Cinco razones sorprendentes para no perder peso

Dieta saludable
Dieta saludable

Siempre comes comida saludable.

Un estudio de la Universidad de Yale asegura que concentrarse demasiado en hacer una dieta excesivamente saludable puede ser contraproducente. Si solo piensas en que tus comidas sean ligeras obligarás a tu cerebro a segregar más grelina, la hormona que te hace sentir más hambrienta y con el estómago vacío y que manda señales al metabolismo de que baje el ritmo. Para mantener la grelina equilibrada conviene ser más indulgente con algunas partes de tu comida, de vez en cuando añadir a tu ensalada trozos de queso o frutos secos, en lugar de solo lechuga. También ayuda escoger alimentos que sean sanos y ligeras pero que tengan una apariencia agradable y contundente, (aunque solo sea en apariencia), por ejemplo, un cuenco de sopa con trocitos de pan integral.

Lo pagas todo con tarjeta.

Llevar dinero en efectivo puede ser visto como algo propio de sujetos del siglo XX, pero la gente que paga con tarjeta su comida en el super suele comprar alimentos menos saludables y con más calorías, según un estudio publicado en el Journal of Consumer Research. Los compradores de comida basura son perfectamente conscientes de lo que hacen pero como no sienten el golpe inmediato en su cartera se dejaban llevar con más facilidad por sus impulsos.

Piensas demasiado en el gimnasio o en hacer ejercicios.

Un estudio francés asegura que solo pensar en que vas a ir al gimnasio te puede hacer comer hasta un 50% más, pues la gente asume que el próximo entrenamiento le da licencia para excederse con la comida.

Pasas mucho tiempo sentada en el trabajo.

Pasar sentado unas pocas horas en la oficina es suficiente para que el cuerpo deje de fabricar lipasa, la enzima que inhibe la acumulación de grasa, dice una investigación de la Universidad de Columbia. Lo recomendable es estirarse y levantarse de la silla cada hora para estimular el metabolismo.

Duermes poco.

No pasar suficientes horas durmiendo pone al cuerpo en modo superviviente, es decir almacenando grasas e hidratos porque percibe que una situación de peligro está por llegar. Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition

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