En qué consiste la inmunonutrición y cuáles son los 7 alimentos funcionales para mejorar tu salud 

A pesar del sol, en España, tenemos un déficit de vitamina D bastante cuestionable. Pero no sólo eso. La población mundial tiene un problema: estamos faltos de micronutrientes. Y eso está poniendo en jaque a nuestra salud. ¿La clave? La inmunonutrición. 

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Una de las causas del déficit de micronutrientes es la dieta occidental
Una de las causas del déficit de micronutrientes es la dieta occidental / Istock

El 80% de la población mundial tiene déficit de vitamina D. En España, un estudio en 2017 nos sacó los colores: la población no ingiere la cantidad diaria mínima recomendada en vitaminas y minerales y, lo que es peor, tenemos unos déficits en algunas vitaminas, como la vitamina D - a pesar del sol-, hasta en un 80% de la población. En 2022, The Lancet lanzó otra advertencia: el 56% de los niños en edad preescolar, es deficiente en hierro, zinc y vitamina A. Y no hablamos de los estudios que han dejado a Estados Unidos en un lugar bastante cuestionable en cuanto a déficits nutricionales: no hay vitamina que no se libre de tener a más de un 90% de su población, con un déficit de la misma. 

Buen caldo de cultivo para comenzar este artículo. Datos arrojados por Asun González en ‘Tengo SIBO, ¿y ahora qué como?’. Esta bióloga y asesora nutricional especializada en salud digestiva (que quizás conozcas en Instagram como @guerrasintestinas), ha escrito toda una obra detallada y precisa sobre el SIBO, es decir, el sobrecrecimiento bacterial en el intestino delgado. Y en él, hace especial hincapié en la inmunonutrición como un paso más allá de la dieta antiinflamatoria: “la inmunonutrición consiste en aportar a tu sistema inmunitario todos los nutrientes necesarios para que funcione correctamente.”

Para que el sistema inmunitario funcione correctamente, necesita construirse de forma sólida con una buena base de micronutrientes, es decir, vitaminas y minerales. Son necesarios para muchas cosas, entre otras, para dar una buena respuesta adecuada a nivel celular a problemas como avances de patógenos, procesos inflamatorios o actividades bioquímicas antimicrobianas. 

Pero la pregunta surge en este punto: ¿acaso no obtenemos todas estas vitaminas y minerales en nuestra dieta? Y la respuesta, tal y como explica la experta, es esta: “resulta que las cantidades diarias recomendadas oficiales de micronutrientes son el límite de la enfermedad y quedan lejos de ser cantidades óptimas”, por no mencionar que hay situaciones fisiológicas especiales, como los embarazos o determinados problemas de salud, que requieren de mayor cantidad. 

Es decir, resulta chocante que la población del primer mundo, en el que la comida no es precisamente lo que falta, sea deficitaria en micronutrientes como el magnesio, el zinc o la vitamina D. Y esto conlleva a un funcionamiento por debajo del nivel óptimo del sistema inmunitario, haciéndonos más vulnerables ante enfermedades agudas y crónicas, inflamaciones, desequilibrios como SIBO o enfermedades como el cáncer.

"En la población occidental, estamos obesos y a la vez desnutridos"

"En la población occidental, estamos obesos y a la vez desnutridos"

/ Istock

¿Y a qué se debe este déficit generalizado?

Explica Asun González que “una de las principales causas de este déficit de micronutrientes en general es la dieta occidental. La dieta de cafetería, basada en azúcares, refinados y ultraprocesados carentes de fibra y micronutrientes”. Y no es lo único: “también los suelos de cultivo intensivo, que están agotados, comer siempre lo mismo, el estrés, los xenobióticos, los fármacos…”

Y es que, afirma con rotundidad que “en la población occidental estamos obesos y a la vez desnutridos, polimedicados, pero seguimos enfermos”. Porque, sí, lo has adivinado: los fármacos a lo que estamos diariamente expuestos y que tomamos como pipas, nos están robando las vitaminas. Por ejemplo, antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, disminuyen la vitamina C y el hierro. También los antidepresivos y otros como el omeprazol, por ejemplo, disminuyen el betacaroteno, la vitamina B12, C, el calcio, el magnesio y el hierro, explica González. 

Así que esta inmunonutrición se hace indispensable para mejorar la salud. Cuidar de los micronutrientes que ingerimos favorecerá un sistema inmunitario que funcione correctamente y de forma sostenible en el tiempo. “La inmunonutrición es efectiva y segura, tanto en prevención como en tratamiento de personas con enfermedades inflamatorias”, dice la autora. 

¿Qué alimentos se relacionan con la inmunonutrición? 

Reciben el nombre de alimentos funcionales y se han estudiado algunos grupos de alimentos que han demostrado ser realmente efectivos en todo esto. 

  1. Los prebióticos, que son inmunomoduladores.
  2. Los antioxidantes y polifenoles. Protectores de las células del daño oxidativo y antiinflamatorios.
  3. Los ácidos grasos omega3
  4. Hongos y setas. Ricos en proteínas y en sustancias inmunomoduladoras. Incluso algunos, realmente medicinales y efectivos para tratar infecciones.
  5. Las proteínas de calidad. Es decir, las de los pescados, mariscos, huevos, aves, vísceras, carne animal (la que, recuerda, “es la única que contiene vitamina B12 y hierro biodisponible”)
  6. Los fermentados, ricos en probióticos y sustancias que modulan la microbiota, como por ejemplo el chucrut, el kéfir o el yogur.
  7. Los inmunobióticos, también conocidos como probióticos específicos para el sistema inmunitario. Son antibacterianos, antivirales y antiinflamatorios. 

“En un mundo ideal no necesitaríamos suplementar, pero actualmente necesitamos alguna ayuda para la optimización nutricional”, dice González. Ojalá ese mundo ideal. Mientras tanto, hagamos caso a quien más sabe.

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