Un refugio de artistas
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La madera, las fibras y la piedra están presentes en toda la casa, que perteneció a un obispo, por ello conserva una capilla consagrada en la que aún se pueden oficiar misas y bodas.
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Vivir en un entorno inspirador es algo tan básico como el aire para un artista. Por eso la mallorquina Francesca Martí –pintora, fotógrafa, escultora y artista multimedia de renombre internacional– no lo dudó ni un segundo cuando visitó, junto a su marido Gunnar –un ingeniero sueco–, la finca centenaria de Pla des Bisbe en el pintoresco pueblo de Fornalutx. Aquí la vemos en los exteriores de la casa, plantados con naranjos.
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Elementos naturalesFrancesca Martí tardó dos años en reformar y unir, junto con el arquitecto Onofre Rullan, los dos edificios de la propiedad, incorporando el máximo de elementos naturales y respetando la conexión de la casa con el paisaje.
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Mesa original La mesa de centro es un conjunto de enciclopedias con un sobre de cristal. Junto a la pared, cubos con libros de sus artistas favoritos (Shirin Neshat, Wifredo Lam y Anthony Caro) y cuadro ‘Proyecto Soul’ (2006), de la artista mallorquina.
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La construcción se divide en dos: en el edificio más grande, Francesca ha dispuesto su espacioso estudio, donde aún se conserva el antiguo molino de aceite. A continuación, en una extensión añadida en los años 50, se abre un luminoso espacio que recuerda un moderno loft, allí vive la artista con su marido y sus dos hijos.
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La propietaria no ha renunciado a los elementos típicos de su tierra, como las estructuras de obra, las mesas antiguas de origen mallorquín, los techos con vigas a la vista, las mesas-camilla vestidas con deliciosos brocados...
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Sus propias obras En la pared del pasillo, la obra ‘Deep into the Ground’ (2008), realizado por Francesca, un lienzo con videoproyección sobre tela en la que un hombre de Sierra Leona va emergiendo del desgarro en la tela roja.
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Un vintage acogedor«Nos visitan muchos amigos escritores, músicos, directores de museos... se sienten tan bien aquí que recargan sus dosis de paz y de energía.»
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RomanticismoEn el dormitorio reina una cama colonial procedente de Indonesia. Francesca ha cubierto la casa de frescas alfombras de algodón y kilims antiguos que dan calidez al suelo de cemento.
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En el baño reina la sencillez, las líneas rectas y el blanco.
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Detalle de una alacena abiertacon cerámica típica.
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La mezcla de elementos contemporáneos con elegantes antigüedades es tan equilibrada que sientes la misma sensación de paz tanto dentro como fuera de la casa, mirando al mar.
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Los mampuestos de piedra visten los exteriores de la casa. Un camino de plafones de metal y cantos rodados marca el perímetro.
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Profeta en su tierraFrancesca es la autora de esta escultura, emplazada en uno de los puertos de la isla. «Ahora la creencia que más me llena es el contacto con la naturaleza», explica la artista. «Es lo que me rodea. Los animales, las flores, las hojas o los troncos me generan una gran atracción. Es la naturaleza que está en la vida y va hacia la muerte», explica.