La importancia de tener un plan B

Cuando organizamos una boda lo hacemos pensando en conseguir el ambiente y los elementos ideales para que todo sea maravilloso. Una decoración primorosa, un entorno precioso al aire libre que realce la belleza de la novia en el álbum de fotos… Sin embargo, es prácticamente imposible saber con meses de antelación qué tiempo hará en una fecha concreta.

Pero no solo la lluvia puede ser un engorro el día de tu boda: una ola de calor sofocante, viento del Norte que hace que vuelen sillas y sombrillas, un frente frío en pleno verano… Son muchos los imprevistos que pueden aparecer debido a motivos climáticos.

Si eres consciente de que esto es posible mientras organizas tu boda, nada saldrá mal. Tener previsto un “plan de contingencias” en caso de climatología adversa te hará sentir mucho más tranquila mientras te dedicas a detalles más agradables de la organización de tu boda.

Además de la meteorología, hay otras circunstancias imprevistas que pueden ocurrir el día del enlace o en fechas previas, y que incluso podrían impedir que se llegara a celebrar, como una enfermedad, un accidente o una emergencia.

Si quieres estar preparada para “lo que pueda pasar”, sigue estos consejos y todo te resultará mucho más sencillo en caso de que realmente ocurra algo inesperado.

Ten previsto un lugar a cubierto

Esta es la norma principal si vas a organizar una boda al aire libre. Aunque lo ideal es que el banquete se celebre en el jardín, bajo las estrellas, si empieza a llover es indispensable contar con un lugar a cubierto donde se puedan trasladar las sillas, las mesas, el bufet y la decoración. Si esto no es posible, alquilad una carpa o unos toldos, que también pueden ser útiles si refresca o hace viento.

Si ocurre un imprevisto que te obligue a cancelar la boda, acéptalo con madurez

Hay cosas en la vida que son imprevisibles y no tienen solución, como, por ejemplo, que haya una enfermedad grave en la familia o fallezca un ser querido. En estos casos, todos vuestros invitados entenderán que la boda se aplace. Puedes contratar un seguro de cancelación por si esta circunstancia surgiera en el último momento. De este modo podrás recuperar todo el dinero que hayas invertido.

La seguridad de los invitados, lo primero

Las inclemencias del tiempo pueden convertir la asistencia a una boda en toda una aventura, por lo que es importante que dediques parte de tu tiempo a pensar en los invitados. Si se prevé mucho calor, asegúrate de que tienen acceso a bebidas frescas y sin alcohol durante todo el evento. También puedes procurarles sombreros y gafas de sol para protegerse de los fuertes rayos solares. En caso de que vaya a llover, prepara paraguas y botas de agua para todos. ¡Serán unos divertidos recuerdos de vuestro enlace!

No esperes al último minuto

Si el día antes de la boda las previsiones meteorológicas son muy desfavorables, no lo dudes ni un segundo: pon en marcha tu plan B inmediatamente. Te asegurarás que todo esté a punto en el lugar alternativo que hayáis elegido. Y recuerda avisar a todos los invitados de los cambios de ubicación y horarios. No lo dejes para más tarde. Cuanto antes, mejor.

Al mal tiempo, buena cara

Pase lo que pase, no dejes de sonreír. Si el destino ha querido que llueva el día de tu boda, dale la bienvenida al mal tiempo con una sonrisa y tómatelo con sentido del humor. Va a ser un gran día y tu única preocupación debe ser pasarlo lo mejor posible con tus amigos y tus familiares.

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