El equilibrio de la belleza
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Su hogar en El EixampleDentro de la casa de Carla rige una máxima: «Según la mesa, va la comida y, según la comida, vanlos ramos de flores.» Amante de la buena gastronomía, se acerca a menudo a los fogones, dondeborda las sopas y los risottos. Adora este piso amplio, situado en la zona del Eixample de Barcelona: «Me siento muy cómoda en todas las estancias; son tres habitaciones con un gran pasillo donde está ubicada la cocina. En todos te mueves con mucha facilidad, porque los espacios son muy abiertos», explica la propietaria.El dormitorio lo preside una chaise longue sin tapizar, que adquirió Carla en un antiquario.
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En la decoración de su casa reina el eclecticismo: «Me encanta mezclar y reciclar muebles. Cuandoviajo, me gusta comprar cosas diferentes y especiales. » En su casa conviven objetos de diseño conalgunos comprados en mercadillos: «Suelo comprar algunas piezas en ferias, sobre todo sillas, por las que siento debilidad. Especialmente me gustan las de dos autores, el matrimonio Eames y Jean Prouvé», confiesa.Una mesa de dibujo, en el estudio. La silla pertenecía al mobiliario del Centro Pompidou de París.
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Su última adquisición ha sido una litografía de Serra y sueña con tener un Clavé. ¿Una peculiaridad de su forma de decorar? Cambia los objetos constantemente de sitio.
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Esperando a las musas«No empecé a pintar en serio hasta los 29 años: mis cuadros expresan momentos emocionales, mi estado anímico. Comienzo un cuadro y nunca sé cómo lo terminaré porque –reconoce la autora– soy muy exigente con el final de una obra.» Esta pintora muestra el estudio en el que encuentra la inspiración. Ha creado el escenario para ubicar pinceles y caballetes pensando en sus necesidades: mucho espacio, luz y un sitio donde se pueda escuchar música y evadirse totalmente, sobre todo ópera.
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En su loft de dos alturas ha encontrado el espacio ideal para trabajar en sus cuadros, con los que confiesa tener una convivencia muy intensa. «Mi diálogo con la pintura en estos momentos me resulta más tranquila y pacífica que en otras épocas donde era más rebelde», aclara. Analiza su pintura: «Es expresionista figurativa, representada sobre todo en las flores; en los retratos resulta abstracta.»
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Adora el exterior de su restaurante A Contraluz: «En el jardín decimos que hay hadas, porque se rompe el sentido del tiempo y de la ciudad. En CorneliaCo quise crear un espacio único, que tuviera las puertas abiertas todo el día, además de poder llevarte comida casera.»Después, remata diciendo: «Para mí, lo más importante, mi filosofía, es el placer que provoca el hecho de comer. El secreto para que el negocio funcione es situarse en el lugar del cliente, pero con tus propias exigencias.”