La era 'foodie' de la tele: de Arguiñano a Dabiz Muñoz

La fiebre culinaria que invade la pequeña pantalla cuenta con nuevos nombres, nuevas técnicas, piercings y rock and roll.

Karlos Arguiñano
Karlos Arguiñano / D.R.

La parrilla televisiva huele a guiso deconstruido, retos culinarios a presión, una raspadura emocional y emplatados conceptuales.

Desde que hace tres años los programas ‘Pesadilla en la cocina’ (La Sexta) y ‘MasterChef’ (La 1) demostraran la magnitud que podía alcanzar la cocina aderezada con espectáculo, la oferta culinaria televisiva se ha disparado en torno a nuevos formatos y lenguajes. Y se ha atrevido, entre otras cosas, a sustituir cuchillos por motosierras (lo hizo Duff Goldman en ‘Dulces increíbles’ de Divinity), delantales por batas de fantasía (las de Alberto Chicote), menús tradicionales por nutritiva arquitectura minimalista o, incluso, por rascacielos de hamburguesas (‘Crónicas carnívoras’) y la habitual placidez de los programas de recetas, por los conflictos y disputas entre compañeros de fogones.

Alberto Chicote
Alberto Chicote / D.R.

Las cifras revelan la consagración de esta fórmula condimentada con la coletilla ‘show’ : el citado talent ‘MasterChef’ prepara su cuarta edición tras reunir a cuatro millones de televidentes en la anterior  y desarrollar con éxito una versión infantil, ‘MasterChef Junior’; ‘Top Chef’ (Antena 3), otro concurso líder de su franja horaria, tiene asegurada su vuelta y ‘Pesadilla en la cocina’, un espacio con ingredientes de coaching y reality, va a por su quinta temporada convertido en uno de los productos estrella de La Sexta.

Por el camino quedaron otros, como el intento de reivindicar la comida callejera de ‘Cocineros al volante’ o la filial de ‘Mi madre cocina mejor que la tuya’. Sin embargo, también llegan novedades para mostrar que la receta no está agotada.

Desde Flooxer, la plataforma digital de Atresmedia, se anuncia ‘Cocinatis&Co’, un espacio que promete llenar sus recetas de rock y anglicismos (healthy, foodporn) de la mano de una ‘boy band de la cocina’. Por su parte Mediaset, el grupo menos amante hasta ahora de las cacerolas, ha lanzado con éxito ‘El Xef’ en torno a la figura de Dabiz Muñoz, el enfant terrible de la comida y poseedor de tres estrellas Michelin.  Se trata de un docurreality protagonizado por la hiperactividad, la cresta afilada y la rebeldía del fundador del restaurante DiverXO que se acerca más al relato de una aventura de un joven emprendedor de éxito que al de una oferta culinaria (por si acaso, su cadena, Cuatro, niega que el suyo sea un programa de cocina).

El triunfo de estos espacios no ha arrinconado, sin embargo, a los formatos tradicionales, también beneficiados por la fiebre por los pucheros. A la cabeza, el sempiterno Karlos Arguiñano, quien con más de mil  programas a sus espaldas en Antena 3, sigue reuniendo a mediodía a medio millón de espectadores (15% de cuota de pantalla). Por detrás, propuestas como la más reciente ‘Torres en la cocina’ (La 1) o el chef Sergio, comprometido con varios programas. 

Entre unos y otros, todo un mundo: el que separa los guiones ceñidos a las recetas, que se sirven en horario de mañana y sobremesa, del volcán del late night y su hervidero de estrés y altibajos. Una montaña rusa que vuelve locas a las redes sociales y parece demostrar que la telerrealidad, tan eficaz, combina con todo.

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