¿Qué le ocurre a tu piel en un avión? Todo lo que debes saber para no sufrir las consecuencias

Todo lo que debes hacer antes, durante y después del vuelo. 

¿Qué le ocurre a tu piel cuando viajas?

¿Qué le ocurre a tu piel cuando viajas?

/ izusek

¿Sabes qué le ocurre a tu piel <strong>avión</strong>? cuando subes a un avión? Seguramente notes al instante efectos como sequedad en la piel, tirantez... Pero las consecuencias de un vuelo son mucho mayores. Irse de vacaciones está bien, pero (como todo no podía ser perfecto) la tez queda apagada, sin brillo y extremadamente seca tras un viaje.

Qué no cunda el pánico, que aquí vamos a darte los trucos para tratar minimizar los daños y conseguir que bajes divina. Aunque el vuelo haya durado horas y horas. La clave es aprovechar estar en las alturas para realizarte todo un ritual de belleza. A nosotras, que cualquier lugar nos parece bueno para aplicarnos algún producto, recopilamos todo aquello que debes hacer antes, durante y después de subirte a un avión.

Paola Guglitta, co-creadora y directora de la firma Sepai, nos cuenta cómo se desarrolla esta cronología del desastre, ya que los estragos en la piel comienzan a sentirse desde el momento mismo de embarcar. Todavía en suelo firme y debido al aire acondicionado y la poca ventilación de los aeropuertos, la tez se vuelve frágil y comienza a deshidratarse. Esto último va en aumento nada más abrocharte el cinturón, todo ello debido a la escasa humedad ambiental. Al alcanzar la altura de crucero (a 35.000 pies de altura), llega menos sangre a la piel y comienza a perderse el tono. Cuántas más horas dura el vuelo, mayores son las consecuencias. Hasta que llega el momento de aterrizar, y aunque no lo creas, tu rostro adquiere un tono grisáceo, está tirante y, pese a la felicidad por llegar la destino, este solo denota cansancio.

Para conseguir que esta pesadilla para la epidermis no suceda, resulta primordial tratar la piel con anterioridad. La noche de antes debes aplicarte una mascarilla, bien de celulosa o en crema. Si es de las últimas, no la retires y acuéstate con ella puesta.

Por la mañana, y antes de coger el vuelo, limpia en profundidad el rostro, no te maquilles y aplica una crema hidratante de larga duración. Una vez ya sentada el avión, llegó la hora del protector solar. Sí, incluso ahí lo necesita para hacer frente a la luz UVB, UVA, IR y la Luz Visible. Una vez acomodada, puedes dormir relajadamente durante todo el vuelo. Eso sí, aprovecha para cuidar la zona de los labios y los ojos. Para la zona del contorno, nada mejor que unos parches descongestionantes y de efecto frío.

Al aterrizar, vuelve a limpiar tu rostro en profundidad y repara e hidrata la piel. Para este momento, vienen genial las cremas efecto frío que volverán a activar la circulación.

No parece tan complicado disminuir las consecuencias de un vuelo en la piel. Además aprovecharás las horas en el avión para ponerte más guapa.

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