Cómo puedes encontrar la limpiadora facial perfecta

Olvídate de la pereza, porque limpiarte bien la cara por la noche (y por la mañana) es básico para una piel saludable. Solo tienes que dar con tu fórmula.

Encuentra tu desmaquillante perfecto

Encuentra tu desmaquillante perfecto.

/ Szymon Brzoska

En los artículos sobre cosmética y belleza hay algunas frases que no nos cansamos de repetir. Como que nunca –nunca, ni siquiera cuando vuelves a casa ya de madrugada- <strong>limpiarse bien la cara</strong>. hay que irse a la cama sin limpiarse bien la cara. De hecho, según la Academia Española de Dermatología (AEDV) la limpieza es uno de los tres secretos para mantener una piel bonita y sana (los otros dos son la hidratación y la protección solar).

La pereza, la falta de tiempo e, incluso, la falta de costumbre hacen que muchas se salten este paso cada noche. Sin embargo, como nos recuerdan desde la AEDV, debería ser un gesto obligatorio "incluso aunque no nos maquillemos". "Al final del día, la piel está llena de grasa, sudor y polución", aseguran. ¿No te lo crees? Pásate un disco de algodón con agua micelar cualquier día que vuelvas de la calle sin maquillaje… Te aseguramos que limpio, lo que es limpio, no saldrá.

Otro gran problema es que muchas personas no terminan de dar con su limpiadora facial perfecta. Al fin y al cabo, cuando hablamos de cuidado de la piel, es más fácil ser constante usando algo cuando su aplicación resulta agradable. En líneas generales, la doctora Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de la Clínica Pilar de Frutos (www.pilardefrutos.com), nos cuenta que "debe asegurarnos una eliminación eficaz del maquillaje, la suciedad, el sebo y las impurezas produciendo la mínima agresión posible". Pero, como sabemos que la oferta de fórmulas limpiadoras es ingente, te damos unas pistas para dar con la idónea.

Para pieles sensibles. Lo mejor es que se olviden de los jabones. Esto no quiere decir que no puedan usar productos como mousses o geles (hay quien no entiende la limpieza facial sin aclarado), pero es importante que o bien no contengan jabón –se conocen como syndet- o empleen surfactantes suaves. La doctora Martínez Lorenzo cita dos ejemplos: "Sodium cocoamphoacetate y Sodium Laureth Sulfate". Además, es interesante que contengan agentes calmantes y antinflamatorios como el Gingko biloba, caléndula, omega 3… La experta también recomienda el agua micelar, que prescinde en su fórmula de alcohol, colorantes, y suelen ser muy bien toleradas.

Si tienes la piel seca... Agradecen especialmente los bálsamos y otras limpiadoras con base oleosa. Sin embargo a no todo el mundo le gustan estas fórmulas porque lo ideal es aplicar después otra fórmula y terminar aclarando. También funcionan las lociones y leches limpiadoras. Para usarlas, se masajea una buena cantidad por la cara y o bien se retira con ayuda de un tissue o muselina o bien se aclara. En cuanto a ingredientes, apuesta por ácido hialurónico, caléndula, vitamina E, aceite de almendra…

Granitos a raya. La dermatóloga diferencia entre una piel con tendencia acneica y un acné activo. Ambas deben apostar por fórmulas no comedogénicas, matificantes y antinflamatorias, pero si ya existe un brote de acné es mejor evitar los limpiadores astringentes. "Si bien pueden ayudar a equilibrar una piel grasa, no hay que usarlos en pieles con granitos porque son muy irritantes y pueden provocar un efecto rebote", advierte Elena Martínez Lorenzo. Respecto al cutis graso, la doctora aconseja "alfahidroxiácidos como el ácido salicílico, glicólico o láctico, que exfolian la piel y eliminan las células muertas y todas las impurezas de los poros". Eso sí, con un uso puntual y siempre manteniendo una buena hidratación cutánea.

Limpieza matutina. Si ya pensabas que lo tenías todo hecho, no bajes la guardia. Según los expertos la limpieza debe cumplirse por la noche y, atención, también por la mañana. Ya que resulta esencial para eliminar rastros de sudor, sebo y del tratamiento que te aplicaras antes de irte a la cama. "Puede ser más liviana, con agua micelar, o una mousse suave que aporte frescura", aconseja la dermatóloga. Eso sí, por mucho que te resulte cómodo aprovechar el momento de la ducha para este momento, ten en cuenta que no debes usar agua caliente ya que puede resecar tu piel y desencadenar rojeces. Además, al salir no te olvides de recuperar el equilibrio cutáneo con un tónico o loción.

¿Y las perezosas? Si, pese a todas las opciones, te cuesta convertir la limpieza facial en un hábito diario, no desesperes. El agua micelar es tu aliada. Hay quien la aclara después y quien no (esto es una de las mayores polémicas del mundo de la belleza), pero en cualquier caso, te recomendamos que no lo conviertas en tu único limpiador. Está ahí para esas noches en las que te puede la pereza, pero deberías alternarlo con algo más intensivo. Respecto a las toallitas… la polémica está de nuevo servida. Sabemos que son comodísimas –sobre todo para viajar- pero algunos dermatólogos insisten en que al usarlas arrastras parte del manto lipídico y además, no limpian en profundidad. ¿Solución? Si las usas, que sea de forma muy puntual (y siempre que no tengas dermatitis, acné o rosácea).

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