Un nuevo lenguaje olfativo

Las fragancias 'for her' y 'for him' se reinventan, tanto por dentro como por fuera, para adaptarse a una sociedad que busca acabar con las diferencias de género.

Prada, para ella y para él

Prada: L’Homme, (109 euros). Prada: La Femme, (125 euros).

/ D.R.

Al igual que la literatura, la moda o la música, los perfumes son un fiel reflejo de la sensibilidad de su tiempo. Así, en la segunda década del siglo XX, las fragancias femeninas se rinden a los aldehídos, sustancias obtenidas a través de procesos químicos que potencian el olor natural de las materias primas. Estas notas sintéticas añadían una gran energía y una frescura inédita a las composiciones olfativas. Es la respuesta a las flappers, aquellas mujeres jóvenes que durante los “felices años veinte” desafiaron los convencionalismos sociales imperantes en la época y comenzaron a exigir los mismos derechos que los hombres. Guardaron los corsés en lo más profundo del armario y acortaron el largo de las faldas mientras bailaban y bebían en los clubes de jazz, algo que no estaba bien visto en una sociedad muy tradicional. En los años 60, la perfumería se vuelve burguesa y compleja, con creaciones que incluyen centenares de ingredientes. Y en los 80 se produce una ruptura con todo lo anterior y aparecen las esencias conceptuales y provocadoras que seducen a mujeres trabajadores y cada vez más libres. El cambio de milenio trae consigo una vuelta a la infancia, con las dulces y golosas notas gourmand.

En la actualidad, el universo olfativo destierra tópicos del pasado y se acerca a un estilo andrógino y más universal: las fragancias para ella y para él dejan de ser conceptos opuestos para volverse complementarios. Por eso, las notas florales ya no son exclusivas de las composiciones femeninas ni los acordes amaderados y el cuero son solo for 'men'. Este cambio de mentalidad se percibe muy claramente en las primeras fragancias de 'Loewe' bajo la dirección creativa de Jonathan Anderson. De esta manera, 'Loewe 001 Woman' y 'Loewe 001 Man' cuentan con idénticos ingredientes en las notas de salida y corazón, pero varían en las de fondo. Además, su precio (110 €/100 ml) es el mismo para ambas. Esta igualdad está también presente en la colección 'Replica', de Maison Margiela: 10 fragancias con esencias 'for her', 'for him' y unisex que cuestan 85€/100 ml cada una. 'Beach Walk', para ella, y 'Jazz Club', para él, así lo demuestran.

Pero esta tendencia transversal que no hace diferencias por género no se limita exclusivamente al tema olfativo, sino que también influye en el aspecto exterior. Tradicionalmente, los frascos de las fragancias femeninas apostaban por tonos suaves y formas redondeadas, mientras que las masculinas se vestían de negro o plata en formatos cuadrados o rectangulares. En cambio ahora son prácticamente iguales o con leves diferencias. 'This is Her!' (70€/50ml) y 'This is Him!' (55€/50 ml), de Zadig & Voltaire, comparten diseño y solo varían en el color (blanco para ella, negro para él). Lo mismo ocurre con los últimos lanzamientos de Prada, 'La Femme' (125€/100 ml) y 'L’Homme' (109€/150 ml). La propia Miuccia Prada lo explica: “quería presentar estas dos fragancias juntas, con un mismo concepto. Me gusta la idea de que sean realmente intercambiables”.

Y dos casas con mucha historia que estuvieron a punto de desaparecer, pero que han vuelto a la vida con mejor salud que nunca, se decantaron desde sus orígenes por una igualdad total. Le Galion renació de sus cenizas en 2014 para recuperar el espíritu de la alta perfumería francesa, mientras que Atkinsons se relanzó en 2013 para llevar el 'british style' a un nuevo nivel. 'Iris y Special for Gentlemen', de Le Galion (140€/100ml, a la venta en bomonde.es) y 'My Fair Lily' y 'The Big Bad Cedar' (150€/100ml) demuestran que el espíritu transgénero ya existía incluso antes de ser tendencia.

 

Síguele la pista

  • Lo último