Ana de Armas, estrella de ciencia ficción

El 30 es su número mágico. A punto de cumplirlos y más de tres décadas después del primer “Blade Runner”, la actriz da vida al personaje más intenso y complicado de su carrera en la esperada secuela. ¿Aún no conoces a Joi? Prepárate para el 6 de octubre...

Ana de Armas con los pies en el suelo
Ana de Armas con los pies en el suelo / Richard Ramos

Ana llega feliz y relajada a la antigua Estación del Norte de Madrid... y eso que el chófer la ha dejado muy lejos de la puerta. Cariñosa, nos recuerda con un gran abrazo nuestro último encuentro y confiesa que está encantada tras una semana en España, poniéndose al día con sus grandes amigos. Los echa tanto de menos... Da gusto verla así: tan madura, tan alegre, tan dispuesta...¡y tan guapa! Cualquiera diría que está enamorada. Deben de ser los treinta, sí, porque está pletórica:

"Es un número que no me encaja aún en la mente (risas), pero al mismo tiempo tengo que reconocer que paso por el mejor momento de mi vida. Como mujer sé perfectamente lo que quiero, me gusto físicamente, estoy en paz, me siento libre, ni pido permiso ni espero aprobación... Los 30 serán una época súper bonita, estoy segura. Si no existieran los números, sería perfecto". Ana de Armas está más que preparada para la avalancha que le espera: a partir del 6 de octubre: se convertirá, gracias a “Blade Runner 2049”, la esperada secuela del mito, en una estrella mundial.

Ana de Armas, práctica

Chaqueta con lentejuelas y pantalones, ambos Emporio Armani; botas altas Stuart Weitzman.

La boca destaca con el tono suave y aterciopelado First Light de la barra Rouge Allure Velvet, Chanel.

/ Richard Ramos

Hace solo 4 años que empezaste tu sueño americano... ¿No da vértigo?

No (risas). Poco a poco voy trabajando con artistas de mucho nivel e involucrándome en proyectos ambiciosos y personajes más complicados. ¿Si me pesa? Estoy muy orgullosa de ver hasta dónde he llegado, pero he sacrificado muchas cosas en mi vida personal: no estoy con mi familia, que vive en Cuba, a mis amigos no los veo nada y eso es durísimo. De momento, me compensa. Siempre he tenido claro que esta es mi pasión y es a lo que quiero dedicarme.

¿Ahora te sientes más segura, al menos delante de una cámara?

Todo sigue siendo un reto: encajar en una industria y en una sociedad que no tiene nada que ver contigo... Actuar en un idioma distinto. Hace tres años, cuando me mudé a Estados Unidos, no hablaba nada de inglés, nada. Y aún así, les decía a mis agentes que me enviaran a las audiciones. Aunque me rechazaran, me servía de práctica… Todavía me da miedo… Ahora empiezo una peli en dos semanas (“Tres segundos”, con Clive Owen y Rosamund Pike) y no paro de estudiar a todas horas.

Ana de Armas, auténtica

Bustier y culotte, ambos  Dolce & Gabbana.

Un smoky moderno tiñe los párpados con los tonos enigmáticos de la paleta Les 4 Ombres City Lights y la línea de las pestañas se intensifica con el lápiz Signature. Ambos, Chanel. 

/ Richard Ramos

¿No te paraliza el primer día de rodaje?

En “Blade Runner 2049” estaba a-te-rra-da. Vino el director y me dijo: "Ana, ¡estás abriendo mucho los ojos, están fuera de control!" Y era porque, cuando no era mi plano, yo miraba cómo actuaba Ryan Gosling desde un punto de vista de fan fatal (risas). Estaba tan nerviosa… No sé si habrán podido usar algo de ese material, porque se me salían los ojos de las órbitas. Fue muy gracioso. La suerte de tener buenos compañeros te permite darte cuenta de que son de carne y hueso, de que no pasa nada. Tuvimos un ambiente muy colaborador, un director con una gran sensibilidad y abierto a probar cosas… Así te sientes segura, puedes equivocarte, volver a empezar... Con esa libertad, ese tiempo y esa dedicación, ¡tardamos cinco meses en rodarla!

De las grandes figuras con las que has trabajado, ¿con quién te quedarías?

Con Keanu Reeves (su pareja en el thriller “Toc Toc”), que es una persona maravillosa, muy buen ser humano. Bueno y Ryan Gosling... están ahí compitiendo. Estos cinco meses de rodaje, que fueron tan duros y tan intensos y tan oscuros, dentro del universo “Blade Runner”, fue mi tabla de salvación. Por que ser el líder de una película supone que todo el mundo te sigue en el rodaje: tienes que tener ese espíritu de equipo, de saber estar de buen humor, energía, puntualidad, ser profesional... Es lo que te convierte en un líder y él lo tiene. Es una pasada.

Ana de Armas, glamurosa

Ana lleva vestido de lentejuelas plateadas y tul Oscar de la Renta y botines de lentejuelas Zara.

Para lograr un rostro fresco y radiante, aplicamos sobre la piel desnudade Ana  la base acuosa Les Beiges Touche de Teint Belle Mine, Chanel. Sublima la tez sin aportar pesadez.

/ Richard Ramos

Penélope Cruz y Paz Vega se han vuelto a vivir a España. ¿Tan duro resulta Los Ángeles?

Es demasiado grande y superficial. Es complicado encontrar gente buena en la que puedas confiar, hacerte un grupo en el que te sientas protegido. Yo también me iré, seguro. Es una ciudad muy de trabajo... Acaba agotando.

¿Y Hollywood?

Hay que trabajar muy duro. La gente tiene la impresión de que todo es un golpe de suerte y no sabe que detrás hay mucho trabajo, esfuerzo, sacrificio, paciencia, días de bajón, de miedo. Muchas veces te hacen sentir que no encajas porque no eres suficiente: no eres lo bastante guapa o alta o rubia o morena... O que tu acento no es lo bastante bueno. Esa ha sido la lucha que me ha mantenido cuerda: no pretender ser alguien que no soy. Espero que mi trabajo hable por sí solo y cambie sus mentes. Ninguno de los seis personajes que he interpretado en Hollywood ha sido para hacer de latina. He aprendido a defender mi autenticidad, quién soy yo. Mira, el otro día fui a la gala del Instituto Americano de Cine, que premiaba a Diane Keaton y fue tan inspiradora... Todo el mundo celebraba lo talentosa que es como actriz, directora, escritora, fotógrafa, pero lo que más resaltaban es lo original que es porque, a pesar de ser una de las actrices más tapadas y recatadas de la historia, sigue siendo un icono de moda. Ella es ella y nadie más. Me gustaría ser así algún día… Ahí estoy.

Ana de Armas, superviviente

Vestido de tul negro de topos y botas altas de cuero, todo Ermano Scervino.

Las cejas más definidas se consiguen con la doble punta del lápiz Stylo Sourcils Waterproof, Chanel. Por un lado, colorea y, por otro, peina para suavizar la línea de forma natural. 

/ Richard Ramos

En los malos momentos, nunca piensas: ¿y si no me hubiera ido?

Sí... lo pienso y no me gusta nada. Yo sé que puedo ser feliz de mil formas, porque eso depende de ti, es una actitud ante la vida. Sé que si no hubiese salido de Cuba estaría viviendo con mi familia, con mi mejor amiga, con mi ahijado, tal vez ya tendría familia porque me muero por tener hijos… Pero me faltaría algo, creativamente hablando. Y al final hay que relativizar en los momentos de bajón, porque hay tanto por lo que estar agradecido, tengo tanto… Los malos momentos son temporales; estoy donde estoy porque quiero, ha sido mi elección.

Se te presume frágil pero valiente, ingenua pero decidida; ¿cómo te ves?

Valiente, sí. Mi mantra vital es: ni pido permiso ni espero la aprobación de nadie. Soy muy intuitiva, que es lo que nos hace sobrevivir.

Ana de Armas, estilosa

Chaleco de pelo CH Carolina Herrera, pañuelo metálico Paco Rabanne, pantalones de cuero trenzado Ana Locking, botines con plataforma Robert Clergerie y anillos de cuero Sampedro.

Los puntos de luz estratégicos se logran con el iluminador de la Palette Essentielle, Chanel. Se aplicaron en los arcos ciliares, parte superior de los pómulos, puente de la nariz y el arco de Cupido. 

/ Richard Ramos

Cuentas que sueles enamorarte y desenamorarte en cada rodaje. ¿Con quién caíste en “Blade Runner”?

Con Denis Villeneuve, el director. Es una persona maravillosa. Da gusto lo humilde que es, cómo te habla y te mira, es un genio. Y no le da miedo mostrar que es vulnerable, que duda y tiene miedo a equivocarse… Ojalá repitamos.

¿Buscas una relación para siempre?

Yo no busco un colega, quiero un hombre que me ame y esté loco por mí, pero he aprendido que, aunque debe haber pasión y amor, tenemos que ser un equipo. No puede haber celos, competitividad, desconfianza, porque la vida ya es complicada y mi trabajo también, lo sé. Estar cinco meses fuera de casa es duro, pero quiero una persona que entienda eso y es difícil de encontrar.

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