El poder de la gente que no conoces: los "extraños consecuentes"

Cuando pensamos en nuestras relaciones personales, tendemos a centrarnos en los amigos más cercanos o en la familia. Sin embargo, hay un tipo de relación que a menudo se pasa por alto y que, sin embargo, puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. Hablamos de los extraños consecuentes. 

¿Son los “microactos” la clave de la verdadera felicidad?

¿Quiénes son los extraños consecuentes y cómo nos benefician?
¿Quiénes son los extraños consecuentes y cómo nos benefician? / Istock

No son pocas las veces que he sentido que tenía un vínculo especial con alguien a quien apenas conocía. Me ha pasado cuando bajo a pasear a mi perro, con la cajera del súper de debajo de mi casa incluso con la camarera que me servía café todas las mañanas en la cafetería de mi antigua oficina, que con ese “¿lo de siempre?”, lo hacía todo más cercano y agradable.

Todas esas personas serían, tal y como acuñó Karen L. Fingerman, la psicóloga que dio origen a este término, “extraños consecuentes”. Es decir, aquellas personas con las que interactuamos ocasionalmente en nuestra vida diaria que, aunque no son parte de nuestro círculo, los vínculos con ellas, aún siendo débiles, pueden tener un efecto positivo en nuestro bienestar.

Los extraños consecuentes pueden tener un efecto positivo en nuestro bienestar

Los extraños consecuentes pueden tener un efecto positivo en nuestro bienestar

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¿Quiénes son los extraños consecuentes?

Piensa en todas esas personas con las que tienes interacciones ocasionales, o incluso diarias, pero que aunque son muy breves, resultan significativas. A diferencia de los amigos cercanos o la familia, estas personas no forman parte de nuestra vida más íntima, pero sus presencias nos son familiares y, a menudo, reconfortantes. Pueden ser compañeros de clase, colegas de trabajo de otros departamentos, o incluso personas que vemos regularmente en el gimnasio o la cafetería. O como me sucede a mi, la gente con la que coincido en el parque cuando bajo a pasear a mi perro. 

Aunque no sepamos mucho sobre ellos y puede que ni siquiera conozcamos sus nombres, estas conexiones fugaces pueden ser una fuente de alegría y comodidad. A menudo compartimos pequeñas partes de nuestras vidas con ellos, como historias cotidianas o comentarios casuales sobre vete tú a saber: desde los mejores piensos para los perros al clásico madre mía qué tiempo, hoy verano y mañana invierno otra vez.

Los extraños (consecuentes) sí nos reportan beneficios 

Y es que esa mágica comocidad que nos reportan estas conexiones tan fugaces, se ha demostrado que también tienen una serie de beneficios a nivel mental y emocional. Primero, estas interacciones ofrecen una sensación de comunidad y pertenencia. Al interactuar con personas fuera de nuestro círculo íntimo, nos damos cuenta de que somos parte de un tejido social más amplio, lo que puede ayudar a combatir la soledad y el aislamiento.

En segundo lugar, las conversaciones con extraños consecuentes suelen ser ligeras y sin presiones. No esperamos un nivel de intimidad o compromiso emocional profundo, lo que nos permite relajarnos y ser nosotros mismos sin temor al juicio. Y esto puede ser especialmente útil en situaciones estresantes, donde un pequeño intercambio positivo puede cambiar nuestro estado de ánimo.

Además, estas relaciones pueden ayudarnos a obtener nuevas perspectivas. Al hablar con personas que tienen experiencias y puntos de vista diferentes, podemos ampliar nuestra visión del mundo y aprender cosas nuevas. 

Las conversaciones con extraños consecuentes suelen ser ligeras y sin presiones

Las conversaciones con extraños consecuentes suelen ser ligeras y sin presiones

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Cómo fortalecer las conexiones con extraños consecuentes

Aunque estas interacciones siempre suelen ser breves, hay formas de hacerlas más significativas y beneficiarnos aún más de ellas. Una estrategia es ser proactivo y abrirnos a estas interacciones. Y puede ser tan simple como saludar a un vecino (y esperarle para subir en el ascensor) o iniciar una conversación con alguien en el transporte público.

Otra forma de fortalecer estas conexiones es encontrar puntos en común. Puede ser algo tan básico como el interés por una afición deportiva, algún evento local o un hobby. También es útil mostrar interés por la otra persona, hacer preguntas y escuchar activamente. Estos gestos simples pueden transformar una interacción casual en una conexión significativa. Y hacernos felices, que es de lo que se trata.

No todas las relaciones necesitan ser profundas para ser valiosas

Con los extraños consecuentes tenemos un valioso recordatorio: y es que no todas las relaciones necesitan ser profundas para ser valiosas. A través de los pequeños gestos y las conversaciones mas vanales, estas personas pueden aportarnos alegría y un sentido de pertenencia, ayudándonos a sentirnos más conectados con el mundo que nos rodea. 

Y aunque estas relaciones sean fugaces, tienen mucho poder. Para empezar, pueden mejorar un día regu.

Y eso ya merece la pena.

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