8 nuevas razones para cambiar de perfume este otoño

Una fragancia puede evocar recuerdos, avivar fantasías y estimular los sentidos. Y como el accesorio invisible de la mujer que es, conviene reciclarla de vez en cuando.

Eau de Parfum Olympea, de Paco Rabanne

Paco Rabanne siempre ha sido sinónimo de transgresión y modernidad. Desde que naciera Calandre en 1969, todos sus perfumes han sido innovadores. El último desafío de la firma es Olympéa, que se inspira en una Cleopatra de hoy, en una mujer icónica divinamente femenina. Lo mejor de este perfume oriental fresco, que ha costado dos años desarrollar, es la mezcla entre un sensual acorde de vainilla salada y el frescor de las notas florales y acuáticas. El frasco es obra de Marc Ange, un diseñador romano. (97 euros, 80 ml disponible a partir de octubre).

/ Paco Rabanne

Sal de tu olor de confort en busca de nuevas emociones. Los nuevos perfumes son toda una proeza de alquimia que pueden hacer un match perfecto con tu piel. 

Decía Baudelaire que “hay perfumes frescos como carne de niño, dulces como los oboes y verdes como las praderas”. Aunque en 2015 estas evocaciones olfativas siguen presentes, el perfumista tiene muchos más colores en la paleta con los que crear esa fragancia que te hace sentir única. 

Nuevas notas de musc, acuáticas, saladas o de azúcar entran en escena. Ya nadie niega que las notas químicas son el motor de la perfumería moderna. Las esencias naturales son su complemento perfecto, y los perfumistas se encargan de investigar nuevas en sus viajes por el mundo. “Es esencial que un perfume tenga notas provenientes de la naturaleza, se pueden poner pocas proporciones, pero son claves en la composición final”, explica el prestigioso perfumista Alberto Morillas, creador de varios hits de la temporada.  

A continuación, te proponemos ocho potenciales flechazos olfativos, que después debes aplicar correctamente. “Perfumarse es como saberse maquillar o peinar, exige sensibilidad. Recomiendo hacerlo por la mañana antes de salir y repetir el gesto por la tarde. Basta una pequeña pulverización en el cuello, aunque el mejor lugar es el hueco del codo, porque tiene el calor de las venas y le da un toque personal”, apunta Morillas. 

 

 

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