La Fundación FERO y Swarovski se unen en la lucha contra el cáncer de mama

Dos mujeres, una causa. La misma que nos une a todas: la lucha contra el cáncer de mama. La Fundación Fero y Swarovski unen sus fuerzas. 

Tatiana Santamaría, directora de Swarovski en España, y Piru Cantarell, directora de la Fundación FERO

Viajar y decorar mesas son dos de las aficiones de Piru (dcha.), una fan de los sombreros. Tatiana (izda.) es una deportista nata y adora los placeres sencillos, como pasear a su perro por la montaña. Le gustan las buenas series y lucir antes que nadie las joyas Swarovski: "Esta temporada, me decanto por la colección Remix, versátil y asequible."

/ Yaiza Carretero

Con una sonrisa y mucha sensibilidad, Piru Cantarell, directora de la Fundación FERO, impulsada por el doctor José Baselga para la investigación oncológica, y Tatiana Santamaría, directora general de Swarovski en España, afrontan esta conversación. Woman estuvo presente para aprender y saber más sobre la responsabilidad de las empresas en causas que atañen a la conciencia social en general y a las mujeres en particular.

¿Por qué es tan importante el apoyo de las grandes empresas?

Piru Cantarell: Para concienciar al público de que todos juntos podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de la sociedad, específicamente a las mujeres que luchan contra el cáncer, y por el bien común. Swarovski ha tomado con Fero el compromiso para seguir aportando medios para la investigación, tanto a título económico como personal.

Tatiana Santamaría: En el año 2000, la firma lanzó su primera iniciativa de responsabilidad corporativa llamada 'Swarovski Waterschool'. En 2012, se creó un equipo para liderar el área de sostenibilidad y empezamos la colaboración con la Fundación Fero y la iniciativa 'Pink Hope' para poder contribuir en su labor de concienciación e investigación contra el cáncer. Desde entonces, seguimos aportando nuestro granito de arena. Pretendemos crear valor a largo plazo para nuestros clientes, consumidores y empleados, intentando que el negocio tenga un propósito que vaya más allá del comercial.

¿Qué otro tipo de implicaciones hay, además de donar dinero?

Piru: No solo se trata de un tema económico, es sobre todo un compromiso por parte de Swarovski y de la gente que trabaja en la empresa. Si no hay un vínculo emocional, este tipo de ayudas no se llegan a materializar.

Tatiana: Donamos un porcentaje de las ventas recaudadas para la lucha contra el cáncer de mama, intentamos hacer la causa más visible y relevante, participamos en la Cena de la Fundación Fero, donde se entregan premios y becas a investigadores. Y como parte de nuestros valores, facilitamos que los empleados que quieran colaborar con un proyecto social del ámbito que deseen, puedan destinar parte de su jornada laboral a tal fin.

Piru Cantarell, de la Fundación FERO y Tatiana Santamaría, de Swarovski

Piru Cantarell, con camisa blanca, lleva pulsera y pendientes de la colección otoño-invierno Swarovski. Tatiana Santamaría, de pie con vestido negro y collar y pulsera de Atelier Swarovski, diseñados por Jason Wu para la colección O-I 2017-18.

/ Yaiza Carretero

Cada vez hay más empresas que están por la labor...

Piru: Afortunadamente, la sociedad es cada vez más consciente de lo que es el cáncer y de cómo podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen. Además de la moda y el lujo, hay otros muchos sectores que lo hacen de una manera desinteresada y altruista, como asociaciones de deportes, empresas de nutrición y alimentación o laboratorios dermatológicos.

Tatiana: Y que así siga, es una buena noticia. Cada vez hay más empresas en todos los ámbitos que incorporan este pilar en su estrategia y desean colaborar de forma activa y voluntaria, tratando de generar valor y mejorar distintas facetas.

¿Qué tipo de satisfacción personal reporta el compromiso social?

Piru: La gente quiere devolver a la sociedad lo que esta le ha dado. Y no es solo un compromiso de un sector adinerado de la sociedad sino de todas las personas, individualmente, a las que les ha tocado la enfermedad de alguna manera.

Tatiana: Sentirse bien por contribuir, ayudar, apoyar, en general, por dar algo a alguien que lo necesita y hacerlo de forma desinteresada.

Parece que por fin se ha perdido el miedo a la palabra cáncer...

Piru: Totalmente. Antes era sinónimo de muerte, no había suficiente información. Hoy hay campañas de difusión y de divulgación sobre la enfermedad que hacen que la gente esté más tranquila. La investigación es continua y sus resultados espectaculares: el cáncer de mama es un buen ejemplo de ello. Hasta hace pocos años, la gente escondía que padecía la enfermedad. Ahora ya no es una palabra tabú. Se convive con ella. Se habla de una manera más abierta. Se sabe más de la enfermedad aunque hay que tener cuidado de no estar “sobre informado". La gente comparte su dolor, sus experiencias. Los pacientes y ex pacientes ayudan a otros. Las mujeres somos excepcionales en estos casos, somos fuertes y valientes y apoyamos a otras mujeres con cáncer.

Tatiana: Cada vez hay más gente que padece esta enfermedad y se ha normalizado. Además, el hecho de que haya algunos de ellos que tienen tratamiento con un alto porcentaje de éxito también ayuda a que la enfermedad se encare desde un punto de vista más “positivo”.

¿Qué hay que hacer para avanzar?

Piru: Apostar por la investigación, para lo que se necesitan muchos recursos económicos. Desde Fero hemos conseguido que la sociedad civil se implique con proyectos que pueden llegar a salvar muchas vidas. Además, por supuesto, de seguir una buena alimentación, realizar actividad física continuada, no fumar; en resumen, crear un ambiente de salud. Y mantener una actitud positiva ante la vida, se lo repito siempre a mis hijos.

Tatiana: Seguir con la labor de concienciación, y que se inviertan más medios y recursos en investigación de cara a entender mejor los factores que lo provocan, a desarrollar tratamientos que sean más personalizados y, por tanto, mucho más eficaces.

¿Qué hemos aprendido de la crisis?

Piru: Mucho y a todos los niveles. A ser pacientes, a tener una actitud más abierta, escuchar, relativizar... Se pierde el miedo, te hace más fuerte, se aprenden cosas nuevas que no te habías planteado antes, se refuerzan vínculos, se aporta valor real a las situaciones... Te das cuenta que las cosas sencillas son las que realmente importan.

Tatiana: Más que crisis, a la que veo una connotación muy negativa, prefiero referirme a ello como a un proceso de cambio. Ya que al final no deja de ser una oportunidad de enfrentarte a una nueva situación que implica un proceso de transformación profesional o personal, que requiere de toma de conciencia, de un proceso de aprendizaje y de adaptación y que según se enfoque te puede hacer evolucionar, crecer y ser más fuerte. En cualquier caso, algo temporal y que se puede superar, dependiendo de la actitud. También es muy importante poner en contexto y saber relativizar.

La dos sois directoras, ¿utilizáis la ropa y los complementos para dar una imagen determinada?

Piru: Sí y no. Tengo un estilo sencillo y cómodo. No me gusta ir demasiado arreglada, aunque cuando voy a reuniones siempre pienso antes lo que me voy a poner.

Tatiana: Claro, aunque es algo que varía en función de la ocasión o el momento del día. Te diría incluso que depende del estado de ánimo con el que te levantas.

¿Os ha tocado demostrar más en vuestro cargo por ser mujeres?

Piru: No, aunque pensándolo bien, en mi anterior etapa profesional, dedicada a las subastas de arte, tuve que luchar por hacerme un hueco como subastadora, pues en las casas inglesas era un cargo casi exclusivo de hombres.

Tatiana: No puedo decir que haya sido el caso. Creo que cada uno, independientemente de su género, tiene su propio nivel de exigencia. Me gusta mi trabajo, le dedico mucho tiempo y me gusta pensar que intento y lo hago mejor cada día. Tal vez en algún momento un manager te puede haber exigido más, pero creo que siempre sobre la premisa que podía ir todavía más allá y no por ser mujer. Cosa que también es un aprendizaje.

Tatiana Santamaría, de Swarovski y Piru Cantarell de la Fundación FERO

Un tándem brillante. Con el mismo tesón con el que se entrena para participar en triatlones, Tatiana Santamaría dirige, desde 2012, la división de artículos para el público final de Swarovski Ibérica, una empresa con firmes valores de responsabilidad social. Su complicidad con Piru Cantarell es evidente. "El doctor Baselga es una eminencia y su  fundación busca erradicar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes", explica Tatiana.

/ Yaiza Carretero

Durante vuestra carrera, ¿habéis notado el peso del sexismo?

Piru: Sinceramente, no. Siempre he estado rodeada de hombres que han confiado en mí y que me han apoyado en mi trabajo y en la toma de decisiones.

Tatiana: Quizás, hace muchos años, a nivel empresarial era raro ver a mujeres ocupando posiciones directivas, y si era el caso, eran muy específicas en los campos de marketing, relaciones públicas o recursos humanos. Porque creo que se pensaba que estaba más ligado a las competencias que pudiera tener una mujer. Afortunadamente, la situación se va normalizando y cada vez es más frecuente que las mujeres ocupen otras posiciones, también de dirección, y cómo no, que los hombres también lo hagan en otros ámbitos tradicionalmente femeninos.

¿Cómo veis el feminismo de antes y el de ahora, tan de actualidad?

Piru: Las nuevas generaciones feministas distan mucho de las épocas de las sufragistas. Los tiempos cambian y el papel de la mujer evoluciona con ellos. Lo veo como un proceso que no se detiene ni se detendrá.

Tatiana: Creo que ha habido un cambio importante, sobre todo, en la pasión y energía con la que se luchaba para reivindicar y conseguir unos mínimos criterios de igualdad, así como en el estereotipo de mujer feminista. Aunque supongo que sin ellas, hoy tampoco estaríamos donde estamos. Este cambio ha sido a una posición más reflexiva y estratégica, si quieres, donde se reconoce nuestras diferencias y se busca más el debate, la concienciación, la reclamación de más derechos, políticas y acciones que realmente mejoren las condiciones de vida de todas las mujeres.

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