La exclusividad a nuestro alcance (y en nuestras tiendas de siempre)

Las grandes cadenas de moda con sus antenas de alcance infinito te han oído maldecir interiormente cuando entras en el metro y cuentas al menos tres abrigos iguales al tuyo. Sus radares han captado las malas vibraciones que emanan de ti cuando llegas a la oficina entusiasmada con tu nueva chaqueta y descubres que tu compañera ha elegido el mismo día para estrenar la misma prenda. Y sus ojos que todo lo ven han captado que mientras luces la mejor de tus sonrisas, por dentro lloras lágrimas amargas en la boda de tu mejor amiga porque resulta que no eres la única en llevar ese vestidazo con el que estabas segura de que dejarías a todos con la boca abierta.

Nuestras tiendas favoritas han entendido nuestras necesidades y se han dado cuenta de que ya no nos sirve solo con estar a la última en tendencias. A nuestra hambre voraz de moda y novedades que alimentan semana a semana con nuevas prendas, nuevos looks y nuevos colores se ha sumado un nuevo objetivo: la búsqueda de la exclusividad. O, al menos, esa cierta distinción y singularidad que puedan pagar nuestros bolsillos.

H&M convoca, temporada tras temporada, a millones de clientes fashionistas con anhelos de exclusividad, dispuestos a hacer colas eternas con tal de hacerse con alguna de las prendas de sus colecciones cápsula, firmadas por los diseñadores más punteros. La que desata la locura estos días en todo el mundo es la firmada por Kenzo, pero antes fueron otros como Stella McCartney, Marni, Kargerfeld, Versace, Balmain… La marca dio en la diana de la fórmula del éxito, es esta: diseños de lujo, a precios asequibles.

Otras firmas han perseguido ese objetivo de la distinción por otros caminos y, en lugar de jugar a la baza de los diseñadores reconocidos, han apostado por la calidad y las unidades limitadas. Mango, por ejemplo, ofrece a sus clientas una línea de moda paralela a sus colecciones de siempre. Se llama Mango Premium y funciona como un laboratorio de moda, que experimenta con nuevos tejidos y con patrones que se desmarcan del resto. Una colección de prendas de líneas puras y materiales exquisitos como la cachemira, la seda, la lana virgen, la piel… Una apuesta para aquellas que quieren (y pueden) pagar un poco más (los precios de algunas superan los 200 euros) a cambio de unas prendas que no tendrá todo el mundo.

Zara se ha sumado a la carrera por la exclusividad y ha arrasado con la primera colección cápsula con pocas unidades que incluye dentro de la línea Zara Studio, que se caracteriza por una mayor calidad de los tejidos, un patronaje pensado para lograr la cuadratura del círculo: seguir las tendencias y al mismo tiempo ser prendas intemporales, con calidad y diseño que resisten el paso de las temporadas y que pasarán a formar parte de nuestro fondo de armario. ¿El precio? Puedes encontrar desde pendientes o anillos por 15,95 hasta un abrigo de pelo por 399).  Esta temporada priman los colores oscuros, el negro y el navy, la lana y la piel, protagonistas indiscutibles. La primera tanda de prendas con unidades muy limitadas, ha volado. La segunda parte de esta colección cápsula ya está a la venta. Avisadas quedáis.