Resistirse a bostezar puede ser una mala idea y solo puede empeorar las cosas

¡Vivan los bostezos colectivos!

Bostezar en la oficina no es tan mala idea
Bostezar en la oficina no es tan mala idea

Probablemente has experimentado en carne propia el hecho indiscutible de que los bostezos se contagian. Si alguien bosteza enfrente de ti tardarás poco tiempo en hacer lo mismo. Los científicos tienen una explicación para ese hecho, e incluso le han puesto u nombre científico: contagio por bostezo. Pero además han probado que tratar de cortar ese impulso solo sirve para que este vuelva con más fuerza ocasionando un bostezo aún más fuerte.

El estudio es generoso en los detalles que explican por qué no podemos dejar de imitar a alguien que bosteza cerca de nosotros. Se cree que es un modo de mostrar empatía o deseo de compartir el mismo comportamiento de otras personas y, según el nuevo trabajo, la urgencia por imitar la gestualidad de otra persona, está profundamente grabada en el cerebro sobre todo en esas personas a las que les es imposible resistirse a un bostezo colectivo.

Los resultados del estudio realizado en la University of Nottingham aseguran que las personas más proclives a “copiar” los bostezos de otros muestran una excitación en la corteza cerebral mayor que aquellos que pueden resistir ese impulso. La capacidad de excitación de esa zona del cerebro se ha relacionado con enfermedades como la epilepsia o la demencia, que también se caracterizan, entre otros rasgos, por la imitación automática de palabras o acciones de otras personas. Entender qué nos hace bostezar ayudará a los médicos a entender ese tipo de enfermedades neurológicas.

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