¡Una de croquetas ilegales!

En el Congreso de los Diputados han tenido hoy un tentempié muy especial y con mensaje incluido: 100 croquetas ilegales elaboradas con sobras de un comedor escolar. Una sabrosa manera de decir ¡basta ya de desperdiciar la comida!

Reparto de croquetas ilegales frente al congreso
Reparto de croquetas ilegales frente al congreso / ©Juan Manuel Prats

Cada año acaban en la basura 30 toneladas de comida en buen estado en los comedores escolares.  Si esa cifra (que es solo una estimación y podría ser muy superior) te parece intolerable, también se lo pareció a Cristina Romero, promotora de la iniciativa #croquetasilegales para  hacer un llamamiento destinado a tomar medidas contra el desperdicio de alimentos. Cristina se ha plantado esta mañana en el Congreso de los Diputados con un centenar de croquetas (el alimento que mejor simboliza todo lo que se puede hacer con las sobras) y 225.000 firmas que ha recabado a través de la plataforma change.org apoyando su propuesta.

La petición, que Cristina le ha trasladado a la presidenta del  Congreso, Ana Pastor, así como a representantes de los Grupos Parlamentarios del PP, Podemos y PSOE pretende modificar la Ley de Seguridad Alimentaria para promover el aprovechamiento de la comida sobrante en lugares como comedores escolares, centros sociales o empresas, de manera que sirvan para alimentar a más personas. Por eso las de hoy eran croquetas ilegales, porque actualmente las instituciones no autorizan el aprovechamiento de los alimentos sobrantes. Y por eso ha estado apoyada y acompañada por la cocinera Ada Parellada, chef del restaurante barcelonés Semproniana, y el experto en seguridad alimentaria Juan Marcos de Miguel, vestidos con camisetas negras en las que se podía leer “¡Hay que ponerse ya! Croquetas ilegales”

La idea surgió en octubre del año pasado a raíz de una reunión de comienzo de curso en el colegio del hijo de Cristina Romero donde la responsable del catering explicó que se servían las mismas raciones para niños de 3 a 12 años y que se tiraba la comida que los más pequeños no consumían, siguiendo las directrices del Ministerio de Sanidad. Ante esta situación, Romero insta a los diputados del Congreso a impulsar un plan en el que se impliquen ayuntamientos, comedores escolares, centros sociales y empresas de catering, para que, creando un protocolo de actuación de congelación y transporte, se pueda aprovechar el excedente de comida cocinándola otra vez o distribuyéndola entre familias sin recursos.

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