Entrevista a Tamara Falcó

A los 26, ha decidido independizarse: trabajar para la firma d emoda Barbour y acaba de alquilar un apartamento en París, junto a su novio. Ya es...¿como todas las chicas de su edad?

Tamara viste cazadora guateada y camisea Barbour. Vaqueros J Brand. Botas guantes y cinturón Harley

Tamara viste cazadora guateada y camisea Barbour. Vaqueros J Brand. Botas guantes y cinturón Harley Davidson y collar Uno de 50

Nos dijeron que suele llegar tarde a las citas- más aún si son por la mañana, porque es muy dormilona-, que cambiar su estilo iba a ser ’misión imposible’ porque tiene muy clara su imagen y lo que le gusta y que, en las entrevistas, no es una chica de reflexiones profundas. Pues bien: no acertaron ni una. Tamara echó por tierra todos nuestros temores con su natural simpatía, su adaptabilidad y ¡su talla 40 de pantalón! Es tan humana, tan divertida y, al mismo tiempo, tan ’Amélie’ (habla como piensa)que nunca te deja indiferente: cuando le conoces, le coges cariño para siempre. Empieza a contarnos cosas sin esperar a que le preguntemos: no es que hable por los codos- que también-, sino que está tan emocionada en este momento de su vida que le apetece hacernos partícipe de él. Imagen de Barbour desde el pasado mes de octubre, está diseñando ella misma una minicolección de chaquetas para la firma británica, además, se ha convertido en la cronista de moda de una prestigiosa revista del corazón " Iré a las pasarelas de París, Nueva York y Milán... ¡y daré mi opinión! Es un lujo porque siempre me ha apasionado la moda". Para colmo de bienes, acaba de alquilar un apartamento en el centro de la ciudad del Sena, para estar más cerca de su novio, el simpático Marco Noyer.

¿Cómo es que no os habéis animado a vivir juntos?

Necesitamos nuestros espacios: Marco está estudiando su segundo máster y quiere silencio... Yo no podría dárselo (risas). Además, me hacía ilusión tener mi propia casa, porque hasta hace poco, ¡compartía habitación con mi hermana Ana! Y también lo hago por respeto a mis padres (Isabel Preysler y Carlos Falcó, marqués de Griñón). Supongo que no les haría gracia que viviéramos juntos.

Sueles consultar con ellos todas las decisiones importantes, pero ¿qué pasó con el alquiler del piso de París?

Se lo dije cuando ya estaba hecho... ¡Y a Marco también! Fue una sorpresa para todos, pero yo estaba tan segura... Pocas cosas me han hecho tanta ilusión. Me quedé con el primero que me enseñaron en la agencia. ¡Es tan mono! La anterior inquilina era una ministra francesa...

¿Y qué vas a hacer allí exactamente?

Vivir en una ciudad que me fascina, empaparme de la cultura francesa, tan exigente, mejorar el idioma y ¡dar cursos de cocina! Es en serio...

¿Pero tú has frito un huevo en tu vida?

La verdad es que no, pero estoy progresando. Me he apuntado a una escuela en la que puedes ver lo que están haciendo a través de internet y, si te interesa, bajar corriendo y seguir las clases. Lo de navegar es increíble: estoy enganchadísima...

Cuéntanos alguna receta facilita con la que triunfar.

Vale, pero te la cambio por un truco para que las manos no te huelan a ajo... ¡No consigo quitarme ese olor de encima, aunque me lave mil veces!

Tendrás que convivir con él, como con los ‘paparazzi’...

Lo malo no es que te persigan, sino que sacan unas fotos horribles (risas). Mis amigas me llaman corriendo para decirme cuantos ‘aaargs’ me han puesto en ‘Cuore’. Nos partimos de risa. Yo soy la primera que cotilleo, en las revistas de corazón, los vestidos que llevan las actrices... Es humano.

Igual que no llegar a fin de mes. ¿Cómo te apañas ahora?

Antes de embarcarme en el alquiler, estuve echando cuentas, para tener un colchón. Impone vivir sola, pero me hacía tanta ilusión, que he preferido sacrificar algunos caprichos. Y si tengo que trabajar más, pues me pondré a ello: es un reto personal.

Tampoco serías la primera que volviera a casa...

De hecho, cuando estoy en Madrid, vivo en casa de mi madre y de mi ‘tío’ Miguel (Boyer). Él siempre dice que va a acabar poniendo apartamentos (risas). Aún quedan mis hermanos Ana y Julio José, que vive como un pachá... pero mi madre está feliz.

¿Qué has sacado tú de ella?

Pues, no mucho... Chábeli es la más parecida físicamente, y Ana, en la forma de ser: es constante, responsable, mucho más centrada que yo (risas).

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