Las peticiones de Weinstein a sus víctimas, contadas por Salma Hayek

"Weinstein fue mi monstruo también", ha confesado.

Salma Hayek, en pie de guerra

La actriz Salma Hayek habla sobre Harvey Weinstein.

La lista de actrices que acusan a Harvey Weinstein de abusos sexuales o acoso sigue aumentando. La última en sumarse a este grupo ha sido Salma Hayek, quien nos ha dejado petrificados con la columna escrita en primera persona que ha publicado en el diario 'The New York Times', y que lleva por título el revelador: 'Harvey Weinstein fue mi monstruo también".

En él, la intérprete detalla cómo hubo de sufrir todo tipo de proposiciones por parte del productor, a quien describe como un hombre que, a primera vista, era "un apasionado cinéfilo y un padre amantísimo", pero que no soportaba escuchar la palabra no. Un 'no' que Salma Hayek no paró de repetir desde el momento en el que comenzó a trabajar con él.

Salma Hayek, deslumbrante

Salma Hayek, en una foto reciente.

/ Antony Jones

"No a abrirle la puerta de mi habitación a todas horas por la noche, en todos los hoteles, ciudad tras ciudad, donde él podía aparecer inesperadamente, incluso en un lugar en el que estaba rodando una película que no tenía nada que ver con él".

Salma prosigue:

"No a dejarle que me mirara mientras me duchaba. No a dejarle que me diera un masaje. No a dejarle que uno de sus amigos, desnudo, me diera un masaje. No a dejarle que me practicara sexo oral. No a que me desnudara con otra mujer. No, no, no, no".

Sin embargo, la actriz relata cómo esas negativas sucesivas ("No creo que odiara algo más en el mundo que la palabra 'no'") iban provocando la furia de Harvey, que, en esos casos, podía convertirse en un ser maquiavélico.

A Salma llegó a arrastrarla fuera de una gala del Festival de Venecia para llevarla a una fiesta privada en la que estaba él y unas mujeres que parecían modelos y que, en realidad, se dedicaban a la prostitución de lujo. Incluso le dijo en una ocasión: "Te mataría, pero no creo que pudiera".

Aún así, podría haber sido aún peor, medita la mexicana en una escalofriante reflexión: "Me pregunto si no fue mi amistad con Quentin Tarantino y George Clooney lo que me salvó de que me violara".

La actriz también desvela algunas de las repugnantes tácticas de persuasión que utilizaba Harvey Weinstein para lograr sus deseos, como el amenazarla con arrebatarle papeles que ya le habían sido adjudicados.

Cuando Salma decidió alejarse de él y montar por su cuenta la película 'Frida' con amigos como Antonio Banderas o Ashley Judd tuvo que soportar las burlas del productor, que aseguraba que nadie querría ver a una Salma "uniceja", porque lo único que se esperaba de ella era llenar la pantalla de 'sex appeal'.

La actriz no oculta que en algún momento sufrió algo así como el 'síndrome de Estocolmo': "Tenía el corazón partido porque, confieso, quería que él me viera como artista (...), deseaba que me reconociera".

La victoria de Salma llegó después: la película inspirada en Frida Kahlo obtuvo un 85 sobre 100 en los ranking.

La historia de la actriz de origen mexicano con los abusos en la meca del cine vienen de lejos. En octubre se divulgó una foto tomada tiempo atrás en la que el cineasta Oliver Stone hacía un amago de tocarle un pecho.

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