Cápsulas y serums que estimulan la melanina, protectores antimanchas, aftersuns que prolongan el tono y suben el ánimo... ¡Disfruta del sol sin jugarte la piel!
1. Elige el bronceador más adecuado a tu tipo de piel –sensibilidad, tono...– y condiciones donde tomarás el sol –horas, zona, etcétera–. Como norma: «Hay que usar SPF 50+ para pieles claras si se va a pasar mucho rato en la playa; SPF 30 para la tez mediterránea y exposición moderada, y en ningún caso menos de SPF 20», recomienda Leonor Prieto, de La Roche Posay.
2. Aplica la dosis necesaria. «Si usas poca cantidad, se reduce el spf del producto», advierte la dra. Aldaondo. Calcula: En spray, hay que aplicar 6 pulverizaciones; en stick, pásalo 7 veces por la zona; y en leche, 4 o 5 presiones para el cuerpo.
3. Extiende el bronceador media hora antes de la exposición solar, no cuando llegues a la playa, y reaplícalo regularmente. Evita las horas centrales del día, de 12 a 4.
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