Dieta equilibrada

Objetivo: aclarar los mitos más extendidos acerca de la pérdida de peso. ¿Nuestro consejo? Emplea el sentido común y acude siempre a un especialista.

Hábitos alimenticios.
Hábitos alimenticios.

Tu mejor amiga practica la dieta de la piña, tu compañera de trabajo ha optado por una comida-cena a base de ensalada y yogur. Tu madre siempre te ha dicho que el pan engorda y que no bebas agua durante las comidas porque hincha... Muchas seguimos estas expertas indicaciones hasta convertirnos en chronic dieters (seguidoras de dietas crónicas): sacrificamos los placeres gastronómicos por miedo a las monstruosas calorías. Pero, ¿cuánto hay de verdad y cuánto de engaño?

Mentiras arriesgadas

«Cualquier régimen ayuda a adelgazar.» No todas las dietas sirven, y algunas son poco saludables. Lo más inteligente es seguir dietas hipocalóricas con la cantidad necesaria de nutrientes, asesoradas por un buen profesional. Estas dietas ayudan a adelgazar sin provocar ningún déficit nutricional: se trata de consumir menos calorías de las que gastamos, así nuestro organismo obtiene la energía necesaria quemando los depósitos de grasa, y se logra una progresiva reducción de centímetros.

«Perer unos kilos con rapidez es bueno para no desanimarse.» Así solo conseguirás el temido efecto yoyó. Las dietas relámpago eliminan agua y glucógeno, pero no reducen grasa: al abandonarlas, el organismo repone lo perdido en un tiempo récord.

«Los nervios engordan.» No siempre: algunas personas, en épocas de estrés, adelgazan porque consumen más energía de la habitual, incluso les disminuye el apetito. A la gente que engorda, por el contrario, los nervios y la ansiedad le provocan más hambre.

«Si dejas de fumar, ganarás peso.» Lo que tendrás es más ansiedad, y mucha gente la canaliza picando; no es la falta de tabaco lo que te hace ganar peso, sino lo que ingieres para sustituirlo. Lo que sí es cierto es que la nicotina reduce el apetito.

«Si adelgazo, desaparecerá mi celulitis.» No es cierto, hay gente muy delgada con piel de naranja. No siempre se debe a una acumulación de grasa; puede originarla una mala circulación y factores hormonales.

«Estar todo un día a fruta ayuda a eliminar peso.» La fruta tiene pocas calorías, pero nuestro organismo necesita consumir otros nutrientes a diario. Si tomamos solo fruta estamos provocando un déficit de algunos componentes importantes de la dieta.

«He comido mucho; me salto la cena.» Aunque te hayas pasado al mediodía, hay que tomar algo para cenar, aunque solo sea un yogur; no es saludable estar muchas horas sin ingerir nada.

«Nunca bebas agua en las comidas.» El agua ni engorda ni adelgaza: hay que beber unos dos litros al día, cuando te apetezca. Ayuda a la deglución de los alimentos y tiene un fugaz efecto saciante.

«Hay que olvidarse de las grasas.» Debes reducirlas, sí, sobre todo las saturadas, pero si las eliminas por completo de tu dieta te faltará energía, vitalidad y el sustra- to necesario para la formación hormonal.

«Los alimentos integrales no engordan.» No es cierto, aunque se digieren mucho mejor y tienen un valor nutricional muy importante: resultan saludables para el sistema digestivo debido a su aporte de fibra.

«Todo lo light ayuda a eliminar kilos.» Estos alimentos engordan menos, pero no adelgazan. Sirven para darse un capricho.

«Las barritas y/o batidos son unos perfectos sustitutivos de las comidas.» Si no tienes tiempo para comer relajada en casa, puedes utilizarlos para reemplazar alguna ingesta, aunque es preferible que no acabe convirtiéndose en una costumbre.

«Los laxantes y los diuréticos te ayudan a bajar peso de inmediato.» Tomándolos con asiduidad solo conseguirás tener problemas digestivos importantes o incluso una seria insuficiencia renal. ¡Cuidado! Verdades como puños

«Es bueno comer cinco veces al día.» Deberíamos hacerlo todos para llevar una dieta saludable. Romper el ayuno no solo evita la ansiedad, sino que también pone en marcha el aparato digestivo, con el consiguiente consumo de calorías. Apúntalo.

«Los picoteos entre horas engordan.» Sí, a no ser que comamos fruta o yogur desnatado: así llegaríamos con menos hambre a las comidas principales.

«Masticar despacio adelgaza.» Facilita la digestión, porque los alimentos están más triturados y son más rápidos de digerir. Comer deprisa bloquea el mecanismo de la saciedad y comemos más cantidad.

«El ejercicio aeróbico es básico.» Aumenta el metabolismo basal, es decir, la cantidad de calorías que quemamos al día; por tanto, sí que ayuda a adelgazar.

«Un profesional debe controlar tu dieta.» Una alimentación correcta contribuye a mantener la salud. Además, mucha gente que hace dieta por su cuenta no consigue bajar peso. Si un régimen es saludable, no se debería pasar hambre: están estudiados para comer alimentos que no aporten calorías, pero que sacien.

«La tendencia a engordar tiene que ver con el metabolismo.» Existe un componente genético importante en el sobrepeso que hace que ciertas personas tengan más facilidad para ganar kilos.

«La retención de líquidos provoca aumento de peso.» Si retienes líquidos significa que tienes problemas en la circulación linfática, por lo tanto, tendrás más volumen. Esto no conlleva el aumento del porcentaje de grasa corporal, pero sí provoca una predisposición a la aparición de celulitis.

Alimentos con mala fama

El chocolate: 100 g de chocolate con leche tienen unas 500 Kcal, por tanto, debe evitarse. Si no se puede prescindir de él, es preferible tomar chocolate negro en poca cantidad, solo para acabar con el deseo.

La bollería: Tiene grasas vegetales, pero también grasas vegetales saturadas, como el aceite de palma y de coco que, además de engordar, son perjudiciales para las arterias.

Los helados: Tienen nata y grasas saturadas. Mejor los sorbetes de frutas que son bastante más light.

El pan: Los cereales deben formar parte de nuestra dieta diaria, de hecho, en la pirámide nutricional ocupan el primer puesto. Evita el pan de molde y elige el pan integral que, a igualdad de calorías, aporta más fibra con efecto saciante.

Carne de cerdo: La magra tiene casi las mismas calorías que un filete de ternera (160 Kcal cada 100 g), en cambio, la carne de cerdo con toda su grasa tiene 320 Kcal.

El alcohol: Contiene calorías vacías, o sea, solo engorda sin aportar ningún nutriente (100 g de whisky aportan 222 Kcal).

El gas de los refrescos: No engorda, pero dilata la cavidad abdominal.

Frutos secos: Tienen ácidos grasos insaturados, beneficiosos para la salud, pero también un gran aporte de calorías. Tomar una nuez de vez en cuando ayuda a mantener la salud cardiovascular.

La pasta: Está permitida en las dietas de adelgazamiento, pero sin salsas calóricas.

La sal: Contribuye a incrementar la retención de líquidos y aumenta la tensión arterial. Las personas que no tienen estos problemas la pueden tomar con moderación.

La patata: Es un tubérculo que debemos ingerir en cualquier dieta, por su gran capacidad saciante, pero no es aconsejable que se cocine frita, solo cocida o asada.

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