10 detalles de cosmética natural para regalar (o que te regalen) en el Día de la Madre

Inmersos en el caos de distinguir lo green de lo bio, eco, vegano o libre de crueldad nos hallamos, a pocos días de elegir el mejor regalo posible. 

¿Frotarse unas fresas por la cara se puede considerar cosmética natural?

 ¿Frotarse unas fresas por la cara se puede considerar cosmética natural?

/ PHEBE SCHMIDT Vía Artnau

El 89% de las mujeres españolas consumen productos de cosmética natural. O, al menos, eso dicen cuando les preguntan desde Birchbox, que ha sondeado su interés hacia este mercado emergente. El estudio, en el que participaron más de 5.500 mujeres de España, de entre 18 y 60 años, y cuyas conclusiones revelaron algunas preferencias sobre belleza green, desveló que el interés es creciente, ya que más de la mitad (52%) declararon que, a la hora de descubrir marcas nuevas de belleza, prefieren que sean ecológicas o bio. Ahora bien, he aquí la madre del cordero. Las sospechas que alberga la prensa de belleza desde hace tiempo se confirman: según este mismo estudio de Birchbox, sabemos que un 55% de las consumidoras españolas encuentra muchas dificultades a la hora de distinguir entre un producto ecológico, bio u orgánico. Se usa como genérico la cosmética "green" o "natural" sin saber exactamente de qué se habla. El lio se va de madre definitivamente cuando intervienen, además, el término "vegano" y el tan traído "cruelty free".

NATURAL-BIO-ORGÁNICO-VEGANO-ECOLÓGICO ¡SOCORRO!

Desgraciadamente, no existe demasiado consenso ya que el término "natural" que se atribuye a la cosmética es eminentemente coloquial. Por lógica, sabemos que un cosmético no cae del árbol ni crece bajo la tierra, así que natural-natural no es. Otra cosa es que podamos decir que casi todo lo que hay dentro del tarro tenga origen natural, es decir, que no haya sido sintetizado en un laboratorio (leerás "sintético" o "de síntesis" en los etiquetados). Porque, amigas, hasta un polvito de hennanecesita ser procesado para poder usarse como coloración vegetal, por poner solo un ejemplo. Y que esté procesado no implica nada malo ni artificial. Al contrario. Los expertos arrojan cierta luz sobre este lío: "Cuando hablamos de cosmética natural nos referimos a que el producto en cuestión incluye un elevado porcentaje de ingredientes no-químicos (extractos de plantas, minerales, aceites esenciales) y un mínimo de químicos, normalmente conservantes. Pero, ojo, natural no equivale a ecológico (para ello, esos ingredientes tendrían que provenir de un cultivo que cumpla con rigurosos estándares concretos), ni a vegano, ni a libre de crueldad animal", explica Eva Raya, co-creadora de la firma española natural, cruelty free Así que vayamos por partes: primero, lo del veganismo. "La cosmética vegana es aquella que no incluye componentes de origen animal, derivados o elaborados por animales en su composición. Eso no implica necesariamente que un producto vegano sea más natural o cruelty freesi es lo que estamos buscando. Como término, éste también se aplica a componentes de origen químico o sintético tales como siliconas o derivados del petróleo", explica Eva. Por otro lado, si se busca la opción apta para veganos, a falta de un sello (que lo hace todo más fácil), lo mejor es mirar con lupa el listado de ingredientes: "Quedan descartados la miel, cera de abejas, propóleos, polen, huevo, leche, baba de caracol, lanolina, polvo de perlas", abunda Eva Raya, que concluye: "En las brochas de maquillaje, se descarta el pelo natural. Y en los productos de maquillaje, la cochinilla y sus derivados -presentes en las barras de labios-".

¿Y LO NATURAL?

Para englobar las características de lo que llamamos cosmética natural, podemos guiarnos por lo que contiene y no contiene este tipo de productos de belleza. Por ejemplo, la firma Benecos es clara en su argumentario. Sostiene que una cosmética natural controlada garantiza que no contiene: parafinas, aceites minerales, parabenos, siliconas PEG, emulsionantes sintéticos, colorantes sintéticos, perfumes sintéticos, conservantes sintéticos. Por el contrario, lleva ingredientes del tipo: aceites y ceras vegetales, extractos vegetales, antioxidantes, vitaminas, pigmentos y colorantes naturales y aceites esenciales.

ECOLOGíA, TAMBIÉN SOBRE EL TOCADOR

Pero hasta seleccionando los ingredientes de la lista de lo natural, tampoco nos garantizan que sea cosmética ecológica. Para ello, se necesita estar dentro de los estándares del sello de la Organic Soil Association. Evelyn Celma Esteve, creadora de la firma Matarrania, nos aclara estos estándares: "Cosmética ecológica es la que utiliza un máximo de ingredientes que provienen de la agricultura y ganadería ecológicas (esto debe certificarlo un organismo independiente) y evita, además, el uso de ingredientes potencialmente perjudiciales para la salud o para el medio ambiente. Es, por tanto, una cosmética que apela a un consumidor responsable. La asociación sin ánimo de lucro Organic Soil Association, con sede en Bristol (Reino Unido) y más de 40 años en certificación ecológica, es la más exigente de Europa y la segunda del mundo, después de la americana NOP". Para que te hagas una idea de en qué se traduce esto en la práctica, valga un ejemplo: En los productos de Matarraniano se incluye agua, en su fabricación se prioriza el uso de materias primas locales (de Km0) siguiendo pautas ancestrales de obtención y conservación de principios activos de las plantas y se preocupa de que sus envases sean reciclables, además de la calidad de la vida de sus trabajadoras.

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