Por qué queremos que todos los Oscar sean para ‘Ladybird’ y ‘Llámame por tu nombre’

Vade retro, superproducciones: nuestras preferidas para los Oscar son dos películas intimistas sobre la

magia dolorosa de la adolescencia. Y tienen posibilidades. Seis, en concreto.

Una imagen de Lady Bird

Una imagen de 'Lady Bird', la película ganadora del Globo de Oro a mejor comedia del año.

/ IMDB

Las nominaciones a los Oscar ya están aquí, amigas, y por mucho que seamos fans fatales de la demencial Margot Robbie en ‘Yo, Tonya’, de la recreación histórica milimétrica en 'Dunquerque' y de la mágica 'La forma del agua' (¡13 nominaciones, nada menos!), nuestro corazón pertenece por completo a dos películas cuya grandeza está en el fondo y no en la forma: 'Llámame por mi nombre' (estreno: 26 de enero), del italiano Luca Guadagnino y 'Lady Bird' (estreno: 23 de febrero), el debut directorial de la actriz Greta Gerwig. Advertencia: leer este texto puede poner tus expectativas fílmicas a un nivel incompatible con la creación humana.

Seis nominaciones han arañado estas dos pequeñas grandes películas: mejor película , dirección, guión y actriz protagonista para ‘Lady Bird’; y mejor actor protagonista y guión adaptado para ‘Llámame por tu nombre’. Podríamos fingir sorpresa, pero la verdad es que llevan meses arrasando en festivales y los críticos ya no saben cómo decirnos lo maravillosas que son. 'Lady Bird', de hecho, ha sido la primera película en hacerse con un 100% de aplausos en la web recopilatoria de críticas Rotten Tomatoes (ahora acaba de bajar al 99% porque siempre hay algún periodista de la cáscara amarga que gruñe que tampoco es para tanto). 'Llámame por tu nombre', por su parte, cuenta con un envidiable 96% en la misma web.

Y no es lo único que las dos películas tienen en común. Ambas son retratos intimistas y ligeramente retro de adolescentes al filo de la mayoría de edad. Perdidos, curiosos, incómodos en su propio cuerpo y fascinados por el dolor de hacerse mayores, los nominados Christine (Saoirse Ronan) y Elio (Timothée Chalamet) tienen la virtud de transportarnos, con todos los sentidos, a aquellos años mágicos y espantosos.

Christine ('Lady Bird', como insiste en que la llamen) es una adolescente californiana de 2002 que se da de cabezazos con su madre, elige regular a sus amigas, sufre desgarradores desencuentros amorosos y suspira por marcharse lo más lejos posible para poder descubrirse a sí misma. Podríamos titularla 'Retrato de la edad del pavo' y todos entenderíamos de qué estamos hablando.

Lo que la convierte en una joya es la delicadeza, el sentido del humor y el cariño con los que la cinta se acerca al alma turbulenta de la adolescente, y ese enfoque es el que, esperemos, le hará triunfar en los Oscar. También es la quinta vez, en toda la historia de la Academia de Cine, que una mujer es nominada a la mejor dirección. Ah, y se cita a Joan Didion en la secuencia inicial. ¿Se necesita más para desearle una lluvia de estatuillas?

'Llámame por tu nombre' es la película que cierra la 'trilogía del deseo' de Guadagnino, tras 'Yo soy el amor' y 'Cegados por el sol'. Relata el romance veraniego, ambientado en 1983, de Elio, un adolescente estadounidense que vive con su familia en el norte de Italia, y Oliver, el asistente de su padre, solo unos años mayor. Es la historia de un amor homosexual; pero, sobre todo, es la historia de un primer amor, de la obsesión por los mínimos gestos del otro, del léxico común que surge en el romance (el título de la película hace referencia a una conversación de almohada) y, también, de la metamorfosis que pueden obrar unos años de diferencia: Elio, de 17 años, es un chico brillante, pero aún está probándose su traje de persona adulta y desafina dentro de su cuerpo; su mirada, que es la del espectador, se dirige con admiración a Oliver, que ya camina por la vida con ese aplomo anhelado.

Como en el caso de 'Lady Bird', tenemos otras razones para desearle a 'Llámame por tu nombre' innumerables Oscar. Por ejemplo, que el guión es de James Ivory, paladín audiovisual contra la homofobia que dio un paso al frente con la valiente 'Maurice' hace 30 años y que ahora se merecería la estatuilla por su nueva defensa del amor en todos sus formatos.

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