Eloy Azorín es diferente a todos

Es alto, rubio, moderno y menos joven de lo que parece. Se salta los tópicos a la torera, y piensa y viste como quiere.

Eloy Azorín es diferente a todos
Eloy Azorín es diferente a todos

Posee un físico inusual entre los actores españoles. Alto, rubio, delgado, moderno y con un cierto aire adolescente que no le ha abandonado aunque esté al borde de la treintena. Es fácil imaginar que la madurez le va a proporcionar un atractivo añadido y que le liberará, al fin, de los estereotipos juveniles que, inevitablemente, persiguen a todos los actores guapos. Ahora, ha recibido unas excelentes críticas por su interpretación de Orestes en la obra “A Electra le sienta bien el luto”. Pronto podremos verlo en la superproducción “Los Borgia”, y en la película “Desviados”, con Óscar Jaenada. Comienza una nueva etapa, justo una década después de debutar en el cine.

Eres ya un veterano, entre tantos jóvenes actores como están apareciendo.

En estos años he visto pasar muchos actores que han tenido una súper racha, pero al cabo del tiempo preguntas: «¿Qué ha sido de...?» Missing, no se ha vuelto a saber nada. Cada año hay una criba. Así que, de entrada, prefiero ir paso a paso. Hay personajes que sólo los puedes interpretar con diecisiete años, pero la experiencia te vuelve mejor actor y, además, los buenos llegan a partir de los treinta y tantos, porque tienes más recorrido, más que contar. Espero que mi mejor momento esté por llegar.

¿Qué te motiva a aceptar un personaje?

No hay que engañarse, en nuestro país no hay más de diez actores que tengan posibilidad de elegir. Sueles aceptar personajes que responden a la imagen que los demás tienen de ti, aunque no sea real, y cuando puedes cambiar, lo intentas. El único que se transforma de verdad es Javier Bardem. Partiendo de aquí, pocas veces he dicho «no» a un personaje… porque me ha parecido un horror o porque no me he visto preparado. Eso ocurre. Tengo mucho pudor y creo que hay que disfrutar con lo que se está haciendo, independientemente de lo que luego salga o llegue a decir la crítica.

El ego impide a muchos actores hablar tan claro sobre su profesión, ¿no crees?

Desde pequeño he querido dedicarme a esto y me dejo la vida trabajando, sin embargo, intento tomármelo con tranquilidad y cierto escepticismo. No quiero tener las paranoias que veo en otra gente. Esa sensación de que cuando no trabajas, te apagas. He visto en muchos el trauma de «yo he hecho esto y lo otro, y merezco trabajar ». Pero hay que tenerlo clar no sirve lo que has hecho, ni siquiera lo que estás haciendo, sino lo que harás.

¿Qué planeas?

Voy a trabajar con mi padre (Eloy Arenas) en la obra que está montando. Ha escrito un personaje a mi medida.

Cambiando de tema, ¿sabes que es la ‘übersexualidad’?

Me quedé en la metro... ¿Qué pasa ahora?

Según esta teoría, los hombres recuperáis la autenticidad, los valores masculinos.

O sea, derrochamos testosterona. ¡No me fastidies, que ahora estoy en esa etapa! No te imaginas las veces que me he tenido que oír que yo era el típico metrosexual. Y no lo he sido nunca... Jamás me he cuidado ni me he puesto cremas. Soy muy básico.

¿Te has olvidado de tu época ‘fashion’?

Ya sé que me puse algunos trajes inapropiados (risas). Recuerdo en especial uno estampado que llevé a una gala de los Goya. Y alguna vez se me habrá ido la olla poniéndome algo de Cavalli, pero es verdad que me visto con pocas cosas raras. Antes sí me molaba porque iba a bastantes estrenos pero ahora se ha puesto todo un poco chungo y no hay quien vaya. Hay programas en televisión que son mucho peor que una peli porno.

¿La relación con Lorena Berdún te ha convertido en objetivo de la prensa rosa?

Eso parece, aunque no puedo entender el interés que despertamos. Veo lo que hacen a los demás en algún programa y me entra pánico. ¿Cómo voy a ir a una fiesta si van a ir a por mí y me van a machacar? Imagínate lo que me pueden preguntar. No sabría por dónde salir. Te fastidia un poco, pero mi deseo es que me dejen en paz.

¿Qué no haces por temor a que te pillen?

El moñas por la calle, ponerme en pelotas, ir agarrado con una actriz con la que estoy currando. Entre actores, ir de la mano es algo muy común, y a menudo eso se confunde. Cuando nos enrollamos de verdad no se entera nadie.

¿Te sientes envidiado por salir con la experta en sexo de la televisión?

Estoy acostumbrado porque siempre me han puesto pedazos de mujeres como compañeras de reparto. La gente me decía: «¡Cómo será enrollarse con Emma Suárez!» Pero una cosa es el cine y otra la vida real. No será la misma sensación... Bueno, la gente primero te envidia y luego te suelta directamente: «Oye, enséñame el truco.»

¿Has aprendido muchos?

Por no responder preguntas como esa llevo más de un año sin conceder entrevistas.

¿Qué importancia das al sexo?

Toda. Es un factor muy importante en la vida. Si no puede practicarse a diario, que se haga una vez a la semana, pero que se haga. Cuanto más, mejor. La media de los españoles en la cama es bajísima. Definitivamente, los hombres tenemos que ponernos las pilas.

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