Exfoliante líquido: por qué debes añadirlo a tu rutina si aún no lo has hecho

Convence a las más vagas, a las que tienen piel sensible... Descubre por qué. 

Modelo divertida con piel perfecta

El peeling líquido permite ser usado a diario de forma segura para disfrutar de una piel libre de impurezas. 

/ Gregory Scaffidi / Imaxtree.com

¿Cumples a rajatabla con el ritual de la exfoliación? Es probable que tengas exfoliantes en casa (¡incluso alguno para labios!). Que sepas que es imprescindible para que la piel esté realmente limpia, libre de impurezas, más suave, con menos imperfecciones y que absorba mejor los productos que apliques. Sin embargo, no todo el mundo se acuerda de practicar su exfoliación semanal. Ni todas las pieles admiten este tipo de productos. Para ambos grupos -y también para el de las pragmáticas que buscan fórmulas dos en uno- el exfoliante líquido llega al rescate.

Pero, ¿qué tienen estos peelings más allá de su textura diferente? La doctora Rosa del Río, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén, nos explica que estas fórmulas líquidas -en forma de tónico, gel o concentrado tipo sérum- son en realidad peelings químicos. Es decir, por un lado tenemos los físicos. Los clásicos scrubs con bolitas -ya todas biodegradables, recuerda que nada de plásticos- que actúan barriendo las impurezas por acción mecánica, vamos, por arrastre. Y por otro, estos de acción química. "Su ventaja frente a los otros es que son mejor tolerados en las pieles sensibles o que se irritan fácilmente. La abrasión de las capas superficiales de la piel que realizan las partículas en la exfoliación mecánica, si bien es muy tolerada en pieles grasas o más gruesas, en pieles sensibles puede producir rojeces, irritación e incluso heridas superficiales", destaca la doctora. Es por ello que la mayoría se puede usar a diario sin problema. Además, la ausencia total de micropartículas los hace más respetuosos con el medio ambiente.

Modelo con piel perfecta y sonriendo

La exfoliación, clave de una piel perfecta. 

/ Gregory Scaffidi / Imaxtree.com

Por supuesto, también presentan algún inconveniente. "Su efecto suele ser más lento que en la exfoliación mecánica, que deja al instante la piel más lisa y luminosa", advierte la doctora del Río. Por tanto, la constancia es clave. Eso sí, al ser tan fáciles de usar - normalmente, empapando un algodón y aplicándolo a modo de tónico por la noche sobre la piel limpia- es sencillo cumplir con el uso habitual.

Otro aspecto importante de los exfoliantes líquidos es conocer su composición. De primeras suelen ser muy respetuosos, pero, ojo, no olvidemos que trabajan nuestra dermis gracias a la acción de los ácidos. Y cada uno tiene sus peculiaridades. Lo más habitual es encontrar en su formulación AHA. Es decir: Alfahidroxiácidos, que proceden de frutas. Aquí tenemos el ácido glicólico, cítrico, láctico, mandélico.... También podríamos incluir en este grupo el salicílico (aunque es un betahidroxiácido). "Los AHA realizan un peeling de las capas más superficiales, lo que favorece la renovación de la piel y que tenga un aspecto más liso, hidratado, suave y uniforme", aclara Rosa del Río. A medio plazo, pueden disminuir las manchas y suavizar arrugas. Elegir uno u otro depende del tipo de piel: "Las más grasas y con tendencia acneica agradecerán el salicílico. Las sensibles, el málico o mandélico", aconseja la dermatóloga. .

Respecto al glicólico, uno de los más comunes y efectivos, es importante tener en cuenta que no debe de usarse en concentraciones mayores al 5 o 10%. Y que por mucho que estos peelings sean suaves, la doctora nos recomienda "empezar a aplicarlos cada dos o tres días a la semana hasta que nos habituemos porque pueden provocar alguna rojez o irritación al inicio del tratamiento". Eso sí, una vez que la piel se acostumbra puede ser incluido en la rutina diaria. Si te quedas con ampollas, tipo sérum, loción o tónico, ya es una cuestión de hábitos y gustos.

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