¿Es no llevar carcasa en el móvil el último símbolo de estatus?

Bien sea a causa del éxito de ‘Succession’ y al impecable armario con el que Gwyneth Paltrow se enfrentó al mediático juicio a causa de un (hilarante) accidente de esquí, el término “lujo silencioso” se ha convertido en el preferido dentro del universo de la moda. La ausencia de logos, el cariño por los materiales de calidad extrema y la absoluta falta de necesidad de presumir de riqueza son las claves de esta tendencia que en realidad, es una auténtica anti-tendencia. Sin embargo, muchos han olvidado que la señal de que alguien realmente tiene tantos privilegios como dinero en el banco no es lo que lleva, sino precisamente lo que no lleva.

Si en ‘Succession’ ya vimos al millonario tech Lukas Matsson bajar de su jet privado descalzo, dejando claro así que la ausencia de calzado demuestra que está en una posición aún superior que quien lleva unos zapatos de miles de euros, el indicativo definitivo de que alguien tiene dinero es no llevar carcasa en el teléfono móvil. Es más, ¿te has dado cuenta de que en el universo de los Rogan, nadie usaba una? En el mundo real, lo que une a Jay-Z, Elon Musk y Jeff Bezos, además de sus inmensas fortunas, es el hecho de que no protegen sus teléfonos. ¿La razón? Para ellos, pagar mil euros supone lo mismo que para el resto de mortales comprar una caja de chicles. De hecho, se ha acuñado el término “El Kanye”, que es la forma de agarrar el portátil MAC con absoluta despreocupación, como si fuera una carpeta que te da absolutamente igual que caiga al suelo. En 2019 unas imágenes de Ben Affleck agarrando así su ordenador enloquecieron a los internautas. “Ni siquiera me puedo permitir llevar mi café de Dunkin Donuts así”, bromeaba uno de ellos. “¿Acaso hay algo que indique que eres más rico que agarrar de esa forma un ordenador de 1.500 euros?”, se preguntaba otro.

Sin duda, la despreocupación es la señal absoluta del privilegio. Del mismo modo que poder llevar un bolso microscópico demuestra que no necesitas llevar nada contigo, porque posiblemente tengas a tu disposición a todo un equipo de asistentes que se encarga de darte lo que necesites (Anna Wintour rara vez lleva bolso, sin ir más lejos), no llevar carcasa en el móvil indica lo propio. El hecho de que sea una inmensa minoría la que se puede permitir semejante despreocupación es aún más llamativo si tenemos en cuenta que los precios del iPhone han aumentado un 15% en los últimos seis años, el mayor incremento desde que este dispositivo naciera, mientras que desde los seguros que protegen a los teléfonos móviles hasta los accesorios que velan por su seguridad siguen acrecentando un mercado que se estima alcance los 38,8 mil millones de dólares en 2028, según indica la empresa de consultoría Verified Market Research.

Por cierto, ¿sabes quién no lleva carcasa en su teléfono? Jony Ive, el que fuera el encargado de plasmar las ideas de Steve Jobs en el producto final. En el universo techie, en el que las sudaderas y los vaqueros mandan frente a los trajes, no hay lugar para accesorios llamativos. Nada se recibe mejor que un gadget de última tecnología al que se trata como si fuera un mero cuaderno. Imaginad a la protagonista de ‘Emily in Paris’ entrando en las oficinas de Google con su carcasa en forma de cámara…

Tampoco es casualidad que los términos que se emplean para hablar de los nuevos modelos de smartphone aboguen por la sensualidad, por la ligereza y por la elegancia, en contraprestación a cómo se habla de las carcasas, “chunky” y pesadas. Si un teléfono es ya casi parte de nuestro cuerpo, ¿por qué no hacer que sea sofisticado, en lugar de tosco? “Parece casi el lenguaje que se emplea para hablar del antes y el después de un plan de dieta de 30 días. ¿Nos estamos marcando un body-shaming a nosotros mismos a través de nuestros teléfonos?”, se pregunta Maria Teresa Hart en ‘Vox’.

Los adinerados han pasado de tener carcasas lujosas de precios astronómicos a despojarse de ellas. ¿Y si el siguiente paso es despojarse de sus teléfonos? ¿Acaso hay algo más envidiable e inalcanzable que disponer de tiempo y de libertad, de los que nos despojan precisamente los teléfonos?