Cómo aplicar correctamente el colorete en polvo, en crema o líquido según la forma de tu rostro

El colorete sube enteros esta primavera. Los expertos nos cuentan qué tonos, modo de aplicación y texturas, son las adecuadas según los efectos que queramos conseguir.

Cómo aplicar correctamente el colorete en polvo, crema o líquido según la forma de tu rostro

Cómo aplicar correctamente el colorete en polvo, crema o líquido según la forma de tu rostro.

/ Armando Grillo

Lo que buscamos al aplicar un colorete es un toque rápido para un efecto de buena cara inmediato: "Esto se puede conseguir fácilmente si, analizando nuestro rostro, podemos identificar cuál es el mejor color, textura y, sobre todo, manera de aplicarlo", asegura Sofía Blesa, make up specialist de Kiko. ¡Pues vamos a ello!

Texturas y acabados

Se eligen en función del tipo de piel, de los gustos de cada uno, de los resultados que queramos obtener e incluso de la época del año: "En invierno es más accesible todo lo que sea polvo y en verano texturas más ligeras como crema o mousse", apunta Silvia Pellissa, directora creativa y trainer manager de NYX Professional Makeup España.

En polvo. Es la clásica y la que, normalmente, más tonalidades tiene para elegir. Va bien en cualquier tipo de piel y la podemos encontrar con distintos acabados. Sheyla Malo, experta de Benefit Cosmetics en España, recomienda el satinado para pieles normales y secas: "Aporta un leve brillo homogéneo, volumen y efecto jugoso". El mate es ideal para pieles maduras o con tendencia grasa, y el acabado brillo, que puede contener partículas de purpurina, "aporta un toque más intenso y es ideal para pieles más jóvenes, secas, o para un look de fiesta", aconseja Sheyla. Los coloretes en polvo se aplican como último paso del maquillaje y pueden retocarse a lo largo del día.

En crema. Indicada para pieles secas, descamadas, maduras, o para quienes buscan luminosidad o efecto jugoso. "Aportan mucha hidratación y son perfectas para dar, además de color, algo de cobertura cuando no aplicamos base de maquillaje", explica Sheyla. Manos, pincel o esponja son adecuados para aplicarla y, su momento es "después de la base, antes de poner nada de textura polvo sobre el rostro", aconseja la experta de Benefit. Los coloretes en crema pueden tener, como la textura polvo, acabado satinado, mate o brillo.

Líquida. Esta textura para todo tipo de pieles, su acabado es muy natural: "Se absorbe tiñendo la piel, no da cobertura, es de larga duración y podemos regular la intensidad aplicando más o menos producto", afirma Sheyla. El acabado de estos coloretes líquidos es siempre mate y se aplican, como los en crema, después de la base. Esta textura destaca por su fijación: "Al ser productos más líquidos, suelen tener más pigmento", afirma Silvia, de NYX, que anima a elegir textura en función de nuestros gustos y metodología de aplicación.

Tono

Partiendo de la base de que en el maquillaje hay pocas reglas rígidas y prevalece el gusto del consumidor, sí conviene saber qué aportan las distintas tonalidades al rostro, y tener en cuenta que el color de piel, ojos o cabello pueden influir.

Rosas y corales: Los tonos suaves del pantone aportan más luz al rostro y contribuyen a un efecto más jovial y fresco. "El rosado favorece a las pieles más blancas independientemente de si se tiene el cabello de un color u otro", afirma Silvia Pellissa.

Marrones y bronces: “Endurecen más, y son más enemigos del efecto buena cara”, reconoce Silvia pero, sin embargo, aumentan el efecto bronceado que tampoco es nada desdeñable.

Melocotones y tejas: La experta los recomienda en pieles de tono medio o en mujeres con el cabello castaño.

Fucsias o rojos: Estos tonos llamativos "son una apuesta segura en mujeres bronceadas o de piel oscura; el resultado es espectacular", asegura Sofía Blesa, de Kiko.

Aplicación

Dependiendo de la forma de cada rostro y del efecto que queramos conseguir, varía el lugar de aplicación e incluso el modo de hacerlo. Pero "para no fallar, apuesta por lo que nuestra propia piel produce", propone Silvia Pellissa.

Manzana del pómulo. Es donde siempre aparece el efecto sonrosado cuando nos ruborizamos o nos ha dado el aire o el sol. "Pues ahí, justo donde sonreímos y se marca la mejilla, es <strong>aplicar el colorete</strong>, donde hay que aplicar el colorete, pero siempre difuminando hacia las sienes", aconseja Silvia. Aplicándolo en esta zona conseguimos un efecto natural y muy juvenil. Esta aplicación también ayuda a redondear el rostro por lo que "resulta perfecto para facciones más marcadas y caras más alargadas", afirma Sofía Blesa.

Hueso del pómulo: Aplicándolo aquí "se consigue un efecto más potente y dramático", afirma Sheyla Malo, de Benefit, que lo recomienda en maquillajes de noche o de fiesta y advierte que lo evitemos cuando los ojos van muy exagerados. "Si lo aplicamos al final del hueso del pómulo y hasta la sien, conseguimos un efecto lifting del rostro", continúa la experta. Favorece en rostros redondos y sin facciones definidas.

La brocha que utilicemos también tiene una gran importancia en el resultado: "El efecto será más natural, cuanto menos compacto sea el pelo de nuestra brocha", afirma la experta de Kiko que también llama la atención sobre la presión que se ejerce a la hora de aplicar el colorete: "Si quitamos el exceso de producto de la brocha y luego lo aplicamos con presión ligera, el resultado será ultra natural, si no, será más intenso".

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