Vitaminas, sí (en femenino)

¿Realizas un sobreesfuerzo?, ¿aún fumas?, ¿estás estresada y comes mal? Necesitas una ayuda para seguir tu propio ritmo.

Vitaminas, sí (en femenino)
Vitaminas, sí (en femenino)

La alimentación femenina se ha de adecuar a los momentos en los que nuestro organismo soporta cambios hormonales, metabólicos, fisiológicos y hasta de humor. Pero, con el ritmo de vida que llevamos, y calorías al margen, ¿tenemos bastante con lo que comemos? Si estás realizando un sobreesfuerzo, aún fumas pese a todo y a todos, tomas medicamentos, vives estresada y tiras demasiado de alimentos preparados, la respuesta es no. Es más que probable que necesites algún suplemento vitamínico, porque lo que comes no te nutre lo suficiente. Piensa que algunos tratamientos farmacológicos u hormonales –por ejemplo, las píldoras anticonceptivas– hacen que absorbas menos vitamina B.

¿Qué debes hacer? Acude a un especialista para que te prescriba un tratamiento indicado a tus circunstancias, porque tomarlas sin control es contraproducente.

Síndrome premenstrual

Más ánimo y menos migrañas : toma 50 g de vitamina B6 (en suplemento o incluyendo en tu dieta hígado, pescado, huevos, col, plátano, maíz o avena) desde la semana previa a la menstruación y hasta que acabe.

Contra el dolor : toma hierro (en la carne, legumbres, soja y sus derivados) y calcio (en lácteos, cereales, frutas y vegetales).

Antiinflamatorios : ácidos grasos esenciales como el omega 6 (está en el aceite de semillas, sésamo, soja y onagra).

Para regular tus hormonas : consume mucha soja, rica en isoflavonas. Prueba las bebidas de soja, pon brotes frescos en la ensalada o enriquece tus platos con un toque de salsa de tamari o miso.

Migrañas y cefaleas

Afectan más a las mujeres que a los hombres y atacan, sobre todo, en primavera. Los suplementos con vitamina B ayudan a mantenerla bajo control.

Que no falten en tu mesa : alimentos crudos y desintoxicantes; es decir, la mayoría de las frutas y verduras. También son recomendables los alimentos ricos en vitaminas del grupo B, sobre todo B6, y ácido fólico e hidratos de carbono (bienvenida, pasta) porque ayudan a mejorar los niveles de serotonina, la sustancia cerebral que mejora nuestro estado de ánimo.

Displasia cervical

Qué es : una alteración de células del cuello del útero.

Vitaminas preventivas : incluir en la dieta una buena cantidad de betacarotenos (o provitamina A, que da color a todos los vegetales naranjas y rojos que la contienen), ácido fólico, vitamina B6 y vitamina C, nos protegerá de esta patología.

En zumo : opta por los naturales de zanahoria, manzana, col, apio, perejil, kiwis y cítricos.

Embarazo

En los tres primeros meses : aumenta el consumo de alimentos ricos en ácido fólico (lo encontrarás en los vegetales verdes frescos, el hígado, la levadura, las legumbres o las nueces) y ayúdate con un suplemento extra de 600 g al día (te lo recetará tu médico).

Por qué : el ácido fólico o vitamina B9 previene malformaciones congénitas, reduce el riesgo de dar a luz un bebé prematuro y evita las anemias.

Para aliviar las náuseas: consume alimentos ricos en vitaminas del grupo B, sobre todo, vitamina B6 (o piridoxina), que nos aportan las levaduras secas, los cereales integrales, el pescado, las legumbres...

Durante los nueve meses : eleva el consumo de vitamina D (en la yema de huevo, pescado azul como el jurel, atún, quesos grasos, mantequilla o en la leche enriquecida). Ayudará a que se forme mejor el tejido óseo del bebé.

Un consejo : la vitamina D se forma en la piel cuando ésta se expone a la luz solar, así que es bueno que te toque un poco el sol... con protección.

Lactancia

Óptima nutrición : durante el tiempo que amamantes a tu hijo, tus necesidades nutritivas y vitamínicas superarán incluso las del embarazo. Estás cuidando tu salud y, a la vez, la buena alimentación del bebé.

Mucho calcio : 1.200 miligramos es la cantidad mínima diaria que necesitan tus huesos, y los huesos, dientes y músculos de tu bebé, para desarrollarse y mantenerse sanos.

Leche materna : para que aporte los nutrientes necesarios al pequeño debes incrementar el consumo de vitamina A (¿te apetece una sopa fría de calabaza y zanahoria, una ensalada de tomate y mango o melón de postre?), C (sobre todo, en los cítricos, en frutas como la piña, y en el tomate, los pimientos o el perejil), D, B1 y B2 (tiamina y riboflavina, ambas en granos enteros, legumbres y carne de cerdo). Tampoco te olvides del ácido fólico. Va de perlas.

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