La infancia de los diseñadores

Giorgio Armani

Era un niño tímido, retraído. Y un alumno bastante disciplinado. Pero también era decidido e imaginativo. Lo sigo siendo en la actualidad. Crecí en una época difícil. Recuerdo el horror de la guerra, que condicionó el resto de mi vida. Procedía de una familia que no era muy rica, pero pese a ello guardo un recuerdo feliz de mi infancia. Mi vida en casa, algunos ruidos y determinados olores me evocan el espíritu de aquellos años. La belleza y la dignidad de mi madre fueron también dos cualidades que me influyeron profundamente. Me hizo entender que la ética y la estética debían ser un reflejo mutuo. Tenía un hermano mayor, Sergio, extravertido y con mucha iniciativa: exactamente lo contrario a mí. Y una hermana, Rosanna, de quien siempre me he sentido muy cerca, incluso profesionalmente hablando. Mi padre era contable en una empresa de transporte por carretera de Milán. Aquel hombre tranquilo y discreto volvía a casa, a Piacenza [en Emilia-Romaña], todos los fines de semana. Por desgracia, nos dejó muy pronto.

Cinco diseñadores de moda se sumergen para nosotros en sus años de infancia, esa maravillosa edad mágica, y nos confiesan cómo se les abrió el camino hacia la creación. Reencuentro con otra época.

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