Entrevista a Cristina Marsillach

El mejor consejo que le dio su padre fue: “Dedícate al arte”. Y así lo ha hecho desde que tenía tan sólo 13 años. Hija del recordado actor y director Adolfo Marsillach, Cristina disfruta con su trabajo y desde hace unos años se ha lanzado al plano empresarial. Ahora organiza un Festival de Cine Documental con el que pretende abrir conciencias y fomentar la información objetiva.

Entrevista a Cristina Marsillach
Entrevista a Cristina Marsillach

En pleno corazón de Madrid encontramos la pequeña Sala Marsillach. En ella, la polifacética Cristina Marsillach, ha iniciado un festival de cine documental en el que participan varias propuestas y en el que el jurado estará compuesto íntegramente por mujeres… El acto de clausura, que incluye la exhibición del documental ganador, será en el Ateneo el día 8 de mayo.

¿Cómo surge la idea de crear una sala de teatro independiente en Madrid?

Creo que el teatro es un medio de expresión importantísimo para la comunicación libre. La Sala Marsillach es una sala alternativa privada en la que la idea principal es organizar nosotros mismos.Queremos contar con pequeños grupos teatrales que tengan algo interesante para abrir conciencias, preguntarse cosas, dar información de lo que está ocurriendo fuera y dentro de España. Poder decir cosas libremente sin tener que estar sujetos a lo correctamente político

¿Qué tipo de público buscáis en la Sala Marsillach?

Un público culto, interesante e interesado por un medio de comunicación más amplio. Por eso, la sala es pequeña y el público pagará una cantidad elevada. La gente que acude sabe que los espectáculos van a ser de buena calidad y que será una grata experiencia.

Ya has probado la actuación, la dirección... ¿prefieres estar en el escenario o en el plano empresarial?

No es una elección, es una imposición por las condiciones y por cómo está planteado el funcionamiento de España, en concreto de Madrid. Si quieres hacer algo libre sin ataduras tienes que organizarte y en esa organización coexisten todos estos cargos impuestos gozosamente. Lo que me incita es la posibilidad de conocer a nuevos realizadores, nuevos directores de teatro, nuevos actores… La primera que sale ventajosa de todo este conglomerado de actividades soy yo porque produzco, dirijo y en un futuro actuaré… y además, doy clases. El local abre como sala desde hace poco tiempo ya que cinco años atrás sólo impartíamos clases. Es un local pequeño pero bien organizado y distribuido… no es para hacerse rico pero es para vivir haciendo lo que quiero, viviendo como a mi me gusta vivir: haciendo lo que me gusta. Y además, queremos abrir camino a gente que tengan más dificultades, que sepan que pueden mostrar sus trabajos y que aquí se ve el trabajo con cariño y bajo unas reglas impuestas por un jurado importante, no por ser conocidos sino por ser buenos en el mundo del teatro, la poesía, la pintura, el marketing…

Ahora te has sumergido en un ciclo de cine documental, ¿por qué un festival de cine documental?; ¿pretendes que sea el buque insignia de la sala y que represente los valores de la sala?

Me he inclinado por el documental porque me interesa la información. Estamos inmersos en un mundo en el que la información verdadera al final se acaba convirtiendo en opinión y para que esa información sea pura y cristalina tiene que haber detrás un trabajo de documentación muy grande y una valentía muy importante. La información contra la opinión. La opinión está dada al poder, a la crítica, pero la información es clara. Todo depende de cómo lo adornes. La información no se puede manipular, la opinión sí.

¿Qué temas abordan los documentales?

Política, Tercer Mundo, problemas sociales… hemos recibido unos 40 documentales. Es complicado mostrar la realidad sin opinión por lo que hay un jurado de 7 mujeres que se dedica a ver documentales, hay una selección en función del trabajo y la valentía del autor.

¿Por qué un jurado sólo de mujeres?, ¿tiene algo de premeditado o ha sido coincidencia?

El jurado lo forman 7 mujeres, pero además una de ellas está embarazada, parece la formación del Gobierno (Risas). Realmente no ha sido premeditado, he querido rodearme de gente que comparta conmigo una forma de trabajar y unas pautas muy concretas. Tengo más mujeres interesantes a mi alrededor que hombres...

¿Tienes algún proyecto próximo tras el festival?

Después del festival tengo en proyecto la dirección basado en una obra de mi padre. Es una adaptación muy libre de la obra de mi padre que escribió en los años 80: Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?. Como directora y adaptadora.

¿Cómo ves la situación actual del teatro?

Creo que la salud del teatro es muy buena. Sobre todo las salas independientes. Es posible que en un futuro haya cada vez más salas alternativas y que los grandes teatros se conviertan en centros de ocio. Existe un buen teatro en Madrid y sobre todo hay gente joven que apuesta por proyectos muy arriesgados y rompedores.

¿Se debería fomentar más que la gente acuda al teatro?

Creo que se fomenta lo suficiente. El ir al teatro es algo más… Hay un día a la semana más económico, está también el teatro para mayores… Ir al cine se ha convertido en un gasto económico elevado y siempre puedes ver la película en casa. El teatro es irrepetible. Si una película deja de estar en cartelera sabes que la puedes ver después. En cambio, el teatro, aunque lo grabases, no sería lo mismo. Nunca es lo mismo.

Las clases, la Sala, el Festival de Cine Documental... ¿de dónde sacas tiempo?

Tengo muy poco tiempo libre, pero el que tengo me encanta dedicarlo a ir al campo, me gusta mucho la naturaleza y así desconecto.

¿Cuál es el mejor consejo que te dio tu padre, el gran Adolfo Marsillach?

“Dedícate al arte”.

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