Las monjas con hábito vaquero que han conquistado Lerma
Son muchas las cosas que te sorprenden cuando visitas Lerma, pero sin duda, entre los detalles que más llaman la atención está el hábito de las jóvenes monjas. El más moderno que te puedas imaginar.
La historia de Lerma con las inquietantes intrigas y prevaricaciones del Duque de Lerma; su parador en un palacio de cuatro torres del siglo XVII; su plaza mayor o sus chuletas de cordero en Casa Antón..., son solo algunas de las maravillas y reclamo turísticos que bien merecen una visita a esta impresionante villa.
Hábito con la bendición de Benedicto XVI
Pero si algo deja sorprendido al turista que pasa por Lerma, son las jóvenes monjas, muy sonrientes y simpáticas, que tienen una pequeña tienda de pastas y dulces en el monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor, también llamado Convento de Santa Clara, actualmente sin actividad religiosa. El monasterio está situado en la plaza de Santa Clara y su visita es obligada porque las pastas de mantequilla o el roscón de Reyes de hojaldre son un pecado.
Cambio de orden
Esta monjas, de la orden 'Iesu Communio' (La comunión de Jesús), antes clarisas, son la gran sensación de los círgulos religiosos. Las clarisas de Lerma dejaron de ser clarisas en 2011. Fue Benedicto XVI quién aprobó el decreto pontificio por el que autorizaba un insituto religioso para ellas con el nombre de 'Iesu Communio' (Comunión de Jesús). Pero el Papa no solo firmó el cambio de orden, también permitió que las monjas se olvidaran de su anterior hábtio para fabricarlo en tela vaquera. De ahí que el L Osservatore Romano', periódico oficial del Vaticano, las llama «las religiosas en jeans» y su estilismo cause sensación. Fue en la Catedral de Burgos, en febrero de 2012, cuando las hermanas hicieron su puesta de largo con sus nuevos hábitos . Sonrientes, jóvenes y muy modernas, lucieron su hábito de tela vaquera con un cordón blanco y una pañoleta azul sobre el cabello, que incluso algunas, lucen con el pelo suelto.
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