Una bloguera se rebela contra las críticas por ser más grande que su novio

Megan Jayne Crabbe no es una bloguera cualquiera. Ni siquiera es una defensora del 'body positive' común. La suya es una historia que comenzó hace años, cuando sufrió anorexia y otros desórdenes alimenticios y culmina en la actualidad, con una joven positiva, feliz con su cuerpo y consigo misma y con una gran influencia en las redes sociales.

Megan ya ha sido noticia en ocasiones anteriores, al desvelar el antes y el después de su físico y hacer pública la difícil situación por la que había pasado, al tener que luchar contra la anorexia y el largo recorrido hasta aceptarse tal y como es. 

Pero ahora, esta bloguera abre un nuevo debate que va más allá de la dictadura del físico y la delgadez. Es evidente, y cada vez hay más personas que alzan la voz por esta lucha, que las mujeres somos juzgadas físicamente desde el primer momento y sin necesitar ser comparadas con nadie más. Pero parece que hay un tabú que todavía sigue latente: las odiosas comparaciones entre parejas. 

Si eres alta, flaca o gorda serás juzgada por ello, pero puede que de forma individual no llames la atención. Pero, ¿qué pasa cuando eres más alta, más grande o pesas más que tu pareja? Ahí es donde ha querido llegar Megan con una de sus últimas publicaciones que ya se ha hecho viral en Instagram. La bloguera ha publicado una imagen en Instagram en la que aparecen ella y su novio en la piscina, y ha querido arremeter contra los prejuicios de la sociedad cuando dos personas no encajan en los estereotipos establecidos. 

“Si pesas más que tu novio, estás demasiado gorda”. Eso es algo que aprendí cuando todavía estaba en el patio del colegio, antes de que ninguna de nosotras hubiese estado cerca de un chico. No sé de dónde vino, de la televisión, las revistas, de conversaciones… Pero era un hecho. 

Las mujeres hermosas siempre eran delgadas y graciosas, los hombres, fuertes y corpulentos. Para que los novios pudieran levantarte y darte vueltas, tú debías ser ligera como una pluma.

A medida que crecía, esa imagen se convirtió en una razón más que me convencía de que mi cuerpo me hacía poco atractiva. Y no es una imagen que solo haga daño a las mujeres, también  a los hombres que no pueden alcanzar esa expectativa de ser fuertes y corpulentos, lastima a las personas que no encajan en el binomio de género impuesto por nuestra cultura. Hace daño a las personas raras a las que solo se les da imágenes heteronormativas a las que aspirar. Nos duele a todos, la idea de que solo ciertos cuerpos son merecedores de amor. 

Pero, ¿la verdad? La verdad es que cada uno de nosotros es digno de amor, independientemente de si nuestros cuerpos son delgados, fuertes, suaves, más grandes o más pequeños que los de nuestra pareja. Nosotros no creemos si somos dignos o no. Porque ya lo somos. Y eso significa que tú también".