Helen Lindes: "Me divierte actuar, aunque me tira más el diseño"

Helen Lindes
Helen Lindes

Llega tarde al shooting, y eso que tiene fama de puntual. Es mitad andaluza mitad inglesa, así que empata. Nos cuenta que su perrita Bella se ha puesto a llorar como una loca cuando se ha ido de casa y que ha tenido que volver a por ella... Bueno, tampoco vamos a estresarla. Está con los nervios a flor de piel con el tema de la boda. Sí, se casaba en 15 días, con el hombre de sus sueños, el jugador de baloncesto Rudy Fernández (ex NBA, Real Madrid). «Me llamó para ver si colaboraba en un acto benéfico hace cuatro años y, cuando quedamos, surgió la chispa. Tenemos una personalidad muy parecida: sabemos lo que queremos en la vida, nos dedicamos en cuerpo y alma a un trabajo que nos apasiona y nos encantan los niños... Sobre todo, me hace muy feliz», explica la modelo.

Helen se carga el estereotipo de chica guapa sin cerebro en dos minutos: no es que sea inteligente, que lo es, sino que encima está preparadísima. Ha estudiado Publicidad y RRPP, Diseño, un Master de Locución y Presentación de Programas en Televisión Española (en el que coincidió con Pablo Iglesias y con el que de vez en cuando se envía algún whatsapp). «He heredado la curiosidad de mi madre por todo: por aprender idiomas, por probar todo tipo de platos, por viajar... Soy muy polifacética. A ella, que es profesora de literatura inglesa, le encantan la fotografía, el teatro... y gracias a ella he aprendido a amar toda manifestación artística. Por ejemplo, a las dos nos encanta escribir. Ella lo hace muy bien», explica. De su padre, ya fallecido, ha sacado la paciencia: «Era una persona muy tranquila, con ese sosiego tan propio de los andaluces. A mí solo me faltaba criarme en Lanzarote. Soy soñadora –¡siempre estoy en las nubes!– y muy positiva. A mí, las tristezas me duran un segundo», explica la modelo. Si le tiramos de la lengua para que nos descubra algún defecto... «Odio madrugar, soy muy dormilona. Mis nueve horas de sueño no me las quita nadie. Y si no puedo, estoy de mal humor. Además, tampoco me gusta trasnochar. Soy como Cenicienta: a las doce, en la cama.» Helen ya ha cumplido sus quince años de carrera profesional... ¡Y eso que solo va a cumplir 34! ¿Cómo ha logrado mantenerse ahí arriba tanto tiempo? «Creo que la clave está en que he sabido moverme. He vivido en París, en Londres, en Nueva York, en Australia... Allí donde estaba el trabajo. Soy muy flexible y me adapto a cualquier situación. Ten en cuenta que me fui de casa a los 15 años... Era joven, pero muy madura. Gracias a mis padres y a su educación pude afrontar la soledad, el miedo... ¡Y también al inglés, claro! Te abre muchísimas puertas», explica Helen.

Tantas, que ha llegado a trabajar con George Clooney y a ser dirigida por Robert Rodríguez en un anuncio de Nespresso. «Clooney es un tipo divertidísimo... No para de hacer chistes, de fotografiarse con unos y con otros, de saludar a todo el mundo... Pero tiene una capacidad de trabajo brutal. En cuanto oye un “¡acción!” se transforma en otra persona», asegura la modelo. Lindes también ha grabado un spot con el doctor House, Hugh Laurie: «Él sí que es un verdadero gentleman inglés. Teníamos que bailar un tango y estaba preocupadísimo por si me pisaba o si me mareaba con tantas vueltas. Es muchísimo más reservado que Clooney, pero muy entrañable. Le cogí mucho cariño», nos cuenta.

Helen asegura que sigue siendo la misma chica que ganó el título de Miss España (2000): «Ya llevaba tres años trabajando en moda y viajando por todo el mundo; es decir, tenía una personalidad formada y era económicamente independiente. Fue la gala más vista de la historia del certamen (más de seis millones de espectadores) y la fama me llegó de sopetón. Eso sí que fue un shock. De la noche a la mañana, todo el mundo me reconocía por la calle... ¡Uf!» Ahora comparte boli de autógrafos con su novio Rudy: «Hay chicas que se acercan a mí y que ni le conocen (risas). Eso me encanta y me hace sentirme orgullosa de mi trabajo.» La dejamos a punto de hacerse la última prueba del vestido de Rosa Clará, un modelo elegante, nada princesa, del que no suelta prenda... Solo nos confiesa que la firma Merkal le ha diseñado unas cuñas de esparto para disfrutar bailando toda la noche en La Fortaleza, un castillo del siglo XVII en Pollença (Mallorca), donde celebrará su boda. Y que Carmen Navarro la está poniendo a punto. Más guapa si cabe.

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