Cinco reflexiones con Risto Mejide

Cinco reflexiones con Risto Mejide
Cinco reflexiones con Risto Mejide

1. ¿Por qué sigue vendiendo lo sexy?

Porque excita. Porque despierta. Y porque lo hace en el mínimo tiempo posible. Una voz, una mirada, un gesto, y allá vamos, con todos nuestros sentidos rehenes de una atracción primaria, biológica, irracional. En un entorno sobresaturado de mensajes y cada vez más caros de publicitar, lo sexy es el atajo más rápido y más rentable hacia la seducción; la seducción, droga dura para nuestra imaginación; y la imaginación, la antesala necesaria de cualquier compra.

2. Todo por la fama.

Todo por nada. Porque la fama no es nada. Bueno, sí, que la gente que no te conoce de nada se piense que te conoce y los que sí te conocen de verdad, te conozcan un poco menos. El resto es confundir los medios con los fines. Ser famoso haciendo qué. Porque parece que últimamente se han invertido las tornas. Antes (no mucho antes) se perseguía el prestigio que, con mucha suerte y aún más trabajo, acababa desembocando en fama. Hoy por hoy, lamentabrleemqnuetneate n,d odsmo scu arcchroeorr ramisd.áass

3. ¿Cómo me seducen las mujeres?

Creo que como a todos. Con la dosis justa de indiferencia. Luego, si me enamoro, es porque la admiro por su calidad humana, hasta el punto casi de sentirme mala persona a su lado. Por último, cuando llego a quererla, eso es que me ha hecho ser incoherente de algún modo. Por lo visto, la acepción latina del verbo seducir, ‘seducere’, puede traducirse también como ‘descarrilar’. Al final, te sueles quedar con la persona que más te haga descarrilar de tu propia vida.

4. Algunas cosas que me hacen reír.

Los políticos. El sobrino de Buenafuente. Aaron Sorkin. La gente que se toma demasiado en serio. Las promesas previas a un orgasmo. El Chandler del principio y el Joey del final (‘Friends’). La espontaneidad. Un bebé que sale partiéndose la caja en Youtube. Un anuncio de hace un tiempo en el que un bárbaro se enfrentaba solo contra todo un ejército y en el momento de la batalla se sentía tan sobrado que hasta tiraba el escudo. Cosquillas con mala intención. Mi novia.

5. Pensamiento positivo.

¡Cuánto daño ha hecho el dichoso pensamiento positivo al ser humano! Al primero que dijo eso de «sé tú mismo» deberían haberlo colgado por los genitales. Y desde entonces, todos sus secuaces nos vienen atormentando con libros de autoayuda que no hacen más que presionarnos a cambio de algunos euros, demasiadas páginas y muy pocas ideas. Jamás en la historia se habían publicado tantos libros con la palabra ‘felicidad’ en el título. Y, paradójicamente, jamás la humanidad ha dado mayores signos de infelicidad. Prefiero creer en la honestidad desinteresada. Prefiero creer en el pensamiento negativo.

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