El 'streamline' o cómo llevar una vida minimalista

El 'streamline' no es más que una forma de concentrarse en lo esencial y apartar de tu camino lo superfluo que te roba energía.

Come, reza, ama
Come, reza, ama / IMDb

Hasta hoy asociabas el minimalismo a eso ambientes pulcros, blancos o grises con grandes superficies nítidas y vacías, pocos muebles y cero objeto decorativo carente de funcionalidad. También te venían a la cabeza unos estilismos angulosos, monotonales sin apenas complementos.

Todo eso que sabías si lo aplicas a tu vida se llama 'streamline' y se define como un minimalismo vital que consiste en concentrarse en lo esencial y apartar de tu camino lo superfluo que te roba energía y no te deja avanzar.

El streamline es el nuevo lujo. Lo enseñan gurús, coach, terapeutas y psicólogos. Y no se trata de poseer menos cosas, no es una cuestión material, se trata casi de ignorar ese punto y convertir tu vida en una búsqueda conciente de las fuentes de felicidad y bienestar. Una vez identificadas será más fácil eliminar todo lo que sobra y no aporta nada. Ya sean objetos, personas, complejos, creencias o convicciones.

Su origen hay que buscarlo en los cimientos de la psicología positiva, postulados por el psicólogo estadounidense Martin Seligman a finales de los años 90. La psicología positiva establece que el bienestar reside en cinco aspectos: las emociones positivas, es decir la capacidad para disfrutar de los pequeños placeres de la vida; las actividades que nos satisfacen y nos hacen sentirnos realizados, como las aficiones e incluso el propio trabajo. Las acciones que dan sentido a nuestra vida y a las buenas relaciones personales positivas, entender que la felicidad depende en gran medida de las relaciones personales y los objetivos que tenemos que trascienden a nuestra persona, por ejemplo un proyecto para ayudar a una comunidad desfavorecida.

El streamline sería un manual para poner en práctica estos cinco principios.

Una mudanza, un cambio de provincia o mejor aún de país es un buen modo de iniciarse en el minimalismo vital pues nos obliga a hacer un ejercicio de intrsopección para quedarnos con lo que realmente nos podemos de llevar, ese suele ser el primer paso para descubrir cuáles son las cosas verdaderamente esenciales, sin las cuales no podrías vivir. Muchas personas descubren con sorpresa que son muy pocas.

Cuando se decide vivir con menos, la gente se vuelve más exigente, busca primar la calidad de lo que se compra y busca mucha información, antes de tomar la decision de adquirir algo nuevo.

Los expertos del 'streamlilne' aseguran que no hay un método para alcanzar una vida minimalista, -léase, simple y menos complicada- sino que cada cual termina creando su propia versión de vida más simple a partir de una versión anterior más complicada y atascada de personas, miedos, objetos, etc.

Apuntarse a la tendencia 'streamline' es simplificar lo más posible para que la vida fluya sola con el mínimo control y algo de gestión.

Un minimalista vital tiene poca ropa y dos pares de zapatos de colores fáciles de conjuntar para cualquier ocasión. Suelen ser grandes defensores de todos los soportes digitales para la literatura, la música y el cine. Sus cocinas son amplias y tienen los utensilios imprescindibles. No acumulan electrodomésticos. Su armario es un portento de orden y concierto. Nunca pierden nada. Tienen tan poco que todo lo tienen a mano.

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