Solo Beyoncé podía superarse a sí misma en su segunda actuación en Coachella
Por algo tiene el título de Queen B.
Hace exactamente una semana Beyoncé regresaba a la escena musical por la puerta grande. Lo hacía como cabeza de cartel del Festival de Coachella, un gesto histórico que la convertía en la primera mujer negra en conseguirlo.
En solo unos minutos se metió al público en el bolsillo con una actuación en la que no faltaron buena música, diseños de Balmain y hasta la aparición sorpresa de Jay-Z y las integrantes de Destiny's Child. Un concierto memorable que situó el nivel demasiado alto como para ser superado.
Pero cuando se trata de Queen B no hay nada imposible. Solo ella era capaz de superarse a sí misma en su segundo concierto en Coachella. Y es que no solo no defraudó sino que logró superar todas las expectativas.
Nuevo repertorio, nuevas sorpresas y hasta un vestuario completamente diferente al de la semana anterior. Cuatro nuevos looks de Beyoncé sorprendieron a los presentes. Olivier Rousteing tuvo que darle una vuelta a todo y esta vez las sudaderas amarillas cambiaron por modelos rosas, el vestido de rejilla cambió por un body de charol y hasta el espectacular diseño a modo de diosa egipcia cambió por uno en la misma línea pero todo en tonos plateados.
Y esta vez no solo subió de nuevo al escenario a Kelly Rowland y Michelle Williams, sus compañeras del grupo que tantos éxitos cosechó a finales de los 90, sino que quiso cantar también junto a su hermana Solange Knowles así como con el colombiano J Balvin.
Un despliegue sin precedentes en lo que ha sido bautizado como #Beychella que volvieron a situarla en lo más alto del trono.
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