. Se ve que con ellas el título de “Friends” fue más que acertado. Courtney ha sido de las primeras en dar su visto bueno a Vince Vaughn. Quizá la segunda persona en saber de qué iba la cosa fue la recuperada madre de Jennifer: Nancy. Después de diez años sin hablarse, han vuelto a establecer puentes gracias al divorcio. La actriz entiende ahora mejor a su madre: «A veces creo que, a estas alturas, soy casi como una copia en carbón de ella. Me oigo hablar y me digo “Dios mío, soy Nancy”. Es como si hubiéramos vuelto a conocernos. Ahora me doy cuenta de que no la juzgué bien cuando se divorció de mi padre. Ellos, además, no tenían las herramientas que hoy están a la orden del día, como las terapias o los libros de autoayuda.» Has leído bien. Libros de autoayuda. Cuando estaba casada con Pitt, Jennifer leía un montón. Ahora, dice que no tiene el cuerpo ni la mente para ellos. ¿Un cambio de libros en la mesilla de noche? Casi que sí. Aunque convendría no guardarlos muy lejos, con todo el chismorrero mediático que mueve. Una astróloga de Hollywood va contando por ahí que lo suyo con Vince no tiene futuro «porque ella casi no lo toca y siempre es él quien toma la iniciativa en las caricias». En televisión, todos quieren que proclame su amor pegando saltitos en el sofá, a lo Cruise. Ella, sobre el corazón, sólo quiere responder con una pregunta: «A ti qué te importa.» Nos vemos, Jen.

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