La casa de la arquitecta María José Cabré
Renovarse o morir...
Renovarse o morir... «La distribución de la casa ha ido cambiado con los años. Ahora son realmente dos, independientes. Antes, en el sobreático (de 40 m2) tenía mi despacho, pero ahora se aloja allí mi hija. Hemos creado un miniestudio, con entrada autónoma, ¡de manera que somos vecinas! Lo que sí compartimos es la terraza, nos encanta tomar el sol, y como tiene ducha, resulta agradable. La zona de estar es una especie de chill-out con estructura de obra y colchonetas para tumbarse. También es una delicia en verano. Damos muchas fiestas y comidas al aire libre.»
Combinación perfecta
Combinación perfectaUna planta siempre da más vida a las estancias.
Trucos de diseñadora
Nuevo y viejo, siempre junto «No puedo resistirme a ciertos toques de anticuario. En mi dormitorio, por ejemplo, donde todo es muy blanco (incluso he prescindido de cabecero), el antiguo mueble que uso como cómoda le aporta muchísima personalidad. Es el toque de luz. Los textiles también regalan confort y movimiento, por eso decidí que los armarios de obra no los cerraría con frontales de madera, sino que dispondría telas fruncidas para dar mayor calidez al espacio. Pero no solo hay piezas antiguas aquí, también lo son las sillas de la terraza y, al lado de la bancada de obra, realicé una mesa a partir de un sobre de madera vieja (que compré en el anticuario Lucca, al igual que la cómoda) y una estructura de hierro.»
Fusión de estilos
Fusión de estilos «No me gustan los pisos impersonales, por eso soy partidaria de mezclar. Tengo la suerte de que a mis padres les gustaba mucho viajar, y de jóvenes visitaban a menudo Londres. Una de las mesas, la que utilizo en la zona de comedor, es una antigüedad inglesa que heredé. Me encanta: cuando tengo invitados, la coloco en el centro del espacio. Y para resaltar aún más su presencia, la envuelvo con las sillas Plastic, de los Eames, editadas por Vitra. El contraste es genial.»
Cocina, salón y comedor
Cocina, salón y comedor«No me gusta sentirme encerrada y no necesito paredes. Por eso quise que cocina-comedor y salón compartieran un mismo espacio (tan solo los separa un pequeño tabique exento que no llega hasta el techo). Al fin y al cabo, cuando llegas a casa cocinas, comes algo, lees, estás un rato en el salón... y para eso no hacen falta las paredes. La intimidad, solo en el dormitorio; en el resto de la casa prefiero que los ambientes se comuniquen. Además, esto me viene genial cuando hago fiestas... A mí me encanta cocinar e invitar a mis amigos, y cuando llegan, con esta distribución, pueden colaborar mucho más en todo el ritual: poner música, beber una copa de vino, bailar y ayudarme con la mesa.»
¿Baño o tocador?
¿Baño o tocador?A primera vista parece una zona de lavabo, pero en realidad es un baño completo divido en tres espacios: el área de inodoro y la ducha se sitúan a ambos lados del lavabo, tras dos puertas independientes. En el espacio central queda el lavabo con un mueble a medida y un lavamanos de Catalano. La grifería mural es de Axor, ambos en Bagno.
Blanco
«Tenía muy claro que el blanco sería el tono dominante, es un color que me da mucha paz. De blanco puro pinté las paredes, apliqué una veladura en las bovedillas y revestí todo el pavimento de resina barnizada. Era el fondo ideal, pero como puede resultar algo frío, lo contrasté con el negro y el hierro. Este material industrial me venía genial. Con él realicé la enorme librería a medida, las encimeras y antepecho de la cocina.»
La librería, la columna vertebral
La librería, la columna vertebral «Quise que el hilo conductor de la casa fueran los libros, con la gran librería que recorre todo el cuerpo central del piso. Normalmente, este tipo de muebles se realizan en módulos de 120 x 30 cm, pero yo quise cambiar por completo el formato y hacerlo más divertido. La mía es una sucesión de cubos de 50 x 50 cm, que además de guardar decenas de revistas y libros, que curioseo tanto por trabajo como por placer, me permiten cobijar cojines, marcos de fotos y otros objetos decorativos. Son como pequeños expositores independientes que dan mucho juego. En los huecos donde no hay librería, sino ventanas o puertas, coloqué cortinas del mismo color, para que no se llegara a romper la linealidad.»
Trucos de diseñadora
Trucos de diseñadora «La iluminación es vital en cualquier vivienda, crea ambiente. Para resaltar las estructuras, coloqué proyectores QR que emiten una luz con muchos claroscuros. Así potencio las siluetas de la librería y del armario de obra. En el resto de la casa he escogido luces puntuales. ¿Mi preferida? La lámpara de techo de Achille Castiglioni. Es ligera, divertida, especial, por eso la tengo en salón y en el dormitorio. ¿Otra manía? No me gustan nada las campanas extractoras, por eso en la cocina, de DM lacado, ingenié una estructura de pladur para ocultar los filtros. Personalmente, prefiero los volúmenes arquitectónicos, de ahí la idea de cerrarlo todo creando un gran cubo. Ocurre que la cocina, al ser abierta, se ve demasiado al entrar y quería que pasara más inadvertida. Es blanca total porque el color ya lo pongo cuando cocino. Igual pasa con los libros que, en realidad, aportan mucha vida y color a toda la casa. En cuanto a los cuadros, no me gusta colgarlos, los apoyo en el suelo o sobre muebles... Así siempre que quiero puedo intercambiarlos.»