Andrés Velencoso: "Siempre he sido un tipo seriote"

Discreto y educado, cero pose, como su personaje en la comedia “Señor, dame paciencia”, Andrés Velencoso sabe dejar KO con una media sonrisa. Caer es inevitable, dentro y fuera de la pantalla.

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¿Delante o detrás?

Andrés, en Deluxe Madrid, con chaqueta verde caqui CH Carolina Herrera. "Soy lo que aparento: odio las poses. Lo que menos me gusta de la moda es la artificialidad", asegura.

/ Juan Aldabaldetrecu

Es un tipo valiente, de esos que se atreven. A los veinte años se largó de casa para ir a Nueva York, en contra de los deseos de su padre, que le pedía que acabara los estudios. Pero la aventura y esas ganas de viajar que nunca le han abandonado pudieron más en la balanza. Y no le ha ido mal, sobre todo desde que, en 2003, protagonizara la campaña de Louis Vuitton junto a JLo. Poco o nada le queda ya por demostrar en el mundo de la moda, donde ha trabajado con y para los mejores. Ahora, afincado hace año y medio en Londres, persigue su nuevo sueño: ser actor. Pero uno de los buenos, como el polifacético Hugh Jackman: "De esos que cantan, bailan, te enamoran en una comedia o te dejan con la boca abierta en una de acción. Así quiero ser yo y estoy dispuesto a aprender", se sincera Velencoso.

Patio de butacas con Andrés Velencoso

Con camiseta blanca Topman y pantalones azules Michael Kors Collection. "Soy indeciso y maniático: no soporto que toquen mis cosas. Convivir conmigo no es fácil", confiesa el actor, que sale con la influencer y presentadora italiana Ginevra Rossini.

/ Juan Aldabaldetrecu

Convénceme de que vaya al cine a verte...

“Señor, dame paciencia” (16 junio) será una de las comedias del verano... ¡Ojalá sea un nuevo “Ocho apellidos vascos”. La gente tiene que ir al cine porque se va a reír, pero también tocará su fibra sensible. Hay momentos muy tiernos.

Pero véndete un poquito más... Dime que te quitas la camiseta... ¿No te pesa aún demasiado la imagen?

Cada vez menos. Aún hay gente con prejuicios que piensa que esto es un capricho, pero yo tengo ahora dos profesiones, gracias a Dios, porque seguir trabajando aún como modelo después de 19 años, tampoco es fácil. Y lo hago entre películas: entre un trabajo de cine y otro de tele aprovecho para seguir haciendo campañas, desfiles y editoriales… Este año me han llegado propuestas y he hecho muchos castings. Unas cosas han salido y otras no. Ahora me voy a rodar una serie para la tele argentina... Estaré fuera tres meses.

¿Qué tienes en común con tu personaje?

Nos parecemos físicamente (risas). Bueno, yo no sé si me iría de vacaciones solo a un pueblo después de que mi novia me dejara… Hago de un psicólogo al que acaban de abandonar y se enamora del personaje de Alicia (Silvia Alonso). Es el quitaclavos, que lo llamo yo. Todos hemos tenido uno en nuestra vida. Y lo pintan como el salvador, el icono, el guapo, el perfecto. Me parezco en la empatía, en el poder entender a la otra persona, en la capacidad de perdonar, de saber cuándo estirar más la cuerda o no.

La película trata de la importancia de la familia. ¿En tu caso, ¿supone un refugio?

Claro, la familia está para eso. En España somos así. Lo anglosajones –ahora en Londres lo veo–, no tienen esas raíces tan fuertes que tenemos los latinos. Hay momentos muy bonitos en torno a los padres, de esos que guardas para siempre. Tossa es mi refugio, donde además cuidan a mi perro Herry (@herrythedog, que tiene más de 20.000 followers en Instagram).

Andrés Velencoso sin filtros

A sus 39 años, Velencoso asegura que no es un gran chef, a pesar de que su padre tenga un bar en la Costa Brava. Viste chaqueta CH Carolina Herrera.

/ Juan Aldabaldetrecu

¿Y para cuándo la tuya?

Yo pensaba que la iba a tener ya a estas alturas, pero se me está pasando el arroz (risas). Cuando tenga que ser, será, no es una necesidad vital. Yo, mejor de padrino. Ya lo soy de un par.

¿Has rechazado algún papel?

Sí, algunos sí. Pero no porque me pidan que me quite la camiseta (risas). De hecho, en esta peli lo hago porque tiene sentido… Lo he hecho más por guiones, porque no me convencía el proyecto o porque me coincidían las fechas con otro trabajo. Yo me dejo guiar mucho por mi agente, Antonio Rubial.

¿Siempre has querido actuar?

No. Me entró el gusanillo cuando empecé a trabajar de modelo. Se me quedaban dentro las ganas de poder transmitir algo más. Prefería los rodajes de anuncios a las sesiones de fotos. Pero por falta de tiempo o porque no te atreves todavía a dar el paso lo fui dejando…

Cuando trabajas de modelo, ¿interpretas algún personaje?

Ummm, no (risas). Solo hago distintas versiones de mí mismo: más duro, más dulce… A veces hay fotógrafos que te cuentan unas películas… Hay que ser más serios y no confundir las cosas.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor, hasta ahora, de tu carrera como actor?

¿Lo peor? Ver que no acabas de arrancar, que has hecho castings importantes y te has quedado a las puertas y has dado mucho, porque en las pruebas uno se vacía, siempre dejas algo de ti. Y lo mejor, lo que me está pasando ahora, que me están saliendo muchos proyectos y estoy disfrutando a tope. El prepararme las películas o hacer algún curso me apasiona. Me gusta casi tanto como trabajar.

Andrés Velencoso y las películas

Andrés, con jersey beis Alan Paine y jeans blancos Deus ex Machina. Asegura que le hace gracia que las chicas se sonrojen al verle, pero lo pasa peor que ellas.

/ Juan Aldabaldetrecu

Lo que más te gusta de cine es...

La experiencia vital: las amistades que acabas haciendo y la pequeña familia que formas con todos tus compañeros. Y eso que solo estuve diez días rodando. Es una de las grandes diferencias del trabajo de modelo: que en un día, después de recorrerte el mundo, has acabado. ¡Ah! Y el aplauso final, cuando terminas la película, es lo más emotivo que he vivido.

¿Qué es lo que más te disgusta de ti mismo? Ya sé que lo bueno no me lo vas a contar, aunque dicen que tienes un gran sentido del humor...

Soy bastante seriote, la verdad, aunque a veces me gusta hacer el tonto. ¿Lo que menos me gusta? La impaciencia, que me corroe. Es como un veneno… Y eso que luego leo las frases de Paulo Coelho y me encantan, pero soy incapaz de aplicármelas (risas). En cambio, soy de los que ven siempre el vaso medio lleno. Soy muy realista y busco soluciones.

A lo largo de estos cinco años, ¿has crecido como actor?

Eso espero. Nunca te sientes seguro del todo, porque cuando dominas un aspecto, te asaltan otras inseguridades, eso lo he aprendido como modelo. La confianza se adquiere día a día y el del actor es un camino de largo recorrido. Este año, he trabajado mucho como modelo y no he podido hacer ningún curso.

¿Qué te gusta como espectador?

Soy un poco friki de las series... el otro día me vi la segunda temporada de “Narcos” en una tarde. Y eso que sabes el final, pero de alguna manera esperas que escape. Estoy deseando ver la tercera, con Alberto Amman, Silvestre y Javier Cámara. Lo que espero del cine es que me conmueva. Como todo el mundo. Ahora, con las nuevas plataformas, la vía de consumir cine es más fácil: la ves, la paras, vuelves…

¿Te sigue gustando posar o solo te da de comer?

No, qué va, me gusta mucho. Aunque a veces me aburro, cuando veo que estoy repitiendo lo mismo… Pero no del equipo, sino de mí mismo. Necesito una motivación extra, ser capaz de implicarme en el proyecto que se lleva a cabo. Pero a veces o no te dejan o lo ves tan… ¡imposible! Es que ya llevo en esto diecinueve años…

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