Las lágrimas de la hija de Obama y el anillo de su discurso de despedida

El emotivo discurso de despedida que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pronunciado en Chicago, la ciudad donde germinó su carrera política, fue un alegato a favor de la defensa de la democaracia,  la inmigración y la igualdad de oportunidades. Su oratoria arrancó sus lágrimas y las de los presentes.

 

Michelle y Malia Obama, durante el discurso de Barack Obama

Michelle y Malia Obama, durante el discurso de Barack Obama en Chicago.

Él no pudo contener sus lágrimas, su hija Malia tampoco. El emotivo discurso de despedida que Barack Obama pronuncio en Chiacago emocionó a muchísimos de los asistentes. Solo Michelle Obama pudo contener la emoción.

El discurso fue un alegato a favor de la protección de la democracia, la inmigración y la igualdad de oportunidades. Obama finalizó con su lema de campaña "Sí, se puede":

"Os pido que creais, no en mi capacidad para cambiar, sino la vuestra. Que conservéis la idea de nuestros padres fundandores, la idea que susurarron los esclavos y los abolicianistas, el espíritu de los inmigrantes y los que lucharon por la justicia, la creencia en el corazón de cada estadounidense cuya historia no se ha escrito aún: Sí, se puede".

Michelle, Malia y Barack Obama durante el discurso de despedida

Michelle, Malia y Barack Obama durante el discurso de despedida del presidentes de los Estados Unidos.

Michelle dejó todo el protagonismo a su marido y su look correspondía con esta actitud. Para la ocasión lució un vestido de su diseñador favorito Jason Wu, de color auzl marino con encaje. Obama le dedicó unas palabras en su discurso: "Tomaste un papel que no habías pedido y lo hiciste tuyo con gracia, estilo y buen humor", dijo el emotivo presidente a su esposa desde el escenario. 

Obama durante su discurso de despedida en 2017

Barack Obama se emociona durante su discurso de despedida en 2017.

Barack Obama lució durante el discurso su inseparable anillo de bodas, el mismo que cuida con tanto mimo tal y como publica el Washington Post. Según el diario, el presidente se quita el anillo cada vez que saluda a alguien, por miedo a perderlo. Durante el saludo, lo guarda en su bolsillo.

 

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